Góngora contra Quevedo II: el Arte del Insulto

Поділитися
Вставка
  • Опубліковано 5 вер 2024
  • #poesía #literatura #poetas
    De Góngora a Quevedo
    Cierto poeta, en forma peregrina
    cuanto devota, se metió a romero,
    con quien pudiera bien todo barbero
    lavar la más llagada disciplina.
    Era su benditísima esclavina,
    en cuanto suya, de un hermoso cuero,
    su báculo timón del más zorrero
    bajel, que desde el Faro de Cecina
    a Brindis, sin hacer agua, navega.
    Este sin landre claudicante Roque,
    de una venera justamente vano,
    que en oro engasta, santa insignia aloque,
    a San Trago camina, donde llega:
    que tanto anda el cojo como el sano.
    De Quevedo a Góngora
    Tantos años y tantos todo el día;
    menos hombre, más Dios, Góngora hermano.
    No altar, garito sí; poco cristiano,
    mucho tahúr; no clérigo, sí arpía.
    Alzar, no a Dios, ¡extraña clerecía!,
    misal apenas, naipe cotidiano;
    sacar lengua y barato, viejo y vano,
    son sus misas, no templo y sacristía.
    Los que güelen tu musa y tus emplastos
    cuando en canas y arrugas te amortajas,
    tal epitafio dan a tu locura:
    «Yace aquí el capellán del rey de bastos,
    que en Córdoba nació, murió en Barajas
    y en las Pintas le dieron sepultura».

КОМЕНТАРІ • 14