Luis de Góngora 7 mejores poemas

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  • Опубліковано 27 гру 2024

КОМЕНТАРІ • 8

  • @tomasagustincasaubon3613
    @tomasagustincasaubon3613 5 місяців тому

    Excelente recital de Don Luis de Góngora y Argote... gracias Tocayo!!

  • @teresaternavasio6826
    @teresaternavasio6826 2 роки тому +4

    ¡Gracias Tomás Galindo por llevarme con tu voz a las mansiones de la poesía!

  • @ErnestoR.
    @ErnestoR. 2 роки тому +4

    1. A una rosa
    Ayer naciste, y morirás mañana.
    Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
    ¿Para vivir tan poco estás lucida?
    Y, ¿para no ser nada estás lozana?
    Si te engañó tu hermosura vana,
    bien presto la verás desvanecida,
    porque en tu hermosura está escondida
    la ocasión de morir muerte temprana.
    Cuando te corte la robusta mano,
    ley de la agricultura permitida,
    grosero aliento acabará tu suerte.
    No salgas, que te aguarda algún tirano;
    dilata tu nacer para tu vida,
    que anticipas tu ser para tu muerte.
    2. La más bella niña
    La más bella niña
    De nuestro lugar,
    Hoy viuda y sola
    Y ayer por casar,
    Viendo que sus ojos
    A la guerra van,
    A su madre dice,
    Que escucha su mal:
    Dejadme llorar
    Orillas del mar.
    Pues me disteis, madre,
    En tan tierna edad
    Tan corto el placer,
    Tan largo el penar,
    Y me cautivasteis
    De quien hoy se va
    Y lleva las llaves
    De mi libertad,
    Dejadme llorar
    Orillas del mar.
    En llorar conviertan
    Mis ojos, de hoy más,
    El sabroso oficio
    Del dulce mirar,
    Pues que no se pueden
    Mejor ocupar,
    Yéndose a la guerra
    Quien era mi paz,
    Dejadme llorar
    Orillas del mar.
    No me pongáis freno
    Ni queráis culpar,
    Que lo uno es justo,
    Lo otro por demás.
    Si me queréis bien,
    No me hagáis mal;
    Harto peor fue
    Morir y callar,
    Dejadme llorar
    Orillas del mar.
    Dulce madre mía,
    ¿Quién no llorará,
    Aunque tenga el pecho
    Como un pedernal,
    Y no dará voces
    Viendo marchitar
    Los más verdes años
    De mi mocedad?
    Dejadme llorar
    Orillas del mar.
    Váyanse las noches,
    Pues ido se han
    Los ojos que hacían
    Los míos velar;
    Váyanse, y no vean
    Tanta soledad,
    Después que en mi lecho
    Sobra la mitad.
    Dejadme llorar
    Orillas del mar.
    3. Hermana Marica
    Hermana Marica,
    Mañana, que es fiesta,
    No irás tú a la amiga
    Ni yo iré a la escuela.
    Pondraste el corpiño
    Y la saya buena,
    Cabezón labrado,
    Toca y albanega;
    Y a mí me pondrán
    Mi camisa nueva,
    Sayo de palmilla,
    Media de estameña;
    Y si hace bueno
    Traeré la montera
    Que me dio la Pascua
    Mi señora abuela,
    Y el estandal rojo
    Con lo que le cuelga,
    Que trajo el vecino
    Cuando fue a la feria.
    Iremos a misa,
    Veremos la iglesia,
    Darános un cuarto
    Mi tía la ollera.
    Compraremos dél
    (Que nadie lo sepa)
    Chochos y garbanzos
    Para la merienda;
    Y en la tardecica,
    En nuestra plazuela,
    Jugaré yo al toro
    Y tú a las muñecas
    Con las dos hermanas,
    Juana y Madalena,
    Y las dos primillas,
    Marica y la tuerta;
    Y si quiere madre
    Dar las castañetas,
    Podrás tanto dello
    Bailar en la puerta;
    Y al son del adufe
    Cantará Andrehuela:
    No me aprovecharon,
    madre, las hierbas.
    Y yo de papel
    Haré una librea
    Teñida con moras
    Porque bien parezca,
    Y una caperuza
    Con muchas almenas;
    Pondré por penacho
    Las dos plumas negras
    Del rabo del gallo,
    Que acullá en la huerta
    Anaranjeamos
    Las Carnestolendas;
    Y en la caña larga
    Pondré una bandera
    Con dos borlas blancas
    En sus tranzaderas;
    Y en mi caballito
    Pondré una cabeza
    De guadamecí,
    Dos hilos por riendas;
    Y entraré en la calle
    Haciendo corvetas,
    Yo y otros del barrio,
    Que son más de treinta;
    Jugaremos cañas
    Junto a la plazuela,
    Porque Barbolilla
    Salga acá y nos vea;
    Bárbola, la hija
    De la panadera,
    La que suele darme
    Tortas con manteca,
    Porque algunas veces
    Hacemos yo y ella
    Las bellaquerías
    Detrás de la puerta.

    • @ErnestoR.
      @ErnestoR. 2 роки тому +2

      4. Aprended, flores, en mí
      Aprended, Flores, en mí
      lo que va de ayer a hoy,
      que ayer maravilla fui,
      y hoy sombra mía aún no soy.

      La Aurora ayer me dio cuna,
      la noche ataúd me dio;
      sin luz muriera, si no
      me la prestara la luna;
      pues de vosotras ninguna
      deja de acabar así,
      aprended, Flores, en mí
      lo que va de ayer a hoy,
      que ayer maravilla fui,
      y hoy sombra mía aún no soy.

      Consuelo dulce el clavel
      es a la breve edad mía,
      pues quien me concedió un día,
      dos apenas le dio a él;
      efímeras del vergel,
      yo cárdena, él carmesí,
      aprended, Flores, en mí
      lo que va de ayer a hoy,
      que ayer maravilla fui,
      y hoy sombra mía aún no soy.
      Flor es el jazmín, si bella,
      no de las más vividoras,
      pues dura pocas más horas
      que rayos tiene de estrella;
      si el ámbar florece, es ella
      la flor que él retiene en sí.
      Aprended, Flores, en mí
      lo que va de ayer a hoy,
      que ayer maravilla fui,
      y hoy sombra mía aún no soy.

      El alhelí, aunque grosero
      en fragancia y en color
      más días ve que otra flor,
      pues ve los de un mayo entero,
      morir maravilla quiero,
      y no vivir alhelí.
      Aprended, Flores, en mí
      lo que va de ayer a hoy,
      que ayer maravilla fui,
      y hoy sombra mía aún no soy.

      A ninguna flor mayores
      términos concede el sol
      que al sublime girasol,
      Matusalén de las flores;
      ojos son aduladores
      cuantas en él hojas vi.
      Aprended, Flores, en mí
      lo que va de ayer a hoy,
      que ayer maravilla fui,
      y hoy sombra mía aún no soy.
      5. Amarrado al duro banco
      Amarrado al duro banco
      De una galera turquesca,
      Ambas manos en el remo
      Y ambos ojos en la tierra,
      Un forzado de Dragut
      En la playa de Marbella
      Se quejaba al ronco son
      Del remo y de la cadena:
      «¡Oh sagrado mar de España,
      Famosa playa serena,
      Teatro donde se han hecho
      Cien mil navales tragedias!,
      »Pues eres tú el mismo mar
      Que con tus crecientes besas
      Las murallas de mi patria,
      Coronadas y soberbias,
      »Tráeme nuevas de mi esposa,
      Y dime si han sido ciertas
      Las lágrimas y suspiros
      Que me dice por sus letras;
      »Porque si es verdad que llora
      Mi cautiverio en tu arena,
      Bien puedes al mar del Sur
      Vencer en lucientes perlas.
      »Dame ya, sagrado mar,
      A mis demandas respuesta,
      Que bien puedes, si es verdad
      Que las aguas tienen lengua,
      »Pero, pues no me respondes,
      Sin duda alguna que es muerta,
      Aunque no lo debe ser,
      Pues que vivo yo en su ausencia.
      »¡Pues he vivido diez años
      Sin libertad y sin ella,
      Siempre al remo condenado
      A nadie matarán penas!»
      En esto se descubrieron
      De la Religión seis velas,
      Y el cómitre mandó usar
      Al forzado de su fuerza.
      6. Cuando flautas, pitos
      Da bienes Fortuna
      que no están escritos:
      cuando pitos flautas,
      cuando flautas pitos.
      ¡Cuán diversas sendas
      Se suelen seguir
      En el repartir
      Honras y haciendas!
      A unos da encomiendas,
      A otros sambenitos.
      Cuando pitos flautas,
      cuando flautas pitos.
      A veces despoja
      De choza y apero
      Al mayor cabrero,
      Y a quien se le antoja;
      La cabra más coja
      Pare dos cabritos.
      Cuando pitos flautas,
      cuando flautas pitos.
      Porque en una aldea
      Un pobre mancebo
      Hurtó sólo un huevo,
      Al sol bambolea,
      Y otro se pasea
      Con cien mil delitos.
      Cuando pitos flautas,
      cuando flautas pitos.

    • @ErnestoR.
      @ErnestoR. 2 роки тому +1

      7. En un pastoral albergue
      En un pastoral albergue
      Que la guerra entre unos robles
      Lo dejó por escondido
      O lo perdonó por pobre,
      Do la paz viste pellico
      Y conduce entre pastores
      Ovejas del monte al llano
      Y cabras del llano al monte,
      Mal herido y bien curado,
      Se alberga un dichoso joven,
      Que sin clavarle Amor flecha
      Lo coronó de favores.
      Las venas con poca sangre,
      Los ojos con mucha noche,
      Lo halló en el campo aquella
      Vida y muerte de los hombres.
      Del palafrén se derriba,
      No porque al moro conoce,
      Sino por ver que la yerba
      Tanta sangre paga en flores.
      Límpiale el rostro, y la mano
      Siente al Amor que se esconde
      Tras las rosas, que la muerte
      Va violando sus colores.
      Escondióse tras las rosas,
      Porque labren sus arpones
      El diamante del Catay
      Con aquella sangre noble.
      Ya le regala los ojos,
      Ya le entra, sin ver por dónde,
      Una piedad mal nacida
      Entre dulces escorpiones.
      Ya es herido el pedernal,
      Ya despide el primer golpe
      Centellas de agua, ¡oh piedad,
      Hija de padres traidores!
      Yerbas le aplica a sus llagas,
      Que si no sanan entonces,
      En virtud de tales manos
      Lisonjean los dolores.
      Amor le ofrece su venda,
      Mas ella sus velos rompe
      Para ligar sus heridas;
      Los rayos del sol perdonen.
      Los últimos nudos daba
      Cuando el cielo la socorre
      De un villano en una yegua
      Que iba penetrando el bosque.
      Enfrénanlo de la bella
      Las tristes piadosas voces,
      Que los firmes troncos mueven
      Y las sordas piedras oyen;
      Y la que mejor se halla
      En las selvas que en la corte,
      Simple bondad, al pío ruego
      Cortésmente corresponde.
      Humilde se apea el villano,
      Y sobre la yegua pone
      Un cuerpo con poca sangre,
      Pero con dos corazones.
      A su cabaña los guía;
      Que el sol deja su horizonte
      Y el humo de su cabaña
      Les va sirviendo de norte.
      Llegaron temprano a ella,
      Do una labradora acoge
      Un mal vivo con dos almas,
      Y una ciega con dos soles.
      Blando heno en vez de pluma
      Para lecho les compone,
      Que será tálamo luego
      Do el garzón sus dichas logre.
      Las manos, pues, cuyos dedos
      Desta vida fueron dioses,
      Restituyen a Medoro
      Salud nueva, fuerzas dobles,
      Y le entregan, cuando menos,
      Su beldad y un reino en dote,
      Segunda envidia de Marte,
      Primera dicha de Adonis.
      Corona un lascivo enjambre
      De cupidillos menores
      La choza, bien como abejas
      Hueco tronco de alcornoque.
      ¡Qué de nudos le está dando
      A un áspid la envidia torpe,
      Contando de las palomas
      Los arrullos gemidores!
      ¡Qué bien la destierra Amor,
      Haciendo la cuerda azote,
      Porque el caso no se infame
      Y el lugar no se inficione!
      Todo es gala el africano,
      Su vestido espira olores,
      El lunado arco suspende
      Y el corvo alfanje depone.
      Tórtolas enamoradas
      Son sus roncos atambores.
      Y los volantes de Venus
      Sus bien seguidos pendones.
      Desnuda el pecho anda ella,
      Vuela el cabello sin orden;
      Si lo abrocha, es con claveles,
      Con jazmines si lo coge.
      El pie calza en lazos de oro,
      Porque la nieve se goce,
      Y no se vaya por pies
      La hermosura del orbe.
      Todo sirve a los amantes,
      Plumas les baten veloces,
      Airecillos lisonjeros,
      Si no son murmuradores.
      Los campos les dan alfombras,
      Los árboles pabellones,
      La apacible fuente sueño,
      Música los ruiseñores.
      Los troncos les dan cortezas,
      En que se guarden sus nombres
      Mejor que en tablas de mármol
      O que en láminas de bronce.
      No hay verde fresno sin letra,
      Ni blanco chopo sin mote;
      Si un valle Angélica suena,
      Otro Angélica responde.
      Cuevas do el silencio apenas
      Deja que sombras las moren,
      Profanan con sus abrazos
      A pesar de sus horrores.
      Choza, pues, tálamo y lecho,
      Cortesanos labradores,
      Aires, campos, fuentes, vegas,
      Cuevas, troncos, aves, flores,
      Fresnos, chopos, montes, valles,
      Contestes destos amores,
      El cielo os, guarde, si puede,
      De las locuras del Conde.

  • @CarlosFernandez-tf3yv
    @CarlosFernandez-tf3yv 9 місяців тому

    No deje de declamar ni de escribir, Don Tomás. Gracias.

  • @javiergarciaflorez2103
    @javiergarciaflorez2103 Рік тому

    Qué grande era Argote y 1:49 1:50 1:51

  • @javiergarciaflorez2103
    @javiergarciaflorez2103 Рік тому

    Qué dominio de lengua barroco 4:06 4:06 4:10