Trembling Dervish Arr. Yusuf Isa Cuevas

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  • Опубліковано 27 чер 2024
  • Calma chicha
    No sopla el viento y mi barco se ha detenido. Luego de varios conciertos, funciones y proyectos cancelados todo parece haber parado, al menos para lo que resta del año. No es que no haya destinos nuevos a dónde llegar o nuevas rutas para navegar. Simplemente no sopla el viento para alcanzarlos. En términos náuticos, es lo que se conoce como “calma chicha”. Pero la palabra “calma” es engañosa: no hay nada pacífico o calmado en una calma chicha. No es paz, es estancamiento. Mi barco está atorado, aprisionado en un mar quieto y liso como espejo. Lo único que avanza a velocidad vertiginosa es el tiempo. Los días se hacen semanas y las semanas meses, cada uno copia casi idéntica del anterior, como estar atrapado en un bucle temporal sin fin… No se me malinterprete, estoy bien, no pasa nada… Y ese es precisamente el problema: que no pasa nada, ni bueno ni malo. Nada, solo el transcurrir del tiempo. Podría decir que es desesperante, pero la desesperación en sí misma ya es un acontecimiento que rompería esta quietud casi insoportable. Es peor: a lo que temo es a la desesperanza, esa muerte lenta del que ya no espera nada de la vida ni de nada…
    Para evitar caer en la desesperanza, para mantener la cordura en este desfile de días grises, prefiero asomarme a ese mar liso como espejo para mirar mi reflejo y reflexionar sobre mi vida, sobre todo lo que me rodea, sobre los días, meses o años que aún me faltan por vivir y que no quisiera que transcurrieran en este barco inmóvil. Aprovecho para observarme a mí mismo: ¿qué he hecho bien? ¿qué he hecho mal?, no para atorarme en el pasado, sino para buscar un mejor futuro que me saque de este pegajoso presente, tal vez para buscar algo, una misteriosa y muy probablemente inalcanzable Verdad, así, con mayúscula, si es que algo así existe...
    Por eso, he hecho mi arreglo de “Trembling Dervish”, una melodía de Georges Ivanovich Gurdjieff, el autodenominado aunque polémico “buscador de la verdad” greco-armenio. Para ello, he elegido especialmente tres instrumentos muy significativos: el ney, la flauta de los derviches giróvagos, los místicos musulmanes quienes buscan aniquilar el Yo para alcanzar la verdad, como la polilla que se quema al acercarse demasiado a la luz de una vela; el tanbur, instrumento de cuerda milenario, sagrado para los kurdos yarsaníes, los Ahl-e Haqq ,el “pueblo de la verdad”; y el duduk, el instrumento que acompaña a los Ashiks armenios y azerbaijanos, los “enamorados del amor”, pero del amor místico, el Gran Amor. Acompaño este arreglo con algunas citas del mismo Gurdjieff, con la esperanza de que me guíen y me den paciencia para esperar el momento en el que el viento vuelva a llenar mis velas.

КОМЕНТАРІ • 2

  • @ARTEARGENTIN0
    @ARTEARGENTIN0 4 дні тому +1

    Disfrutamos de sus arreglos e interpretación, de gran profundidad

  • @elipkau
    @elipkau 4 дні тому

    Gracias Yusuf sabias y nobles palabras : hermosa música y canto ! 🙏