Siempre he tenido la curiosidad de saber que opina usted sobre la literatura americana... autores como Cormac Mcarthy y su novela Meridiano de Sangre trata temas filosóficos. Pienso que usted podria tener un punto de vista muy interesante sobre este tema. ¡Por cierto, mi padre es muy admirador suyo, mira todos sus videos! ¡Un saludo de su parte y la mía!
No es frecuente escucharle una disertación tan pesimista, Sr. Bellido, aunque usted naturalmente lo sea (no es una descalificación, es una observación: yo también lo soy). Pero no tiene razón, a mi juicio, cuando dice que no se puede cambiar. El problema no es que no se pueda cambiar, sino que no se quiera cambiar. Desde luego que hay formas ya inventadas para reducir la discrecionalidad en las decisiones en la administración, sean éstas para elegir catedráticos, elegir proveedores, asignar subvenciones, nombrar los miembros del Constitucional o mil cosas más que cada vez son más arbitrarias con el amparo de la ley. Lo que no hay es voluntad de hacer las cosas bien, sino de hacer las cosas que convienen; no hay voluntad de vencer, que es requisito de la victoria según dice von Clausewitz. Desde luego que hay formas de diseñar las instituciones creando mecanismos que incentiven los comportamientos socialmente deseables de los agentes (premiándolos, y castigando los no deseables). Usted contó el caso de una ciudad griega donde para disuadir a los legisladores de proponer leyes nuevas y malas debían llevar una soga al cuello para colgarles si no prosperaba su propuesta; el mecanismo de incentivación puede ser mejorable pero lo valioso es que existía, y ciertamente imponía un coste alto a los actos indeseables, desincentivándolos. Después de que se declarara inconstitucional el Estado de alarma con que se encerró a millones de españoles en su casa, Sánchez dijo muy ufano y rumboso que volvería a hacerlo. Si hubiera acabado en el trullo como castigo a su atropello, seguro que no habría dicho lo mismo. Pero como le salió gratis la fechoría, tenemos que soportar su “adding insult to injury”. De igual forma será prácticamente imposible que los contratos otorgados a Barrabes sean declarados contrarios a la ley, porque la ley permite una discrecionalidad prácticamente ilimitada a la administración para adjudicar contratos, precisamente para que se otorguen a quien a los gobernantes les de la gana. Eso también es evitable y hay mecanismos probados para ello como la subasta. Pero no se quiere, no hay voluntad política (ni del psoe, ni de pp, ni de ninguno) porque todos quieren usar en su provecho esa discrecionalidad cuando gobiernen. De igual forma, no hay voluntad política de establecer mecanismos de castigo a los funcionarios por miserables que sean sus actos , sean èstos abogados del estado, ingenieros de caminos o meros chupatintas, que emiten informes bellacos justificando los deseos de sus ministros y secretarios. De hecho es insólito en España que se castigue a un funcionario, pero no en otras repúblicas bien ordenadas, donde los funcionarios se guardan muy mucho de obedecer como esclavos a los políticos porque se la juegan personalmente. En fin, sí se puede; no se quiere.
Bueno, pero eso es como lo de que el comunismo fracasó por culpa de la gente mala y egoísta: ¡si no hay otra! Lo que me hace gracia es que esa clave de nuestra desgracia, lo de las uvas del Lazarillo, sea lectura obligatoria, en general en 4° de ESO, y me parece que la falta del adecuado comentario tiene algo que ver con la perpetuación de la idiosincrasia picaresca.
@@jmbellidomorillas me debo haber explicado muy mal. No hace falta poblarse con extraterrestres para mejorar las instituciones en España, no aspiro a nada que no esté ya inventado y utilizado en otros países del planeta tierra. Pero con parecidos genes humanos en La Tierra puedes ser Suiza y Venezuela, y querer una cosa o la otra. No es una obviedad: existe gente que quiere ser Venezuela.
El lenguaje es un material con excelentes propiedades para fabricar innumerables matices y dar más vueltas a la argumentación que a una tortilla (con cebolla)...ya lo decían los chinos, lo primero las designaciones correctas para evitar problemas de convivencia, cuidado máximo de la palabra.
Por favor Sr. Bellido, eche un vistazo al tema "Jesucristo Millenial", que va sobre los Robertos Vaqueros, y ese tipo de fauna: ua-cam.com/video/lL9bTs-_oNc/v-deo.html
Una crítica bienintencionada. Objeta usted que se le llame a alguien expresidiario, sin aclarar más, pues semejante rótulo sugiere intencionadamente culpas desorbitadas que descalifican al individuo en cuestión. No veo yo gran diferencia a cuando usted usa el adjetivo descalificante de racista o xenófobo, cuando bajo ese rótulo cabe desde la sandez más nimia a lo derechamente abominable.
Interesante objeción, como todas las suyas. Cuando digo que alguien es racista tacho una falta de pensamiento. Pasar a la acción merece otros calificativos. Pero el ser presidiario no siempre supone una falta, y no lo digo por los errores judiciales, sino por las leyes injustas o su mala aplicación. Siempre pongo como ejemplo el delito contra la salud pública, que se aplica a los camellos que no obligan a comprar a nadie y donde no debería verse delito, y no a Fernando Simón.
@@jmbellidomorillas No todo racismo o xenofobia es falta. Un individuo cuyos gustos afectivos o sexuales no incluyen alguna raza (o varias, o todas excepto la propia) es ciertamente más racista que otro individuo cuyos gustos no excluyen a ninguna raza. Que falta moral hay en sus gustos?
Pero eso no es racismo ni xenofobia. Por cierto, Avérchenko tiene un cuento sobre un hombre que para hacerse el interesante (no el tolerante) dice que le gustan las negras sin ser verdad, y lo acaban casando con una.
@@jmbellidomorillas Por menos que eso le ha llamado usted a más de uno racista. En cualquier caso, el racismo es cuestión de grado, nunca es cero ni uno, a diferencia de la condición de expresidiario que es binaria, pero abarca todos los delitos como el racista todos sus grados.
@@enriquediaz-rato4170 la atracción queda fuera de toda consideración, pertenece a ámbitos donde no domina la razón, aunque para eso viene el psicoanálisis a razonar sus causas. Curiosamente, la anécdota, inventada o no, de que a Descartes le gustaban las bizcas, o las cojas, ahora no recuerdo, es una especie de psicoanálisis anterior a Freud.
Gran final, se puede decir mas alto pero no mas claro
¿Cuáles son sus fuentes sobre Venezuela?
Siempre he tenido la curiosidad de saber que opina usted sobre la literatura americana... autores como Cormac Mcarthy y su novela Meridiano de Sangre trata temas filosóficos. Pienso que usted podria tener un punto de vista muy interesante sobre este tema.
¡Por cierto, mi padre es muy admirador suyo, mira todos sus videos! ¡Un saludo de su parte y la mía!
Olá do Brasil. Algum quadrinho de meu país que te agrada?
No es frecuente escucharle una disertación tan pesimista, Sr. Bellido, aunque usted naturalmente lo sea (no es una descalificación, es una observación: yo también lo soy).
Pero no tiene razón, a mi juicio, cuando dice que no se puede cambiar. El problema no es que no se pueda cambiar, sino que no se quiera cambiar. Desde luego que hay formas ya inventadas para reducir la discrecionalidad en las decisiones en la administración, sean éstas para elegir catedráticos, elegir proveedores, asignar subvenciones, nombrar los miembros del Constitucional o mil cosas más que cada vez son más arbitrarias con el amparo de la ley. Lo que no hay es voluntad de hacer las cosas bien, sino de hacer las cosas que convienen; no hay voluntad de vencer, que es requisito de la victoria según dice von Clausewitz. Desde luego que hay formas de diseñar las instituciones creando mecanismos que incentiven los comportamientos socialmente deseables de los agentes (premiándolos, y castigando los no deseables). Usted contó el caso de una ciudad griega donde para disuadir a los legisladores de proponer leyes nuevas y malas debían llevar una soga al cuello para colgarles si no prosperaba su propuesta; el mecanismo de incentivación puede ser mejorable pero lo valioso es que existía, y ciertamente imponía un coste alto a los actos indeseables, desincentivándolos.
Después de que se declarara inconstitucional el Estado de alarma con que se encerró a millones de españoles en su casa, Sánchez dijo muy ufano y rumboso que volvería a hacerlo. Si hubiera acabado en el trullo como castigo a su atropello, seguro que no habría dicho lo mismo. Pero como le salió gratis la fechoría, tenemos que soportar su “adding insult to injury”.
De igual forma será prácticamente imposible que los contratos otorgados a Barrabes sean declarados contrarios a la ley, porque la ley permite una discrecionalidad prácticamente ilimitada a la administración para adjudicar contratos, precisamente para que se otorguen a quien a los gobernantes les de la gana. Eso también es evitable y hay mecanismos probados para ello como la subasta. Pero no se quiere, no hay voluntad política (ni del psoe, ni de pp, ni de ninguno) porque todos quieren usar en su provecho esa discrecionalidad cuando gobiernen. De igual forma, no hay voluntad política de establecer mecanismos de castigo a los funcionarios por miserables que sean sus actos , sean èstos abogados del estado, ingenieros de caminos o meros chupatintas, que emiten informes bellacos justificando los deseos de sus ministros y secretarios. De hecho es insólito en España que se castigue a un funcionario, pero no en otras repúblicas bien ordenadas, donde los funcionarios se guardan muy mucho de obedecer como esclavos a los políticos porque se la juegan personalmente.
En fin, sí se puede; no se quiere.
Bueno, pero eso es como lo de que el comunismo fracasó por culpa de la gente mala y egoísta: ¡si no hay otra! Lo que me hace gracia es que esa clave de nuestra desgracia, lo de las uvas del Lazarillo, sea lectura obligatoria, en general en 4° de ESO, y me parece que la falta del adecuado comentario tiene algo que ver con la perpetuación de la idiosincrasia picaresca.
@@jmbellidomorillas me debo haber explicado muy mal. No hace falta poblarse con extraterrestres para mejorar las instituciones en España, no aspiro a nada que no esté ya inventado y utilizado en otros países del planeta tierra. Pero con parecidos genes humanos en La Tierra puedes ser Suiza y Venezuela, y querer una cosa o la otra.
No es una obviedad: existe gente que quiere ser Venezuela.
Parece herido. Lo entiendo. Su deber es ganarse la admiración y el respeto de la tropa. Vaya y luche.
El lenguaje es un material con excelentes propiedades para fabricar innumerables matices y dar más vueltas a la argumentación que a una tortilla (con cebolla)...ya lo decían los chinos, lo primero las designaciones correctas para evitar problemas de convivencia, cuidado máximo de la palabra.
Por favor Sr. Bellido, eche un vistazo al tema "Jesucristo Millenial", que va sobre los Robertos Vaqueros, y ese tipo de fauna:
ua-cam.com/video/lL9bTs-_oNc/v-deo.html
Cómo es la cita de Ovidio?
"Donec eris felix, multos numerabis amicos".
@@arnaiz20 gracias
@@arnaiz20Donec eris felix, multos numerabis amicos; tempora si fuerint nubila, solus eris (Ovidio, Tristia I, 9, 5)
Una crítica bienintencionada.
Objeta usted que se le llame a alguien expresidiario, sin aclarar más, pues semejante rótulo sugiere intencionadamente culpas desorbitadas que descalifican al individuo en cuestión.
No veo yo gran diferencia a cuando usted usa el adjetivo descalificante de racista o xenófobo, cuando bajo ese rótulo cabe desde la sandez más nimia a lo derechamente abominable.
Interesante objeción, como todas las suyas. Cuando digo que alguien es racista tacho una falta de pensamiento. Pasar a la acción merece otros calificativos. Pero el ser presidiario no siempre supone una falta, y no lo digo por los errores judiciales, sino por las leyes injustas o su mala aplicación. Siempre pongo como ejemplo el delito contra la salud pública, que se aplica a los camellos que no obligan a comprar a nadie y donde no debería verse delito, y no a Fernando Simón.
@@jmbellidomorillas
No todo racismo o xenofobia es falta.
Un individuo cuyos gustos afectivos o sexuales no incluyen alguna raza (o varias, o todas excepto la propia) es ciertamente más racista que otro individuo cuyos gustos no excluyen a ninguna raza.
Que falta moral hay en sus gustos?
Pero eso no es racismo ni xenofobia. Por cierto, Avérchenko tiene un cuento sobre un hombre que para hacerse el interesante (no el tolerante) dice que le gustan las negras sin ser verdad, y lo acaban casando con una.
@@jmbellidomorillas Por menos que eso le ha llamado usted a más de uno racista. En cualquier caso, el racismo es cuestión de grado, nunca es cero ni uno, a diferencia de la condición de expresidiario que es binaria, pero abarca todos los delitos como el racista todos sus grados.
@@enriquediaz-rato4170 la atracción queda fuera de toda consideración, pertenece a ámbitos donde no domina la razón, aunque para eso viene el psicoanálisis a razonar sus causas. Curiosamente, la anécdota, inventada o no, de que a Descartes le gustaban las bizcas, o las cojas, ahora no recuerdo, es una especie de psicoanálisis anterior a Freud.