LA GUAJIRA - La adecuada nutrición como factor clave para la educción y aprendizaje
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- Опубліковано 28 жов 2024
- El departamento de La Guajira es una región marcada por la sequía y la pobreza extrema. Aquí, la desnutrición infantil es un problema crítico; de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Salud, durante el 2023 este departamento registró 2.871 casos de desnutrición aguda en niños menores de 5 años, siendo la segunda región con mayor prevalencia de desnutrición a nivel nacional. De hecho, el 44% de los casos a nivel nacional se presentan en población de la etnia indígena Wayuu, que habita principalmente en este departamento.
La inseguridad alimentaria en La Guajira se presenta en el 69% de los hogares (ENSIN 2015). Además de ser uno de los departamentos con la mayor prevalencia de desnutrición crónica o retraso en talla, el acceso a agua potable es una de las causas subyacentes de la desnutrición. Para el caso de La Guajira, solo el 46% de la población tiene cobertura de acueducto y el 42% tiene cobertura de alcantarillado. Esta es tal vez una de las causas estructurales de la desnutrición, más visible en el caso de este departamento.
LA DESNUTRICIÓN AMENAZA SU APRENDIZAJE
El retraso del crecimiento y la emaciación son el resultado de una nutrición deficiente en el útero, la ingesta deficiente de nutrientes en la primera infancia y/o infecciones y enfermedades. Los niños con retraso del crecimiento pueden que nunca alcancen su crecimiento lineal completo y que sus cerebros no lleguen a desarrollar toda su capacidad cognitiva, lo que repercute en su preparación para la escuela, su rendimiento escolar y sus oportunidades vitales. Los niños que sufren desnutrición tienen un sistema inmunitario débil y se enfrentan a un mayor riesgo de infección y muerte. Si sobreviven, son más susceptibles de sufrir retraso en el crecimiento y desarrollo a largo plazo.
La deserción escolar está estrechamente relacionada con la desnutrición aguda, lo que crea un ciclo perjudicial que afecta tanto el desarrollo individual de los niños como el progreso de sus comunidades. Los niños con desnutrición aguda suelen experimentar retrasos en su desarrollo físico y cognitivo, lo que dificulta su capacidad para concentrarse, retener información y participar activamente en el aula. Esta situación conduce a un bajo rendimiento académico y, con frecuencia, a la repetición de grados escolares, lo que puede generar frustración y falta de motivación tanto en los estudiantes como en sus familias.
Además, la desnutrición aguda puede causar fatiga crónica y enfermedades frecuentes, lo que resulta en ausencias escolares prolongadas. La combinación de estos factores aumenta significativamente las probabilidades de deserción escolar, ya que los niños se quedan rezagados en sus estudios y enfrentan mayores obstáculos para mantenerse al día con el currículo escolar.