PERRÓN MUÑEKO - El Camino de los Féretros

'El Camino de los Féretros'
La luna despierta en el campo frío,
la rambla susurra su canto sombrío.
Tras risas y baile, el eco murió,
y en la bruma oscura, la noche rugió.
Cañas que crujen bajo sus pies,
el viento murmura secretos de ayer.
Sus pasos se frenan, sus cuerpos tiemblan,
féretros al borde de un río que siembra.
¡Féretros en la rambla, guardianes del horror!
El festín de los vivos se cruza con el dolor.
La noche devora lo que el día escondió,
en ese camino donde el tiempo se paró.
Sombras que bailan entre los juncos,
ojos sin rostro que miran juntos.
La risa se apaga, el alma se enfría,
la muerte camina, ya no es fantasía.
Un féretro abierto revela un destino,
la vida y la muerte comparten camino.
Los chicos avanzan, pero el peso es cruel,
la fiesta termina en un oscuro umbral.
¡Féretros en la rambla, guardianes del horror!
El festín de los vivos se cruza con el dolor.
La noche devora lo que el día escondió,
en ese camino donde el tiempo se paró.
Cada paso es un eco, un grito ancestral,
el río canta un réquiem brutal.
Las cañas se agitan, el viento se alza,
el miedo los quiebra, pero nadie descansa.
La fiesta quedó como un sueño lejano,
la rambla reclama con su frío temprano.
Los féretros callan, pero dejan su marca,
la muerte sonríe, la noche no acaba.
¡Féretros en la rambla, guardianes del horror!
El festín de los vivos se cruza con el dolor.
La noche devora lo que el día escondió,
y en ese camino, el alma se perdió.
El amanecer llega, pero no la razón,
los chicos recuerdan con el corazón.
La rambla quedó como un templo sin luz,
donde la muerte y la vida caminan en cruz.