TOMÁS BRETÓN El Apocalipsis, Oratorio para cuarteto, coros y orquesta (1882) ☄️

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  • @elmundodelaliricaespanola1995
    @elmundodelaliricaespanola1995 Рік тому +1

    EL APOCALIPSIS
    Oratorio para cuarteto, coros y orquesta. Libro y Música de Tomás Bretón
    Compuesto en Roma en 1882 y estrenado en 1890 en Madrid.
    PRIMERA PARTE
    Obertura - Introducción - Coro de ángeles
    «Inmortal será la gloria
    De quien de Juan la visión,
    Grabe fiel en la memoria
    Y corazón.
    Del mundo los arcanos
    Aquí se encierran;
    Dios, habla a los humanos,
    Oíd su voz.
    El día de su juicio
    Está ya cerca,
    ¡Abandonad el vicio,
    amad a Dios!»
    No. 1. Recitativo y Aria - Juan
    «Iglesias de la fe, de Dios potente
    La palabra escuchad; visión divina
    A mí la reveló. Su voz ardiente
    Es cual trompeta que fascina…
    Su vista es asombrosa…
    Antorchas le rodean; siete estrellas
    Como la gloria, bellas
    Despiden una luz maravillosa.
    Iglesias de la fe, oíd su palabra
    Dura y al par clemente;
    Del Alpha y de la Omega es pura esencia
    Si dicha labra aquel que la oye y siente
    E infierno eternamente
    Para el que desprecie su potencia.
    (Aria)
    Sólo dos seguís constantes
    El sendero de la fe,
    Tibias, débiles las otras,
    Olvidado le tenéis.
    Corregid pues vuestras obras
    Oro mío compraréis
    Del que está en fuego afinado
    Sólo así no os perderéis.
    Al que venciere
    Daré del árbol
    Del paraíso
    De mi señor.
    Maná escondido
    Ropajes blancos
    Vestirá siempre
    De mi señor.
    Darle he la estrella
    De la mañana
    Sentará al lado
    De mi señor.
    Del nuevo templo
    Será columna
    Gloriosa y bella
    Del Santo Dios».
    No. 2. El Cielo
    (Descripción. Un trono estaba puesto en el cielo y sobre el trono estaba uno sentado, semejante a una piedra de jaspe y de sardio; y había alrededor del trono un iris de color de esmeralda. Alrededor del trono veinte y cuatro sillas en las que sentaban veinte y cuatro ancianos (santos del antiguo y nuevo testamento) vestidos de ropas blancas y en sus cabezas coronas de oro. Del trono salían relámpagos y voces y truenos y delante siete lámparas ardiendo que son los siete espíritus de Dios. A la vista del trono había como un mar transparente como el vidrio, semejante al cristal y en medio del trono y alrededor, cuatro animales llenos de ojos. El primero semejante a un león (S. Marcos), el segundo, a un becerro (S. Lucas), el tercero con cara de hombre (S. Mateo) y el cuarto, a un águila volando (S. Juan) … no cesaban de decir día y noche «Santo, santo, santo» y los veinte y cuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono y adoraban al que vive en los siglos de los siglos…)
    Cuarteto
    «¡Santo, santo omnipotente!
    ¡Santo, santo es el Señor!
    ¡Santo fue, santo es por siempre
    Gloria a Dios!»
    Coro de hombres
    «¡Santo, santo omnipotente
    Creador de cielo y tierra
    En tu espíritu se encierra
    Infinita, eterna luz.
    Henos ante ti postrados,
    Donde tu poder blasonas
    De tapiz nuestras coronas
    Sirvan a tu excelsitud»
    Unidos
    «¡Santo, santo omnipotente!
    ¡Santo, santo es el Señor!
    ¡Santo fue, santo es por siempre
    Gloria a Dios!»
    Un ángel (Contralto)
    El libro que de Dios está en la diestra
    Do ocultan los arcanos siete sellos
    ¡Quién es digno de abrir…!
    Juan
    ¡Nadie se muestra!
    Sus mágicos destellos
    el valor acobardan… No habrá alguno
    Que tal prodigio muestre ¡Ay! ¿Ninguno
    En tierra o cielo
    Se podrá hallar
    Que tanta gloria
    Deba alcanzar?
    ¡Desbórdense los mares de mi llanto!
    ¡Corred lágrimas mías…!
    Arcángel (Corifeo)
    ¡No te apenes;
    Al león de Judá, cordero santo
    Que vivió y que murió y ante Dios tienes
    prodigio tanto!
    Harás ahora cumplir.
    Ángel
    Himnos a coro,
    Perfumes y alabanzas melodiosas
    En copas de oro
    Y en arpas armoniosas
    Dirijamos a él ¡Póstrese el mundo
    ante la gloria y su poder profundo!»
    (Cuarteto y coros de mujeres y hombres)
    «¡De toda tribu y lengua
    De todo pueblo y casta
    Tu sacrifico inmenso
    Al mundo redimió.
    Áloe, mirra e incienso
    Perfúmente, señor!
    Ángeles
    Digno es el santo espíritu
    De cantos, fortaleza,
    Virtud, sabiduría
    De gloria y bendición.
    Con magna armonía
    Alábente, señor.
    Unidos
    Gloria en el cielo
    Gloria y amor
    Al que benigno
    Nos redimió.
    Él fue del hombre
    La salvación
    Gloria a su nombre
    Gloria a Dios.
    Gloria, gloria
    amén, amén!».
    SEGUNDA PARTE
    No. 3
    Sello 1°. Soprano
    ¡Intrépidos soldados
    De la fe
    Abierto el primer sello
    Deja ver
    Jesús les acompaña
    Su voz les ilumina,
    El Arco es la divina
    Palabra peregrina
    de verdad.
    Por tan ruda campaña
    Corona victoriosa
    Le dan, que poderosa
    Por siempre y milagrosa
    vencerá!
    Sello 2. Contralto
    Abierto está el segundo
    De la fe
    ¡Terribles enemigos
    Llego a ver.
    El diablo los domina
    Blandiendo fiera espada
    ¡Ay de la grey amada
    Sin paz y aniquilada
    Morirá!
    ¡Discordia, luto, ruina,
    Martirios espantosos,
    Crueles, horrorosos,
    Monarcas poderosos
    Dictarán!
    Sello 3 (Tenor)
    ¡Herejes que la pía
    La verdadera fe
    Dejasteis por la impía
    doctrina de Luzbel!
    De inmensas desventuras
    De frío, de hambre y sed
    De luchas y amarguras
    El daño sufriréis.
    ¡A tinieblas eternas condenado
    vuestro orgullo satánico será!
    Quien vuelva a Dios la vista, perdonado
    En su piadosa gracia vivirá.
    Tornad a la virtud
    Ella es el único camino de la luz.
    Sello 4º. Bajo a solo
    El cuarto sello, de furor, de guerra,
    Claro nos pinta el tremebundo arcano;
    Todo el linaje humano
    El yugo sufrirá, toda la tierra
    Profeta falso la hallará sangriento
    Sectarios a millones.
    Irán tras él por los profundos mares.
    Nada resistirá, todo lo arruina,
    ¡Su fuerza es la del viento!
    ¡Tal es de Dios la voluntad divina
    Que airada aún, fiero desata,
    del infierno terrible catarata!
    Por ella se despeñan
    Malditos escuadrones
    Legiones y legiones
    En número sin fin.
    Se juntan al profeta
    Que el mundo así convierte
    En sangre, fuego, muerte
    Del uno a otro confín.
    (repite el coro de hombres la estrofa).
    Sello 5º. Coro de mujeres
    Plegaria pura
    Sube hasta el cielo
    De los que mártires
    Murieron ya.
    Dios daráos pródigo
    Dulce consuelo
    Y vestidura blanca os dará.
    Aún vuestro número
    No está cumplido
    En su divina
    Gracia esperad.
    Sello 6º. Coro de hombres
    Los ejes del mundo
    Se tuercen y quiebran
    En mil terremotos
    Se rasga la tierra
    El sol se oscurece,
    La luna semeja
    A un lago de sangre
    Cual nuncio de guerra;
    En rápidos giros
    Se caen las estrellas,
    El cielo se envuelve,
    Se arrolla, se aleja,
    Por todo el espacio
    Se cruzan cometas
    Y montes e islas
    Y mares y tierra
    Se mueven, se arruinan
    Se allanan, se entierran.
    Huye espantada
    Y acobardada
    De estrago tanto
    La Humanidad.
    En vano llora
    Gime e implora
    De Jesús santo
    Tarda piedad.
    Como reptiles
    En cuevas viles
    Reyes y siervos
    vanse a ocultar.
    De Dios comienza la total venganza
    Del mundo anuncia la tremenda ruina
    Es la justicia celestial divina.
    Que ya se avanza
    ¡Fiera, fatal!
    No. 4. Soprano (ángel). Recitado y tiempo de marcha
    Suspéndanse un instante los horrores
    De los airados vientos,
    Que cesen los rigores,
    De los enfurecidos elementos,
    En tanto que por Dios son escogidos,
    Contados, redimidos,
    Aquellos que del mundo
    Sean dignos de la gracia y sus favores.
    En su juicio profundo,
    las doce tribus de Israel señala
    Y en número y mercedes las iguala.
    Ya vienen hacia aquí los elegidos
    En grandes multitudes
    Cantando las virtudes
    La gracia del Señor y su alegría
    En sublime concierto y armonía.
    (Coro de mujeres y hombres)
    La potencia
    La clemencia
    Del Cordero
    Y el Señor.
    Generosas
    Poderosas
    Nuestras almas
    Perdonó.
    Aguas divinas
    Y cristalinas
    De fuentes bellas
    Se ven brotar.
    Bañémonos en ellas
    De alfombra las estrellas
    Nuestras humildes plantas
    Gozosas hollarán.
    ¡Si del polvo nos levantas
    A las fúlgidas alturas,
    Que tus gloriosas obras, santas, puras,
    tiempos sin fin podámoste alabar!
    Sello 7º. Tenor (Arcángel)
    Imponente silencioso, nada altera,
    La paz de la alta esfera.
    El ancho mar del cielo ha interrumpido
    Su nítida corriente;
    ¡Del iris reluciente
    No puedo percibir las vibraciones!
    ¡No se oye el menor ruido!
    ¡Oh sello prodigioso!
    Esta quietud y calma tan completas
    Del espanto, anuncio son y de aflicciones.
    Siete ángeles a ver mi vista alcanza,
    En pie están ante Dios, sendas trompetas
    De sonido terrible y poderoso
    Brillar veo en sus manos
    ¡Ay, míseros humanos
    la hora llega ya de la venganza!
    ¡Cuando el eco, del espacio
    todos los ámbitos llene,
    Cuando la última resuena,
    fiera, tremenda, fatal!
    Es que el mundo se desploma
    Es que Dios, a su presencia
    Todo ser, toda potencia,
    Llama ya al gran juicio final.
    (Repiten los coros).
    (Pieza instrumental descriptiva de los siete toques de trompeta. En la partitura se hallan algunas indicaciones, extractadas como todo lo que precede de la Biblia Sagrada. Al final de dicha pieza cantan ambos coros los siguientes versos:)
    No. 5. Final (Orquesta y coros)
    El misterio se ha cumplido
    La verdad hoy ha triunfado
    Del error y del pecado.
    En su reino ha entrado Dios.
    ¡Gloria, Amén!
    Roma, enero, 1882
    Tomás Bretón.
    Fin de la partitura. Roma, mayo, 1882
    Transcripción: Erik Javier R.