San Junas Brutus

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  • Опубліковано 2 січ 2025

КОМЕНТАРІ • 3

  • @RomaVictrix
    @RomaVictrix  5 днів тому

    Tú cantarás con briosa inspiración las glorias de César cuando ceñido de laureles conduzca los feroces sigambros por la cuesta sagrada del Capitolio;
    nunca los destinos ni los benévolos dioses han concedido a la tierra príncipe tan excelso y tan justo, ni podrían dárnoslo, aunque tornásemos a la edad de oro.
    Después cantarás los días venturosos y el júbilo inmenso de la ciudad, con el foro cerrado a los procesos por la vuelta tan deseada del invencible Augusto.
    --
    Aquí está César y toda la descendencia de Iulo,
    destinada a pasar bajo la bóveda celeste.
    He aquí al hombre, al que tú frecuentemente oyes prometido,
    César Augusto, hijo del divino,
    quien nuevamente establecerá la edad de oro en los campos
    de Lacio, una vez gobernados por Saturno.
    Llevará su poder más allá de los Garamantas y los Indios,
    hasta donde los astros trazan su camino y su órbita.

  • @RomaVictrix
    @RomaVictrix  5 днів тому

    "En cada boca trituraba con sus dientes a un pecador, como una máquina de molino, y así los atormentaba.
    Aquel que está en el medio tiene la cabeza dentro y mueve las piernas afuera: es Judas Iscariote, que puso la cabeza dentro porque traicionó al mayor.
    De los otros dos, aquel que cuelga con la cabeza hacia abajo es Bruto; ves cómo se retuerce y no dice palabra.
    El otro es Casio, que parece tan robusto."
    Considerar vuestro origen. No fuisteis formados para vivir como brutos, sino para seguir la virtud y el conocimiento.
    Y es necesario el freno de las leyes;
    y es necesario un rey, que al menos vea
    de la ciudad auténtica la torre.
    Hay leyes, pero ¿quién las administra?
    Nadie, pues su pastor acaso rumie,
    mas no tiene partida la pezuña;
    y la gente, que sabe que su guía
    sólo tiende a aquel bien del que ella come,
    pace de aquel, y no busca otra cosa.
    Bien puedes ver que la mala conducta
    es la razón que al mundo ha condenado,
    y no vuestra natura corrompida.
    Solía Roma, que hizo bueno el mundo,
    tener dos soles que una y otra senda,
    la humana y la divina, les mostraban.
    Uno a otro apagó; y está la espada
    junto al báculo; y una y otro unidos
    forzosamente, marchan mal las cosas;
    porque juntos no temen uno al otro:
    Si no me crees, recuerda las espigas,
    pues distingue las hierbas la simiente
    Los ángeles, hermano, y este puro
    país en el que estamos, fueron hechos
    tal como son, en su entera existencia;
    pero los elementos que has nombrado
    y aquellas cosas que proceden de ellos
    de creada potencia toman forma.
    Creada fue la materia que tienen;
    creada fue la potencia formante
    en los astros que en torno suyo giran.
    Las luces santas sacan con su rayo
    de su virtualidad y con sus giros
    el alma de las plantas y los brutos;
    pero sin mediación la vuestra exhala
    la suprema bondad, y la enamora
    de sí, tal que por siempre la desea.
    Y deducir aún puedes de este punto
    vuestra resurrección, si otra vez piensas
    cómo la humana carne fue creada
    al ser creados los primeros padres.

    • @RomaVictrix
      @RomaVictrix  5 днів тому

      En medio del camino de, la vida,
      errante me encontré por selva oscura,
      en que la recta vía era perdida.
      ¡Ay, que decir lo que era, es cosa dura,
      esta selva salvaje, áspera y fuerte,
      que en la mente renueva la pavura!
      iTan amarga es, que es poco más la muerte!
      Mas al tratar del bien que allí encontrara,
      otras cosas diré que vi, por suerte.
      No podría explicar como allí entrara,
      tan soñoliento estaba en el instante
      en que el cierto camino abandonara.
      Llegué al pie de un collado dominante,
      donde aquel valle lóbrego termina,
      de pavores el pecho zozobrante;
      miré hacia arriba, y vi ya la colina
      vestida con los rayos del planeta,
      que por doquier a todos encamina.
      Entonces, la pavura un poco quieta,
      del corazón el lago, serenado,
      pasó la angustia de la noche inquieta
      Y como quien, con hálito afanado
      sale fuera del piélago a la riba,
      y vuelve atrás la) vista, aun azorado;
      así mi alma también, aun fugitiva,
      volvió a mirar el temeroso paso
      del que nunca salió persona viva.
      Cuando hube reposado el cuerpo laso,
      volví a seguir por la región desierta,
      el pie más firme siempre en más retraso.
      Y aquí, al comienzo de subida incierta,
      una móvil pantera hacia mí vino,
      que de piel maculosa era cubierta;
      como no se apartase del camino
      y continuar la marcha me impedía,
      a veces hube de tornar sin tino.
      Era la hora en que apuntaba el día,
      el sol subía al par de las estrellas,
      como el divino amor, en armonía
      movió al nacer estas creaciones bellas;
      y hacíanme esperar suerte propicia,
      de la pantera las pintadas huellas,
      la hora y dulce estación con su caricia:
      cuando un león que apareció violento,
      trocó en pavor esta feliz primicia.
      Venía en contra el animal, hambriento,
      rabioso, alta la testa, y parecía,
      hacer temblar el aire con su aliento.
      Y una loba asomó; que se diría,
      de apetitos repleta en su flacura.,
      que hace a muchos vivir en agonía.
      De sus ardientes ojos la bravura,
      de tal modo turbó mi alma afligida,
      que perdí la esperanza de la altura
      Y como aquel que gana de seguida,
      se regocija, y al perder desmaya,
      y queda con la mente entristecida,
      así la bestia, me tenía a raya,
      y poco a poco, en contra, repelía
      hacia la parte donde el sol se calla.
      Mientras que al hondo valle descendía,
      me encontré con un ser tan silencioso,
      que mudo en su silencio parecía.
      Al divisarle en el desierto umbroso,
      “¡Miserere de mí”, clamé afligido,
      “hombre seas o espectro vagaroso”.
      Y respondió: “Hombre no soy: lo he sido;
      Mantua mi patria fue, y Lombardía
      la tierra de mis padres. Fui nacido,
      “Sub Julio, aunque lo fuera en tardo día,
      y a Roma vi, bajo del buen Augusto,
      en tiempo de los dioses de falsía.
      “Poeta fui; canté aquel héroe justo,
      hijo de Anquises, que de Troya vino,
      cuando el soberbio Ilion quedó combusto.
      “¿Mas tú, por qué tornar al mal camino,
      y no subes al monte refulgente,
      principio y fin del goce peregrino?”.
      “¡Tú eres Virgilio, la perenne fuente
      que expande el gran raudal de su oratoria!”
      le interrumpí con ruborosa frente,
      “¡Oh! de poetas, luminar y gloria,
      ¡válgame el largo estudio y grande afecto
      que consagré a tu libro, y tu memoria!
      “¡Oh mi autor y maestro predilecto!
      de ti aprendí tan sólo el bello estilo,
      que tanto honor ha dado a mi intelecto.
      “Esa bestia me espanta, y yo vacilo:
      ¡de ella defiéndeme, sabio famoso,
      que hace latir mis venas, intranquilo!”
      Al verme tan turbado y tan lloroso,
      “Te conviene tomar”, dijo, “otra vía,
      para salir de sitio tan fragoso.
      “La bestia que tu marcha contraría,
      no permite pasar por su apretura
      sino al que se le rinde en agonía.
      “Es tan maligna, empero su magrura,
      que de apetitos y de cebo henchida,
      hambrea más cuanto es mayor su hartura.
      “Con muchos animales hace vida,
      y muchos más serán, hasta que encuentre
      al Lebrel que la inmole dolorida.
      “Este no vivirá de tierra y güeltre,
      sino de amor, virtud, sabiduría,
      y su nación, será entre Peltre y Feltre.
      “El salvará la humilde Italia, un día,
      por quien murió Camila y Eurialo,
      y Niso y Turno, heridos en porfía;
      “perseguirá do quier sin intervalo
      esa bestia feroz, hasta el infierno,
      que de la. envidia fue el engendro malo.
      “Mejor que tú, por ti pienso y discierno;
      sigue, seré tu guía en la partida,
      hasta llevarte a otro lugar eterno.
      “Oirás allí la grita dolorida,
      y verás los espíritus dolientes,
      que claman por perder segunda vida.
      “Después verás, en llamas siempre ardientes
      vivir contentos, llenos de esperanza,
      los que suspensos sufren penitentes,
      “porque esperan gozar la bienandanza;
      y si quieres subir, alma más digna,
      te llevará a celeste lontananza;
      “pues el Emperador que allá domina,
      porque desconocí su ley eterna,
      me veda acceso a su ciudad divina.
      “El universo desde allí gobierna:
      ese es su trono y elevado asiento:
      ¡Feliz el que a sus plantas se prosterna!”.
      “Poeta”, dije, en suplicante acento:
      “por el dios que te fue desconocido,
      sálvame de este mal y de otro evento.