𝐉𝐮𝐚𝐧 𝐇𝐮𝐞𝐫𝐭𝐚 𝐈𝐛𝐚𝐫𝐫𝐚, ex𝐬𝐚𝐜𝐞𝐫𝐝𝐨𝐭𝐞 𝐩𝐚𝐮𝐥𝐢𝐧𝐨 y 𝐚𝐛𝐮𝐬𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐬𝐞𝐱𝐮𝐚𝐥 𝐞𝐧𝐜𝐮𝐛𝐢𝐞𝐫𝐭𝐨 𝐞𝐧 𝐌é𝐱𝐢𝐜𝐨

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  • Опубліковано 10 вер 2024
  • El Centro Católico Multimedial en su resumen de noticias del año 2022, expuso la expulsión del estado clerical del P. Juan Arcadio Huerta Ibarra, miembro de la Sociedad de San Pablo (padres paulinos), luego de la denuncia que presentó José Leonardo Araujo Araque, abogado venezolano y colaborador de la asociación que presido, 𝚂𝚙𝚎𝚜 𝚅𝚒𝚟𝚊 𝙰𝙲., 𝚍𝚎𝚛𝚎𝚌𝚑𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚒𝚗𝚏𝚊𝚗𝚌𝚒𝚊.
    Nuestra asociación ha respaldado plenamente todas las acciones emprendidas por José Leonardo para que Juan Arcadio Huerta Ibarra, sea juzgado con todo el peso de la ley y es que, aunque se logró su expulsión del ministerio sacerdotal, luego de un proceso penal administrativo ventilado ante la Arquidiócesis Primada de México, ahora estamos plenamente decididos a acompañarlo en todas las acciones civiles y penales en favor de la justicia para él y sus familiares.
    Desafortunadamente, este no es el espíritu, ni el deseo de los padres paulinos, quienes a pesar de saber que Huerta Ibarra era culpable de los graves y lamentables hechos abusivos y que tiene un proceso penal abierto en Venezuela, sin escrúpulos de ninguna naturaleza, encubrieron dentro de su provincia a este delincuente.
    En Venezuela, específicamente en la ciudad de Mérida, territorio de la cordillera andina, un tribunal de control libró una orden de captura contra este sujeto y tenemos certeza de que Venezuela ya activó los mecanismos diplomáticos en materia de cooperación penal con nuestro país, para iniciar las pesquisas necesarias y dar con el paradero de este delincuente.
    𝚂𝚙𝚎𝚜 𝚅𝚒𝚟𝚊 𝙰𝙲., 𝚍𝚎𝚛𝚎𝚌𝚑𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚒𝚗𝚏𝚊𝚗𝚌𝚒𝚊, hace votos por la justicia que no solo involucra el abuso de José Leonardo, sino de otras víctimas por parte de Huerta Ibarra, así como haremos todo lo necesario para que los encubridores sean juzgados, porque quien encubre este tipo de crímenes tan abyectos, es tan igual o peor que el propio perpetrador.
    Nuestra misión es trabajar para que las niñas, niños y adolescentes sean respetados en su integridad.
    Cristina Sada Salinas

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