Poesía épica italiana cantada: Orlando furioso (Libro I, octavas 41, 42, 43)

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  • Опубліковано 14 лис 2023
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    Continuamos con la épica italiana renacentista. Como comentamos en el video anterior, el Orlando Furioso es un poema épico que se hizo mundialmente famoso ya en su tiempo. Varias de sus octavas eran cantadas y se creó música especialmente para ello.
    Ahora escucharemos las octavas 41, 42, 43, tratan del lamento de Sacripante, rey de Circasia al perder el rastro de Angélica, una de las principales protagonistas del poema, de la cual está enamorado.
    DIsfrútenlo.
    La versión es de Jerónimo de Urrea y de José María Micó (octava 43)
    41
    - Pensier (dicea) che ’l cor m’agghiacci ed ardi,
    e causi il duol che sempre il rode e lima,
    che debbo far, poi ch’io son giunto tardi,
    e ch’altri a corre il frutto è andato prima?
    a pena avuto io n’ho parole e sguardi,
    ed altri n’ha tutta la spoglia opima.
    Se non ne tocca a me frutto né fiore,
    perché affligger per lei mi vuo’ più il core?
    -Pensamiento, que el pecho has encendido
    y helado lo arde con dolor no usado
    ¿qué haré, pues que tarde he yo venido
    (dice) y otro del fruto ha ya gozado?
    Casi hablar ni verla he yo podido,
    y otro del despojo ha ya triunfado:
    si a mí no toca flor, ni fruto de ella,
    ¿por qué afligirme debo yo por ella?
    42
    La verginella è simile alla rosa,
    ch’in bel giardin su la nativa spina
    mentre sola e sicura si riposa,
    né gregge né pastor se le avvicina;
    l’aura soave e l’alba rugiadosa,
    l’acqua, la terra al suo favor s’inchina:
    gioveni vaghi e donne inamorate
    amano averne e seni e tempie ornate.
    Semejante es la virgen a la rosa
    que en el jardín, so natural espina,
    mientras sola y entera allí reposa
    y ganado o pastor no se avecina
    aire suave y alba deleitosa,
    el agua y tierra su favor se inclina
    huelga el galán y dama enamorada
    tener el seno de ella y frente ornada
    43
    Ma non sì tosto dal materno stelo
    rimossa viene e dal suo ceppo verde,
    che quanto avea dagli uomini e dal cielo
    favor, grazia e bellezza, tutto perde.
    La vergine che ’l fior, di che più zelo
    che de’ begli occhi e de la vita aver de’,
    lascia altrui corre, il pregio ch’avea inanti
    perde nel cor di tutti gli altri amanti.
    Pero en cuanto la rosa es arrancada
    de verde cepo, del materno tallo,
    todo el favor, gracia y belleza pierde
    que los hombres y el cielo le conceden.
    La virgen, que su flor custodiar debe
    más que sus ojos o su vida y deja
    que otro la coja, pierde su excelencia
    y los demás amantes la desprecian.

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