ACTUANDO EN EL CAMINO LOS SANADORES DE DIOS PARTE 2

ACTUANDO EN EL CAMINO LOS SANADORES DE DIOS
PARTE 2
Oración, estudio, alerta, renovación y Espiritualidad. Amados Hermanos Sanadores:
Una vez más les digo: Velemos y oremos, porque la materia es frágil y en sus flaquezas puede alejarse del camino recto, al espíritu.
El espíritu que sabe velar, no se aparta nunca de la ruta que su Señor le ha trazado,
y está en aptitud de emplear su herencia y sus dones, hasta alcanzar su elevación
Este tu Ser, tendrá que salir adelante en las pruebas, viviendo alerta y nunca se dejara dominar por la materia.
El que vele y ore saldrá triunfante siempre de los trances difíciles, y
sabrá caminar con paso firme por la senda de la vida a través de su templanza.
¡Qué diferente es la conducta de los que se olvidan de orar y de velar!
Voluntariamente renuncia a defenderse con las mejores armas que en nosotros ha puesto el padre, que son
la FE, el AMOR, la LUZ y el SABER.
Hay quien no puede escuchar la voz interior, la voz que le habla a través de la intuición, de la conciencia, o de los sueños…
el corazón y la mente no entienden ese lenguaje y no pueden creer el mensaje de su propio espíritu.
Oremos por los espíritus turbados, por los materializados, por aquellos que en las entrañas de la tierra no logran aún desprenderse de sus cuerpos;
por los que sufren y lloran, por el luto ignorante, que en la Tierra les guardan.
También perdonemos y dejemos de juzgar a los que hayan sembrado males en nuestro corazón;
si nuestros ojos los pudiesen contemplar de rodillas, implorando nuestro perdón, no seríamos tan injustos con ellos.
Ayudémoslos a que vuelen hacia lo infinito, hay que elevarlos con nuestra caridad,
comprendamos que ellos ya no pertenecen a este mundo.
No nos conformemos con nuestras primeras obras, creyendo haber hecho méritos suficientes para el perfeccionamiento de nuestro espíritu, mas,
para que aprendamos cada día nuevas lecciones y descubramos mayores revelaciones, dediquemos siempre un tiempo al estudio de esta gran obra del padre.
Ahora tenemos estos benditos, escritos, estos textos, esta palabra, que es la luz, de la vida verdadera.
El sanador que es realmente de Dios es estudioso, y siempre escuchará la respuesta a sus preguntas y siempre oirá, el paternal consejo en sus instantes de prueba.
El sanador que aprovecha, es fuente de amor para todos sus hermanos, se siente verdaderamente heredado por su Padre,
y reconoce el momento perfecto desde su alma, para levantarse a desempeñar su gran misión espiritual entre los hombres.
A medida que cada uno se perfeccione, vera más cerca la meta, más aun, no sabrá si está a un paso de su salvación, o si aún tiene que recorrer un largo trecho del camino.
Lo que, si debes de saber, es que te dejes guiar sumisa y obedientemente por esta palabra, que es la voz del Espíritu Divino, Guiándote. Confía en el padre.
EL Equivocarse o faltar a la Ley, o de caer repetidas veces en el mismo error.
Atiende este llamado que es una invitación a la enmienda, esta es una súplica que nos hace nuestro Padre,
porque no quiere vernos vivir inútilmente en la tierra, y llorar después por nuestra desobediencia.
No temas al murmullo de la humanidad ni a sus juicios, teme a la justicia de Dios, y recuerda que nos ha dicho que como juez que es inexorable.
Por ello siempre hay que buscarlo como Padre, como Dios, para que nada nos haga falta en nuestro camino.
No se dejen sorprender, amados hermanos y sanadores, vivan siempre alertas y sean centinelas fieles,
no teman a las palabras que nuestros propios hermanos nos digan para convencernos de que estamos equivocados.
Hay que seguir firmes siempre, porque grandes galardones se entregaran a los soldados que sean fieles a la causa,
a los que sepan hacer frente a estos tiempos tan difíciles de confusión de ideas, entre tantos credos y religiones.
A todos nuestros hermanos los respetaremos, en la misma forma que respetaremos la Obra de los sanadores y mostraremos esta, la enseñanza que ha venido nuevamente a dejarnos el padre;
si los hombres se burlan de nosotros, hay que dejar, que la luz del Espíritu Santo llegue hacia ellos y el arrepentimiento será en su corazón, solo es cuestión de tiempo.
No detengamos nuestro paso, hermanos Sanadores. Que nuestra caminata, como siempre nos han dicho el Padre, que sea firme en la senda del bien y del progreso,
porque tiempos vienen en el que solamente el bien, abra la brecha al hombre, y en que solamente la virtud y la verdad sostengan en este camino de la lucha y del combate.
Dice nuestro padre. Los días ya se están acercando, en que el engaño y la calumnia habrán de caer, en que la falsedad, la hipocresía, el egoísmo,
y toda mala simiente, encuentren su fin, a través de grandes pruebas, tropiezos y reveses.