JESUS BUSCANDO CORDEROS PARA EL SACRIFICIO

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  • Опубліковано 7 лют 2025
  • Deja que tu amor sea mucho más grande y fuerte que tus temores, y que tus actos sean más claros y contundentes que tus propias palabras.
    Recuerdo hace tiempo, en mi oración le pedía a Jesucristo que ayudara con mayores dones a uno de mis hermanitos que pedía a gritos desesperados, dones o mayores capacidades, para hacer mejor el trabajo de Dios.
    Le dije. -Señor ayuda a mi hermanito porque él quiere hacer tu trabajo, pero necesita herramientas para hacerlo, ayúdalo por favor, dáselos.
    Él me dijo.
    -Cada uno de ellos ha llegado a ti porque yo así lo decidí. Ellos han formado parte de tu equipo de trabajo y han sido tus alumnos porque ellos así lo pidieron. Yo les puse los medios. Así ha sido mi voluntad, enviarlos a ti para que tú los prepares. -
    Él se acercó más y se puso enfrente de mí y junto sus manos como si fuera yo a echar agua en ellas. Luego agrego.
    -Hijo mío, coloca aquí en estas mis manos el trabajo de Él, lo que ha hecho en el mundo para la humanidad, y de cada uno, de todos los que han llegado a ti a prepararse.
    ¿En dónde están ahora todos? Mira mi hijo, ¿Cuánto tiempo tienes tú en este camino de servicio a mí?
    Casi toda tu vida, y nunca me pediste nada, todo lo has hecho como has podido y batallado mucho. Todo lo que tienes ahora te lo he dado yo mismo.
    Ellos, los que inician en este camino, quieren todo para no batallar en nada, no se esfuerzan, no buscan, no piden, no esperan, no quieren dar nada, ni siquiera un poco de sufrimiento en el batallar de los andares.
    No es que yo quiera ver sufrir a mis hijos, sino que no prueban su verdadero amor. Tú en muchas ocasiones tuviste que ser llevado a pruebas muy fuertes y extremas, en donde se te ha probado en lo más duro y extremo.
    ¡No todos son llevados a estos extremos como a ti, porque no lo soportarían!
    Así es el trabajo de amor y comprensión en este, mi camino.
    Mis hijos como tú, que han asumido por voluntad propia estas responsabilidades tan grandes, tienen que ser llevados y probados en lo más caliente, en lo más extremo de las temperaturas del crisol,
    para qué se hagan fuertes en la comprensión, en la resistencia y en el verdadero amor.
    Mira mi hijo, cuantos hijos míos, y a maestros he enviado a ti, y cuantos en verdad han llegado a la cima.
    Muchos de ellos han estado a punto de alcanzarla y en la primera prueba, o en el primer tropezón, el primer apretón, se dejan caer ellos mismos, y se van rodando cuesta abajo sin poder detenerse, hasta el fondo del abismo de nuevo.
    Luego, deben empezar de nuevo y eso les puede llevar vidas enteras…
    y te pregunto ahora mi amado hijo… ¿En dónde están entonces los corderos para el sacrificio que tanto busco? ¡Casi nadie lo quiere ser!
    Deja a mis hijos que me sigan pidiendo, que yo les daré lo que cada uno de ellos necesita, pero no les daré todo lo que pidan. Que me demuestren con esfuerzo claro y contundente, que necesitan ayuda y yo les responderé.
    Cuando yo veo a cualquiera de mis hijos que está batallando en el verdadero esfuerzo, así yo le respondo, le ayudo.
    Cada uno debe hacer su trabajo de hacer, con su propio esfuerzo,
    lo que quiere hacer y su trabajo interior de vencerse así mismo. Eso es evolucionar.
    Cuando ya los veo que empiezan a sufrir porque no pueden, allí estoy para ayudarlos y sostenerlos. Pocos conocen o comprenden mi camino, que es, el camino de la Redención.
    Deseo para todos ustedes salud, una conciencia clara, paz en sus corazones y luz en sus almas.

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