Contento con lo que tengo

1 Timoteo 8:10
¿Estás contento con lo que tienes? Fue la pregunta que llegó a mi corazón en esta meditación. Mi respuesta sincera fue esta: “Señor, estoy agradecido por lo que tengo, estoy consciente de que tengo más de lo que merezco e imaginé tener, pero la verdad, para mi vergüenza, no me siento contento”. No sé cuál sería tu respuesta a esta pregunta, quizás sea muy cercana a la mía o tal vez tú sí estás sinceramente contento y no deseas nada más (no deseas una mejor casa, un mejor carro, un mejor colegio para tus hijos) que lo que tienes. De ser así, FELICIDADES.
Pero si eres descubierto en tu desnudez como yo, tenemos que meditar en esto con más detenimiento. El verso anterior presenta una de las razones para tal contentamiento “nada trajimos al mundo y nada nos llevaremos”. Es la transitoriedad de esta vida la que debería llevarnos a una existencia agradecida y sencilla, a eso h ace referencia ese texto. Este es solo un lugar de paso y si tenemos lo necesario deberíamos estar contentos, pues ni lo teníamos, ni podremos llevarlo con nosotros a la eternidad; simplemente las cosas terrenales han cumplido su objetivo, sostenernos con lo necesario en este lado del sol.
Pablo reconoce que nos cuesta vivir de esta manera porque luchamos con deseos en el corazón por la riqueza y eso se convierte en un lazo que nos hace caer. Los deseos que tenemos tienen la tendencia a querer dominarnos y cuando es el deseo de tener más lo que nos domina, entonces estaremos dispuestos a hacer lo necesario para obtenerlo; nuestras mentes, cuerpos, tiempos, relaciones, servirán a ese deseo. Seremos siervos de lo que deseamos; nosotros mismos nos pondremos un lazo que nos hará caer.
Ahora, el problema no es el dinero, el dinero es amoral, no es bueno o malo en sí mismo. El dinero es simplemente un bien material que si es visto como un bien espiritual, es decir, lo que me provee paz, esperanza, alegría, descanso, entonces se nos hace deseable; es allí donde se convierte en la raíz de todos los males. Cuando el dinero deja de ser visto como un bien material y se transforma en EL BIEN espiritual, hemos caído en la trampa y estamos camino a la destrucción.
El dinero es una provisión de Dios para nuestro bien, y sin Dios en el centro este dejará de ser un bien y se convertirá en una maldición, por tanto, hagamos nuestras en este día las palabras del salmista: “Yo dije al SEÑOR: «Tú eres mi Señor; ningún bien tengo fuera de Ti»” Salmo 16:2.

[@CarlosSanchez-cx5mc]

Es muy cierto lo material no te da nada, a veces nos aferramos a cosas materiales y no nos vamos a llevar nada, solo las buenas obras tendrás como un tesoro en el cielo, arrepiéntete y cree en el evangelio,.