Mejor es ir al funeral que a la fiesta

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  • Опубліковано 20 жов 2024
  • Eclesiastés 7:2
    Este consejo lo escuché por primera vez en labios de un pastor amigo (para ese entonces era mi mentor pastoral). Estábamos en una reunión de equipo de trabajo de la iglesia y recibió una llamada de una mujer miembro de la congregación contándole que su esposo había fallecido. Al terminar la llamada, este pastor amigo se paró y dijo: “me tengo que ir”. Uno del equipo le sugirió que esperara un rato y que terminada la reunión podía salir hacia allá; la respuesta del pastor fueron más o menos las siguientes palabras: “la gente no se acordará de las diez fiestas y almuerzos que compartiste con ellos, sino la única vez en que lo acompañaste o no en su momento más difícil”.
    El proverbista lo expresa así: “En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia” (Proverbios 17:17 RVR60). El predicador comienza a darnos en el capítulo 7 de su sermón de 12 capítulos unos proverbios bajo el encabezado “mejor es”. Para el predicador en sus observaciones de la vida debajo del sol es mejor ir a un funeral que a un banquete. La primera reacción que tenemos ante tal declaración es de rechazo o por lo menos sorpresa. ¿En qué sentido es mejor ir a un funeral que a una fiesta?
    Primero, creo que como lo ilustré en las palabras de mi amigo pastor, es mejor expresada la amistad cuando se acompaña al que está en luto y dolor que cuando compartimos solo los momentos buenos. En el tiempo de la angustia se descubre quiénes son los verdaderos amigos. Este escenario es mejor para la expresión del amor y la amistad. Es mejor para el que es acompañado, él lo apreciará más.
    Segundo, es mejor para el vivo, el que va al funeral. El predicador dice que al vivo el estar en el lugar del luto, le hará reflexionar en su corazón. Es más productivo para el alma del acompañante estar en la casa del luto que en el lugar del banquete. Esto le hará reflexionar sobre el valor de la vida, la inexorabilidad de la muerte, la soledad, el cuidado de la salud, etc. Habrá mucho provecho si se reflexiona en la realidad de la muerte como el fin de todo. Es más, podría llevarle a la pregunta ¿Esto es todo? De tal forma que pueda recordar el evangelio y su esperanza de la vida futura, se alimente al considerar la promesa de vida eterna que tenemos quienes estamos en Cristo.
    Habrá alguien que hoy necesite nuestra visita. ¿Alguien en angustia? ¿Luto? ¿Depresión? Es mejor ahora, para tu amigo/a, y para nosotros hacernos presente en la casa de la tristeza. Si eres tú el que está en luto y no hallas a nadie a tu lado, recuerda que si estás en Cristo no estás solo; NUNCA ESTÁ SOLO EL QUE SOLO TIENE A DIOS.

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