07 Deja ir a mi hijo para que me sirva | Éxodo

Поділитися
Вставка
  • Опубліковано 22 січ 2024
  • Título: Deja ir a mi hijo para que me sirva
    Serie: Yo Soy, basada en el libro de Éxodo.
    Predicador: Pastor Carlos Leiva
    Fecha: domingo 21 de enero de 2024
    Servicio General
    Síguenos en:
    Facebook: / gsgorg.cguatemala
    Escríbenos a: guatemala@graciasobregracia.org
    Iglesia Gracia Sobre Gracia. Ciudad de Guatemala, Guatemala.
    Derechos Reservados © 2024 | #GraciaSobreGraciaGT
  • Розваги

КОМЕНТАРІ • 1

  • @omargil2582
    @omargil2582 5 місяців тому

    RESUMEN:
    Prédica: Deja Ir a Mi Hijo para Que Me Sirva
    La Biblia presenta de manera muy gráfica la relación de Dios con su pueblo como la de un padre amoroso con sus hijos. Esto se ve claramente en el Éxodo, cuando Dios llama a Israel "mi hijo, mi primogénito" (Éxodo 4:22).
    Esta poderosa metáfora paterna comunica varias verdades profundas. En primer lugar, habla de la intimidad y cercanía que Dios desea tener con los suyos. Un padre busca el bienestar de sus hijos, se preocupa por ellos, los guía y les da lo necesario para vivir. Así cuida Dios de su pueblo.
    Además, al presentarse como Padre, Dios revela su autoridad sobre Israel. Un hijo debe respetar, obedecer y honrar a su progenitor. De igual manera, Dios espera que su pueblo responda con temor reverente y sumisión a su voluntad.
    Pero la metáfora va más allá. Apunta al Hijo unigénito de Dios, Jesucristo, quien vino a cumplir el propósito redentor del Padre. Israel como nación fue una figura, un prototipo que prefiguraba algo superior: la salvación de toda la humanidad por medio de Cristo.
    Así, en el Nuevo Testamento vemos que Dios nos adopta como hijos suyos por medio de la fe en Cristo. Ahora podemos relacionarnos con él íntimamente como nuestro Abba, Padre celestial. Hemos sido injertados en la familia de Dios.
    Por tanto, disfrutemos de esta relación, dependiendo del Padre como hijos amados. Obedezcámosle con reverencia y adorémosle en espíritu y en verdad. Caminemos cada día en santidad y sumisión a su voluntad, confiando en su guía y provisiones. El Padre cuida de nosotros.
    De esta manera responderemos apropiadamente al sublime privilegio de ser hijos e hijas del Dios Altísimo por medio de nuestro Señor Jesucristo.