La ecuación de la violencia machista tiene dos partes

Para resolver un conflicto cada una de las partes tiene que asumir su responsabilidad.
Si queremos aprender a vivir desde el corazón a través del adulto/a consciente, tenemos que si o si dejar de entrar en el juicio ni creer o pensar que tenemos más o menos responsabilidad delante el conflicto que sea.
En el Amor, el ego no domina a la persona consciente.
Puede intentar de todas todas, querer dominar e imponerse o escaparse del otro o la situación, pero el Adulto y Adulta no se dejan llevar por los impulsos de ataque y huida del ego para protegerse, ya que pertenecen a nuestra parte animal, el cerebro reptiliano. Simplemente se hace cargo de averiguar el cómo es que está viviendo lo que está viviendo para aprender de sí mismo/a y hacer aquello necesario para que no se repita más.
Uno que se ama, ni pega ni se deja pegar.
Porque el verdugo y la víctima están dentro de cada uno y, todos, y todas, sí, tenemos un trabajo a hacer con las dos polaridades porque es innato la agresividad y la pasividad en el ser humano inconsciente como te decía, es animal, como se comporta como un animal el ego.
Delante de la herida infantil nos posicionamos en la víctima o el verdugo.
Unos/as buscan el amor a través de los gritos, ser “malos”, y los/as otros/as buscan el amor a través de callar y ser “buenos”. Estos gritos para afuera o para adentro es lo que aprendieron sin saberlo los niños y niñas para reclamar de las mejores maneras que podían, a papá y mamá atención, reconocimiento y escucha sincera desde la presencia.
Para terminar con la lacra del machismo y los malos tratos y abusos en la pareja hay que salir del verdugo y la víctima, hay que entender que se está viviendo desde el ego que se cree con todos los derechos o con ninguno. Solo son papeles que creemos y vivimos como auténticos, pero la Autenticidad tiene que ver con el Amor, ni pega ni se deja pegar.
Vaaaamos!!!