Bendito dolor

Bendito dolor
Entre las ruinas que preceden a la vorágine de mil encrucijadas
El brillo excelso de rutas como ramas encandilan hasta el pasmo mi mirada
Y entorpece mi caminar
Sombras al fondo del pozo de mi pecho escalaban febrilmente las paredes
Aquellas garras y risa vituperante arrastraban contra el suelo mi semblante
Y a mi corazón nimbado por relámpagos del deseo le vi escabullirse y reposar en la lejanía lunar
En silencio marché sereno pues mi sangre consagraba también la belleza de aquella felicidad solar
Las espinas ya están abriendo la piel
Y entre las rasgaduras va entrando una tenue luz incendiaria
Vestigios enconados aquí dentro aún retumban tempestades
En este laberito Todo son salidas, de ninguna de ellas saldré librado sin raspones ni añoranzas caídas
Las espinas ya están abriendo la piel
Y entre las rasgaduras va entrando una tenue luz incendiaria, que quemará todos los escondites infestados de los nubarrones que trajo este bendito dolor
Bajo las nubes de hollín y miseria escuché mi propia voz al final de una escalera:
Búscame, que la lengua se me enrosca y me ahoga con el tiempo
Búscame, aquí dentro hace frío y me siento aturdido
Las espinas ya están abriendo la piel
y entre las rasgaduras va entrando una tenue luz...
Y entre las rasgaduras va entrando una tenue luz incendiaria