UNA Herencia necesaria para Costa Rica: Documental 50 aniversario UNA
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- Опубліковано 8 лют 2025
- UNA herencia necesaria para Costa Rica
Que la Universidad Nacional naciera en Heredia no fue una casualidad. Aquí habían madurado las condiciones para seguir abonando el campo del pensamiento crítico, heredado de los albores del siglo XX, con la creación del Liceo de Heredia; fue en este lugar donde se impulsó la educación mixta en la secundaria, cuando aún pervivía la idea de que hombres y mujeres no debían compartir un aula.
Heredia fue la cuna de la pedagogía en Costa Rica, el destino a donde se venían a formar a la Escuela Normal y a la Escuela Normal Superior las legiones de maestros y profesores que extenderían la frontera del conocimiento hacia aquellos territorios del país donde hacía falta la belleza de la palabra, las revelaciones de la ciencia y la apertura para otras expresiones del pensamiento.
En Heredia tenía sentido también la idea de echar a andar un nuevo proyecto de educación superior, que diera cabida a nuevas carreras y a la admisión de una abundante cantidad de egresados de secundaria, producto de la tasa de crecimiento de población de Costa Rica, que era una de las más alta de América Latina.
Existía también un ambiente propicio para regionalizar, ampliar la oferta académica y llevar la universidad a otros lugares del país, según se desprendía del III congreso universitario que había realizado la Universidad de Costa Rica a inicio de los años 70. De paso, se creaba una universidad alternativa a la misma UCR, sobre la cual los sectores políticos consideraban que se había radicalizado por la influencia de la izquierda.
A lo externo también había condiciones que favorecían el nacimiento de una nueva universidad que volviera su mirada al agro, por ser esa la ruta de salida de Costa Rica hacia el mercado internacional.
Si bien el proyecto Universidad Nacional se aprobó de forma unánime en la Asamblea Legislativa, el 7 de febrero de 1973, eso no quita que su nacimiento fuera muy polémico, por la oposición de algunos sectores que adversaban su creación.
Éramos un país que vivía una coyuntura favorable en la década de los años 70. El llamado Estado empresario intervenía en la economía, como un promotor de desarrollo en favor de las clases desfavorecidas; la agricultura y la industria vivían un momento vital de expansión y la apuesta por un modelo dirigido a la sustitución de importaciones, necesitaba ampliar y diversificar el perfil educativo de la población. Al crearse la UNA se reforzaron las aspiraciones de un estado que requería de socios para consolidar su plan nacional de desarrollo.
El nacimiento de la universidad también estuvo marcado por las ideologías del momento. El concepto mismo de Universidad Necesaria, en el que se inspira la UNA, había sido planteado por el antropólogo Darcy Ribeiro, como la alternativa de América Latina a la Universidad escolástica, elitista y piramidal europea, que solo perpetuaba la colonización cultural, según decía Ribeiro. La universidad necesaria es aquella comprometida con las necesidades y problemas del desarrollo autónomo de nuestras naciones y en la incipiente Universidad Nacional ese concepto encontraba su mejor aliado en el primer rector, el padre Benjamín Núñez.
Aún con todas las presiones de la opinión pública externa y las divisiones ideológicas internas, la Universidad Nacional le hacía frente a ese momento germinal a fuerza de consensos y a sabiendas de que no todos abrazaban el concepto de universidad necesaria.
Con los primeros proyectos de extensión, que se enfocaron en el auxilio a grupos de campesinos sin tierra, la UNA desarrollaba la vocación que la volvía necesaria para el país. Quienes promulgaban el proyecto encontraban aquí razones de sobra para incidir en la realidad del país.
Un momento clave en la consolidación de la Universidad Nacional se dió en junio de 1975, tras la enmienda a los artículos 84, 86, 88 y 111 de la Constitución política. Esta reforma constitucional le garantizó a la institución recursos estatales y autónomos, en vez del presupuesto limitado que le asignó el gobierno en los primeros dos años.
Cerca 68. 500 graduados y unos 200 mil estudiantes confirman, 50 años después de su inauguración, el 14 de marzo de 1973, por qué la Universidad Nacional es necesaria para el país y su gente; pues ahí donde haya una madre que se supera, un habitante de los pueblos originarios que reclama sus oportunidades formativas, un agricultor que estudia la materia mientras conversa con la tierra o una joven becada que se visualiza como ciudadana del mundo, ahí estará la Universidad Nacional construyendo con todos el país que soñamos ser. Porque la UNA será necesaria en cuanto más se adecue a aquel proyecto que tuvo como preocupación central contribuir con el desarrollo del país e integrar a las personas excluidas; es decir a quienes hoy como ayer, buscan en la educación, la ruta para progresar.
Dirección y locución
Víctor Barrantes
Producción
Roberta Hernández
Realización
Joaquín Salazar
Producción musical
Carlomagno Araya
Soy hijo de una de ellas(0:35) y ahora estudiante de la UNA también!!
Muy bueno el documental. Gracias
Muy agradecida con la UNA, soy egresada y funcionaria orgullosa.
Soy parte de la primera generación de la Escuela de Planificación y Promoción Social, creada en 1974. Orgullosamente soy sello UNA
Excelente documental soy graduado en Relaciones Internacionales en los años 80 y se del aporte y oportunidad que brindo a personas de escasos recursos para cumplir sus metas felicidades en su 50 aniversario
Conmovida. Soy testigo. Tuve el honor de trabajar alli en la Escuela de Ciencias Ambientales. Adelante
Un detalle : don Francisco Antonio se refiere al PUSC, sin embargo en ese momento, no existía este partido. Maravillosa Universidad!!!
la educación en costa rica tuvo un mayor progreso en 40,80.90 y 2000 en mas estudiantes en costarica