Explicación del capítulo 1 de La condición humana de Hannah Arendt (parte 1)

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  • Опубліковано 29 вер 2024
  • En esta serie de 3 vídeos se intenta explicar el contenido del primer capítulo del libro La condición humana, texto incluido en 2024 entre los textos para la EvAU.
    Explicación por Santiago García Espejo (profesor de Filosofía).

КОМЕНТАРІ • 2

  • @thepativan66
    @thepativan66 4 місяці тому +1

    Hola buenas!!! Me estoy preparando esta autora para el examen de mañana (EvAU) y me serian de gran utilidad los apuntes que empleas en el vídeo. ¿Donde puedo encontrarlos? Gracias.

    • @valsanchezfernandez5549
      @valsanchezfernandez5549 4 місяці тому +1

      Hola! No se si te sirva pero yo me escribí en una cara lo que aborda la autora en este capítulo de su obra, por si te interesa:
      Hanna Arendt fue una filósofa, escritora y teórica política alemana. En la obra "La condición humana", publicada en 1958, ofreció una reflexión sobre las actividades y condiciones que definen la vida humana en la tierra. Para Arendt, el ser humano desarrolla dos actividades fundamentales: la actividad teórica o contemplativa (vita contemplativa) y la actividad práctica (vita activa). La vita contemplativa estaría
      relacionada con la actividad intelectual pura y que, generalmente, ha producido la filosofía. Sin embargo,
      Arendt está más interesada en la vita activa (vida activa), con la que construimos una sociedad libre y justa.
      En el capítulo I, le da protagonismo a esta última, dividiéndola en tres tipos de actividades: labor, trabajo y
      acción. Estas actividades son esenciales porque cada una refleja una de las condiciones fundamentales que
      definen la existencia humana en este mundo.
      La labor se refiere al proceso biológico del cuerpo humano, y
      su condición humana es la vida misma. El trabajo, en cambio, es la actividad que surge de las demandas no
      naturales del ser humano, creando un mundo artificial de cosas, claramente distintas a todas las
      circunstancias naturales. Su condición humana es la mundanidad. Por último, la acción es la única
      actividad que se desarrolla entre los seres humanos sin la mediación de objetos materiales, reflejando así la
      condición humana de la pluralidad, siendo esta específicamente la condición de toda vida política. Somos
      seres de acción y mediante las acciones nos mostramos al mundo. Estas tienen unas repercusiones en el
      mundo que compartimos con otros, es decir, tienen consecuencias, por lo que debemos ser responsables
      de ellas. Este es el precio de la libertad.
      Estas actividades y sus respectivas condiciones, se relacionan con
      la condición más general de la existencia humana: natalidad y mortalidad. La labor asegura nuestra
      supervivencia y la de nuestra especie, mientras que el trabajo y lo que creamos nos dan una sensación de
      permanencia en un mundo que cambia constantemente. En cuanto a la acción, esta establece las bases
      para el recuerdo y la construcción de la historia. A pesar de que las tres actividades están arraigadas en el
      principio de la natalidad, la acción guarda la relación más estrecha con este principio, puesto que cada
      individuo es único y posee la capacidad de iniciar algo nuevo, es decir, de actuar. Dado que la acción es
      fundamentalmente política, la natalidad puede ser considerada como la categoría central del pensamiento
      político.
      Arendt argumenta por otro lado que cualquier cosa que entra en contacto con el hombre, asume
      de inmediato el carácter de condición de la existencia humana. De ahí que los hombres, no importa lo que
      hagan, son siempre seres condicionados. Además, afirma que puesto que la existencia humana no es
      posible sin cosas al estar condicionada, para no caer en la idea de no-mundo, es importante entender que
      la condición humana no tiene nada que ver con la naturaleza humana.
      A partir de esto postula que si los
      humanos emigráramos a otro planeta, esto nos llevaría a vivir bajo condiciones radicalmente distintas a las
      de la Tierra, pero eso no dejaría de hacernos seres humanos puesto que continuaremos condicionados
      aunque fuera una condición autofabricada.
      Respecto a la naturaleza humana, Arendt argumenta que es
      improbable que los seres humanos puedan definir su propia esencia de la misma manera que pueden
      hacerlo con otras cosas, ya que ello implicaría un salto fuera de nuestra propia perspectiva. Además, no
      hay razón para asumir que los humanos tienen una naturaleza o esencia en el mismo sentido que otras
      entidades, lo que sugiere que sólo un ser divino podría conocerla y definirla. Sin embargo, el hecho de que
      los intentos de definir la naturaleza humana conduzcan a la creación de conceptos divinos, crea sospechas
      sobre la noción de "naturaleza humana".
      Por otro lado, las condiciones de la existencia humana no
      pueden explicar completamente quiénes somos, ya que no nos condicionan completamente. La filosofía
      siempre ha sostenido esta perspectiva en contraste con otras ciencias, pero sin embargo, en la actualidad
      casi se puede afirmar que científicamente se ha demostrado que aunque vivimos bajo condiciones
      terrenales, no estamos determinados por la Tierra. Esto se explica al la ciencia moderna haber
      considerado la naturaleza desde una perspectiva universal.