El profeta del señor huyó a Oreb Bajo el sol el caminaba sin cesar El peligro le acechaba, al decierto fue a parar en la sombra de un enebro se durmió (se durmió). Muchas veces cuando estoy en aflicción, me pregunto oh Señor que pasa en mi, me dirijes al ennbro y allí en mi decierto me acompañas otra ves estás tú en mi dolor. CORO Y el ángel del señor acampa allí Nos defiende del mundo absurdo El provee en la escasez fortaleza es al andar, aunque largo sea el camino, al cansancio y al temor en bonanza tornará, pues Jesús no fallará. II estrofa En la noche el señor lo acompañó en un solo apasivo apareció, mas Elías se postró del señor oyó la voz que le dijo: vuelve pronto a cumplir con tu misión. Fuerzas viles nunca te doblegarán aunque solo en el peligro el salvará, con un delicado silvo te invita a obedecer y dejar al dios Baal de Elías aprender.
El profeta del señor huyó a Oreb
Bajo el sol el caminaba sin cesar
El peligro le acechaba, al decierto fue a parar en la sombra de un enebro se durmió (se durmió).
Muchas veces cuando estoy en aflicción, me pregunto oh Señor que pasa en mi, me dirijes al ennbro y allí en mi decierto me acompañas otra ves estás tú en mi dolor.
CORO
Y el ángel del señor acampa allí
Nos defiende del mundo absurdo
El provee en la escasez fortaleza es al andar, aunque largo sea el camino, al cansancio y al temor en bonanza tornará, pues Jesús no fallará.
II estrofa
En la noche el señor lo acompañó en un solo apasivo apareció, mas Elías se postró del señor oyó la voz que le dijo: vuelve pronto a cumplir con tu misión.
Fuerzas viles nunca te doblegarán aunque solo en el peligro el salvará, con un delicado silvo te invita a obedecer y dejar al dios Baal de Elías aprender.