“AL NAZARENO” AL AMANECER DE VIERNES SANTO SAETA ¡Ay!, al brotar el…, al brotar el nuevo día. ¡Ay…, está saliendo JESÚS, queda su casa vacía y a cuestas lleva la cruz, ¡ay!..., queda su casa vacía y a cuestas lleva la cruz y su espalda “dolería”, ¡ay!..., y a cuestas lleva la cruz y su espalda “dolería”. Translúcida mañana de un mes de primavera, el manto que la cubre, de estrellas salpicado, para que no se arrugue, parece estar colgado o más bien suspendido sobre la estratosfera. Avisto el horizonte, vislumbro claridad, el ascua de oro intenta divulgar la salida, sus rubios rayos marcan el punto de partida, donde a hombros, un niño; le sigue su hermandad. Un pórtico a su espalda, una "plazuela" al frente, a la izquierda se vierte la vereda empinada, la que, de nazarenos parece estar sembrada, brotando entre matojos un vivero de gente. Dos ringleros destacan de erectos capirotes que paso a paso avanzan y a cuestas el madero, por aquel recorrido convertido en sendero, reguero de caídas, de espinas y de azotes. …///… …///… Pasa Cristo ante su puerta. Pasa Cristo y yo no sé si cuando pasa, tu fe, está dormida o despierta. Julián Márquez Rodríguez Un majestuoso “paso” camina lentamente, no le adornan ni flores, ni luces de neón, sólo un Cristo y soldados a su coronación que incrustan las espinas horadando su frente. Yo, al verle, le pregunto cargado de emoción. ─ ¡Oh Jesús!, ─ ¿cómo Tú, Ser, todo omnipotente no esquivaste pudiendo, la acción de tu oponente para obstaculizar, de pleno tu aprehensión? Anda, pasa, respuesta no da a lo preguntado, yo, al verlo cabizbajo, presiento mas intuyo cuanto su corazón retiene atesorado. Otro, hubiérase visto tal vez exacerbado, Él todo lo contrario, sentíase muy suyo aceptando del Padre, cuanto le hubo asignado. Otro “paso” a la vista, que me deja perplejo (el balcón de Pilatos Poncio); y él presentando a aquel Jesús en cueros, al que estaba acusando ante la muchedumbre y ante su fiel Cortejo A aquel no pregunté, no creí necesario, pronto lo adiviné cuando vi el escenario, por sí hablaba solo, las palabras sobraban bajo el fasto dosel que cubría el sitial, Jesús estaba impávido ante el ceremonial: y cuanto a acusaciones, en sí no le importaban, pues cumplía el mandato del Padre Celestial. Me descolgué al declive de la encumbrada calle y, como si viniese hacia mí desvarando, “otro colosal paso” se estaba aproximando, del que no me perdía ni el mínimo detalle. Manuel Mejía Sánchez-Cambronero DESDE LA MANCHA DEL QUIJOTE, Ciudad Real (ESPAÑA)
Q recuerdos cuántas madrugadas para verle es precioso 🙏❤️🙏
del madrid al cielo y de los moraos a la gloria
Es precioso
Yo soy de los moraos
“AL NAZARENO”
AL AMANECER DE VIERNES SANTO
SAETA
¡Ay!, al brotar el…,
al brotar el nuevo día.
¡Ay…, está saliendo JESÚS,
queda su casa vacía
y a cuestas lleva la cruz,
¡ay!..., queda su casa vacía
y a cuestas lleva la cruz
y su espalda “dolería”,
¡ay!..., y a cuestas lleva la cruz
y su espalda “dolería”.
Translúcida mañana de un mes de primavera,
el manto que la cubre, de estrellas salpicado,
para que no se arrugue, parece estar colgado
o más bien suspendido sobre la estratosfera.
Avisto el horizonte, vislumbro claridad,
el ascua de oro intenta divulgar la salida,
sus rubios rayos marcan el punto de partida,
donde a hombros, un niño; le sigue su hermandad.
Un pórtico a su espalda, una "plazuela" al frente,
a la izquierda se vierte la vereda empinada,
la que, de nazarenos parece estar sembrada,
brotando entre matojos un vivero de gente.
Dos ringleros destacan de erectos capirotes
que paso a paso avanzan y a cuestas el madero,
por aquel recorrido convertido en sendero,
reguero de caídas, de espinas y de azotes.
…///…
…///… Pasa Cristo ante su puerta.
Pasa Cristo y yo no sé
si cuando pasa, tu fe,
está dormida o despierta.
Julián Márquez Rodríguez
Un majestuoso “paso” camina lentamente,
no le adornan ni flores, ni luces de neón,
sólo un Cristo y soldados a su coronación
que incrustan las espinas horadando su frente.
Yo, al verle, le pregunto cargado de emoción.
─ ¡Oh Jesús!, ─ ¿cómo Tú, Ser, todo omnipotente
no esquivaste pudiendo, la acción de tu oponente
para obstaculizar, de pleno tu aprehensión?
Anda, pasa, respuesta no da a lo preguntado,
yo, al verlo cabizbajo, presiento mas intuyo
cuanto su corazón retiene atesorado.
Otro, hubiérase visto tal vez exacerbado,
Él todo lo contrario, sentíase muy suyo
aceptando del Padre, cuanto le hubo asignado.
Otro “paso” a la vista, que me deja perplejo
(el balcón de Pilatos Poncio); y él presentando
a aquel Jesús en cueros, al que estaba acusando
ante la muchedumbre y ante su fiel Cortejo
A aquel no pregunté, no creí necesario,
pronto lo adiviné cuando vi el escenario,
por sí hablaba solo, las palabras sobraban
bajo el fasto dosel que cubría el sitial,
Jesús estaba impávido ante el ceremonial:
y cuanto a acusaciones, en sí no le importaban,
pues cumplía el mandato del Padre Celestial.
Me descolgué al declive de la encumbrada calle
y, como si viniese hacia mí desvarando,
“otro colosal paso” se estaba aproximando,
del que no me perdía ni el mínimo detalle.
Manuel Mejía Sánchez-Cambronero
DESDE LA MANCHA DEL QUIJOTE, Ciudad Real (ESPAÑA)