¿Y si Dios me contara su día?

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  • Опубліковано 16 жов 2024
  • Un día más para ellos que, en mi infinidad, es nada para mí…
    Me paseo de nuevo en medio de ellos, mi creación está asustada, enojada, triste, cada vez es más grande la impotencia que sienten; fue imprevisto para ellos, de la noche a la mañana no hay más abrazos, no hay más afecto, de la noche a la mañana no hay más libertad, de la noche a la mañana el “mundo” que conocen y que construyeron cambió por completo, inesperado para ellos, más no para mí.
    Me paseo entre ellos, estoy allí, en la casa de cada uno de ellos, los observo recorriendo sus hogares sin saber qué más hacer, algunos juegan todo el día o duermen todo el día, la monotonía y aburrimiento en su máxima expresión, lamentan y odian su situación, maldicen el no poder volver a su normalidad, a esa vida antes del encierro, vida que tampoco valoraban, vida que también criticaban; ni siquiera son conscientes de que la “cuarentena” para otros es estar encerrados las 24 horas con un violador o abusador; ignoran que hay médicos, enfermeros y demás que valorarían la cuarentena, pero salen a diario para tratar de salvar a los demás.
    ¿Qué ha pasado? Un virus los tiene así, ¡Cuán vano y triste pensamiento! Muchos temen morir, pero osan vivir muertos espiritualmente, cómo si esta vida terrenal fuera lo más importante, como si su eternidad no importara, algunos lo ignoran adrede, y otros ni siquiera tienen idea, ¿Cómo mas debo hacerles entender? Hay quienes me echan la culpa de todo esto, curioso, las mismas personas que defienden a muerte que no existo, son las primera en echarme la culpa cuando algo malo pasa, cómo si a mí no me doliera esta situación también, cómo si yo de verdad quisiera esto para mi creación, cómo si me conocieran, cómo si se tomaran la molestia de conocerme de verdad y no en base a sus malas experiencias con personas e instituciones que no me representan.
    Otros aprovechan la susceptibilidad de la gente para sacar mi palabra de contexto, e infunden miedo en corazones ya atemorizados, gritando que es el fin, se atreven a juzgar a los demás cuando muchos de ellos arderán en el infierno; algunos lo hacen por ignorancia, no tienen quién los guíe en el estudio de mi palabra, si tan solo dejaran que mi Espíritu Santo los direccione, pero no quieren escucharlo, solo quieren leer y escuchar lo que les agrada.
    El egoísmo reina, quieren "sobrevivir" a costa de la vida de los demás.
    Es otro día dónde me enojo y me arrepiento.
    También veo a mi iglesia, pasando la misma crisis, algunos de ellos han recibido milagros, otros han muerto ya, y varios más están siendo infectados ahora mismo. Algunos le atribuyen esta situación al libre albedrío, “esta situación es culpa del hombre y su pecado, es solo consecuencia de sus malas decisiones” ¡Ay mi pueblo! Hay tanto que también quisiera decirle en estos tiempos, pero muchos de ellos no me escuchan, tienen demasiado tiempo libre que se olvidaron de pensar en mí, se olvidaron de buscarme, ver cómo más perder el tiempo parece ser más importante que Yo. Es otro día dónde me enojo y me arrepiento, pero también me complazco, en algunos hogares, en diferentes partes del mundo, veo a mis hijos adorandome, deciden dejar el temor de lado; deciden aceptar que no pueden entender todo lo que sucede en este mundo, confían en que soy Dios y en mi sabiduría, y se niegan a buscarle una explicación a todo. Creen en mí y saben que nada se sale de mi control; saben que hay una vida mejor si me tienen de su lado.
    Así pasa un día más para ellos, el reloj avanza, y el fin se acerca; el mundo está más abierto que nunca, tienen miedo, necesitan ser guiados, necesitan que les expliquen, ¿Por qué se esconde mi iglesia? Yo los sostengo, ustedes hablen de mí, salgan a las redes, pídanme ideas, busquenme más, otro día acabó, ¿Están viviendo como si fuera el último? ¿Cuántas almas se perdieron y cuántas almas se ganaron? Sean parte del último avivamiento que viene antes de que me lleve a mi iglesia y consume mi ira; cuiden su salvación, clamen, fuércenlos a entrar; tal vez mañana no haya “un día más”.

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