Perder tu casa, tu vehículo, tu negocio o incluso tu trabajo es algo durísimo, pero nada en comparación con un ser querido que no pudo salvarse porque tuvo que ir a trabajar y no obtuvo ninguna ayuda ni advertencia en aquel tan fatídico día. El pueblo de Valencia ni España entera jamás debiera olvidar semejante catástrofe, semejante infamia cuyas víctimas mortales podrían haber sobrevivido si hubieran alertado con tiempo y obligando a cerrar todos los negocios y empresas e incluso las carreteras. Todo lo demás se puede recuperar con el tiempo por difícil que sea.. Sin embargo las personas son irremplazables. Ha pasado un mes y todavía no ha sucedido ninguna responsabilidad política relevante. Al contrario, los máximos responsables ahora están ganando ingentes fortunas a espuertas con el dinero público que están gestionando para sus bolsillos. Sabiendo esto y eso que yo personalmente no he perdido a ningún familiar, amigo o ser querido, no obstante, me cuesta mucho aún levantarme de la cama por las mañanas. No puedo imaginar si quiera lo que sentirán los valencianos tras esta pesadilla que parece no tener ni arreglo ni fin. A veces me planteo abandonar mi país porque no puedo soportar tanta vergüenza e impotencia. Creo que alguna persona más a mi alrededor podría sentir lo mismo que yo, de esa manera podría al menos creer que no estoy perdiendo del todo la razón.
Perder tu casa, tu vehículo, tu negocio o incluso tu trabajo es algo durísimo, pero nada en comparación con un ser querido que no pudo salvarse porque tuvo que ir a trabajar y no obtuvo ninguna ayuda ni advertencia en aquel tan fatídico día. El pueblo de Valencia ni España entera jamás debiera olvidar semejante catástrofe, semejante infamia cuyas víctimas mortales podrían haber sobrevivido si hubieran alertado con tiempo y obligando a cerrar todos los negocios y empresas e incluso las carreteras. Todo lo demás se puede recuperar con el tiempo por difícil que sea.. Sin embargo las personas son irremplazables. Ha pasado un mes y todavía no ha sucedido ninguna responsabilidad política relevante. Al contrario, los máximos responsables ahora están ganando ingentes fortunas a espuertas con el dinero público que están gestionando para sus bolsillos. Sabiendo esto y eso que yo personalmente no he perdido a ningún familiar, amigo o ser querido, no obstante, me cuesta mucho aún levantarme de la cama por las mañanas. No puedo imaginar si quiera lo que sentirán los valencianos tras esta pesadilla que parece no tener ni arreglo ni fin. A veces me planteo abandonar mi país porque no puedo soportar tanta vergüenza e impotencia. Creo que alguna persona más a mi alrededor podría sentir lo mismo que yo, de esa manera podría al menos creer que no estoy perdiendo del todo la razón.