Це відео не доступне.
Перепрошуємо.

29 Junio 2024-Santos Pedro y Pablo-Ciclo B-Mt 16, 13-19-Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

Поділитися
Вставка
  • Опубліковано 27 чер 2024
  • EVANGELIO DE LA SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO: 29 DE JUNIO 2024-CICLO B: Mt 16, 13-19: «TÚ ERES EL MESÍAS, EL HIJO DE DIOS VIVO». San Pedro no necesitó más fuerza que la fuerza de Dios, y seguir a Dios en su propio corazón, para decir estas palabras: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
    A JESÚS LE GUSTA EL CHISME. El Evangelio empieza con la pregunta que Jesús hace a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? A Jesús como que le gusta el chisme, al decir: "Oigo que se dicen muchas cosas de mí, pero cuéntenme..." En una conversación muy sencilla, muy familiar, los apóstoles empezaron a contar a Jesús: Unos dicen que Tú eres Juan el Bautista resucitado, pues se corría el chisme de que Juan había resucitado. A lo mejor estaría pensando: "Pobres, hijos míos, que a veces se confunden tan fácil, siguiendo a las personas por la persona y no por lo que representa". Así, a veces somos y se nos olvida lo esencial: ¿A quién seguimos? Otros dicen que Tú eres Elías. Porque, Elías desapareció en el carro de fuego y nadie lo vio volver. Pero se esperaba que volviera y con un nuevo esplendor. Otros también dicen que Tú eres Jeremías o uno de los profetas. Se dice también que Tú eres un borracho, que Tú curas a los enfermos, a los leprosos, que hablas de maravilla. Todo eso y más le dijeron a Jesús. Así, pues, como que a Jesús le gusta el chisme.
    NO ANDEMOS DETRÁS DEL CHISME. Pero, en realidad, más bien Jesús nos está diciendo que no andemos detrás del chisme, que el chisme no alimenta para nada el corazón, que el chisme sólo crea ambiente negativo, que el chisme no es de un católico, que un católico siempre debe hablar bien de todos y de todo, que siempre debe buscar el punto positivo de las cosas. Entonces, a Jesús no le gusta el chisme como parecía. Por eso Jesús pasa adelante y quiere escuchar lo que cada uno piensa de Él. Es una pregunta más profunda, más personal. Si al inicio, Jesús preguntaba: ¿A quién quieren seguir? ¿A un hombre? Aquí nos pregunta por qué y para qué. Descubramos mejor a quién hay que seguir. Si no se trata de seguir a una persona, porque se parece a Elías o se parece a Juan Bautista, sino porque representa a Dios, entonces ustedes ¿qué piensan de mí?
    QUÉ ES LO QUE USTEDES PIENSAN DE MI. ¿Están siguiéndome, porque yo soy el hijo del carpintero, porque soy uno venido de Nazaret, porque mis palabras son muy hermosas, porque a lo mejor les he curado, les he hecho algún favor o por qué? ¿Qué piensen de mí? Y los discípulos se quedan callados. ¿Por qué? Porque, cuando una pregunta va dirigida tan directamente, nos da miedo responder. Pero, en realidad, no hay que tener miedo responder, como lo hizo Pedro, porque Jesús para mí y para ti es alguien. Y si Jesús no es alguien, quiere decir que tú no eres como Pedro... y sería bueno que fuésemos como Pedro. Cuando Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo", Dios estaba actuando en Pedro y Pedro estaba ya haciendo la experiencia de Jesús.
    A QUIÉN SEGUIMOS Y PARA QUÉ LO SEGUIMOS. Desde el primer momento, en que Pedro fue llamado ahí en la barca de Tiberíades, Jesús desde entonces estaba sembrando en Pedro el descubrimiento maravilloso de quién era Jesús y por qué había que seguirlo. Por eso, la respuesta de Pedro: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo" fue maravillosa. ¿Qué podemos decir nosotros cuando Jesús nos hace la misma pregunta? ¿Repetiremos las frases que se dicen de Jesús y que van de boca en boca o tendremos la propia respuesta, fruto de la propia experiencia que cada uno tenemos de Jesús? Nos toca aprender a responder: Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el que viene a salvarme, Tú eres el que me ha redimido, Tú eres el que me ha perdonado, Tú eres el que cuida mi familia, Tú eres el que me tiene vivo, Tú eres el que das a mi vida y el que me haces vivir de una manera tan serena y tan feliz... Y así cada uno podremos contar y vivir nuestra propia experiencia con Jesús. ¡Es maravilloso vivir la experiencia de Pedro! ¡Podemos pedir a Dios: permíteme conocerte personalmente de corazón a corazón! ¡Que nosotros también sigamos al Mesías, el hijo de Dios vivo, que es alguien que vino a salvarme y que además quiere que otros se salven. ¡Ése es mi mejor deseo y pido para que así sea en todo y en todos! ¡Bendiciones mías y de Papá Dios! P. Salvador Gómez, L.C.

КОМЕНТАРІ •