¿POR QUÉ DEBEMOS FORTALECERNOS PARA PODER VENCER AL ENEMIGO? - BUSCANDO EL ROSTRO DE JESÚS

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  • Опубліковано 26 чер 2024
  • ¿POR QUÉ DEBEMOS FORTALECERNOS PARA PODER VENCER AL ENEMIGO?
    BUSCANDO EL ROSTRO DE JESÚS
    DEVOCIONAL DIARIO
    26 junio 2024
    Texto base: 1 Juan 2:14
    "Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, PORQUE SOIS FUERTES, Y LA PALABRA DE DIOS PERMANECE EN VOSOTROS, Y HABÉIS VENCIDO AL MALIGNO."
    El apóstol Juan nos da una clara instrucción en su epístola: debemos fortalecernos para vencer al maligno. El enemigo no es un adversario débil o inexperto. Desde el principio de los tiempos, ha estado en guerra contra los hijos de Dios, perfeccionando sus estrategias de tentación y destrucción. La única forma de resistir y prevalecer es ser fuertes en el Señor y en el poder de Su fuerza.
    EL ENEMIGO: UN ADVERSARIO EXPERIMENTADO
    Imagina a Satanás como un guerrero veterano, lleno de cicatrices de incontables batallas, algunas ganadas y otras perdidas. Él no es un novato, pero muchos de nosotros, en nuestra vida cristiana, sí lo somos. El diablo estaba presente cuando Jesús caminaba sobre la tierra y ha tentado a innumerables cristianos a lo largo de los siglos. No debemos subestimar su astucia ni su poder destructivo.
    El maligno no es un debilucho. Solo cuando eres fuerte es cuando puedes vencer al maligno. Si juegas con el enemigo, tú tendrás la culpa. Pelear con Satanás es pelear con un guerrero experimentado que ha visto muchas batallas. El diablo ha peleado con muchos cristianos a través de los años. Tiene experiencia en destruir y tentar a los cristianos. El diablo estaba vivo cuando Jesús estuvo vivo. Él no es un novato, ¡pero tú sí! Levántate y fortalécete para que derrotes al maligno.
    LA FUERZA EN EL SEÑOR
    Jesús mismo nos advirtió sobre la necesidad de ser fuertes. En Lucas 11:21-22 dice: "Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín." Debemos armarnos con la Palabra de Dios, que es nuestra espada, y con la fe, que es nuestro escudo.
    Fortalecerse en el Señor significa llenarse de Su poder y de Su Espíritu. Es un proceso diario de comunión con Dios a través de la oración, la lectura de la Biblia y la meditación en Sus promesas. Nuestra fortaleza no proviene de nosotros mismos, sino de la presencia y la gracia de Dios en nuestras vidas. Cuando nos apoyamos en Él, encontramos la capacidad de resistir cualquier ataque del enemigo.
    LA PALABRA DE DIOS: NUESTRA ARMA PODEROSA
    La clave para vencer al maligno está en la Palabra de Dios. Cuando la Palabra permanece en nosotros, nos da la fuerza necesaria para resistir las tentaciones y los ataques del enemigo. Es como un soldado que se entrena constantemente, fortaleciendo su cuerpo y su mente para estar preparado para cualquier batalla. La Escritura es viva y eficaz, y es capaz de discernir los pensamientos y las intenciones del corazón (Hebreos 4:12). Al llenarnos de la Palabra, somos equipados para reconocer las mentiras del enemigo y responder con la verdad de Dios.
    COMENTARIO SOBRE SALMOS 91:9-10
    "Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada."
    El Salmo 91 nos ofrece una promesa de protección divina para aquellos que confían en el Señor y hacen de Él su refugio. Poner al Señor como nuestra habitación significa buscarlo constantemente a través de Su Palabra y permitir que Su Palabra transforme nuestra manera de pensar y de hablar. Cuando la Palabra de Dios se convierte en nuestra voz y guía cada uno de nuestros pensamientos y acciones, estamos efectivamente haciendo del Altísimo nuestra morada.
    El Señor es nuestro refugio y fortaleza, y cuando habitamos en Su presencia, Él nos guarda y nos protege de todo mal. Esta protección divina es una manifestación del amor y el cuidado de Dios hacia Sus hijos. Al buscar a Dios y permitir que Su Palabra penetre en nuestros corazones, nos llenamos de Su verdad y Su poder. Este acto de fe y obediencia establece una barrera espiritual que el enemigo no puede atravesar.
    MOTIVACIÓN PARA FORTALECERSE
    Debemos fortalecernos no solo para nuestra protección, sino también para mantener nuestra paz y avanzar en nuestra vida espiritual. Cuando somos fuertes en el Señor, el enemigo sabe que muchas de sus tentaciones no tendrán efecto sobre nosotros. Se ve obligado a dejarnos en paz, porque sabe que no puede vencernos fácilmente. Nuestra fuerza en Cristo hace que el maligno retroceda y busque otras presas más fáciles. ¡Sé fuerte en el Señor!
    Conforme te fortaleces, el maligno se ve forzado a dejarte en paz porque sabe que muchas tentaciones simplemente no funcionarán contigo. ¡Sé fuerte en el Señor!
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