Hyde Park es, quizás, la más fuerte invitación a caminar o correr que he experimentado en mi vida. La belleza de sus andadores y jardines es híper atractiva, un verdadero imán.
Llegas a este parque, el más emblemático de la capital del Reino Unido, y es inevitable el deseo de caminar ahí todo el día… o si ya andas en el running, te lleva a ponerte los tenis y salir a trotar rico.
Este año, 2024, visité Londres por tercera ocasión, para participar en el Maratón de Londres. Aunque en las anteriores visitas lo había recorrido bien, esta vez dije "no se me escapará". En 2006 y 2008 no fue posible correrlo, así es que aproveché y con toda intención reservé a una cuadra de ahí, cerca de la famosa estación Paddington.
Esa alfombra verde es el más grande de los Parques Reales de Londres, que fueron creados inicialmente como zonas de caza para la familia Real. Aunque ahora son de uso público por concesión de la misma Familia Real Británica, siguen perteneciendo a la Corona Británica.
Hay nueve parques reales en la capital del Reino Unido, pero cuatro están muy cerca y circundan la zona del Palacio de Buckingham: Hyde Park, The Green Park, Kensington Gardens y St. James's Park.
Es común confundir Hyde Park y Kensington Gardens, pues prácticamente están juntos. No todo el complejo de 253 hectáreas es Hyde Park, pues desde 1728, por orden de la Reina Carolina, se dividió y la parte oeste pasó a llamarse Kensington Gardens o Jardines de Kensington, que circundan el Palacio de Kensington, que para el común de la población se puede identificar como el lugar donde vivió la Princesa Diana.
Hyde Park tiene una superficie de 142 hectáreas y los Jardines de Kensington 111 hectáreas. Durante el día, como ya dijimos, ambos parques se funden en uno solo, pero los Jardines de Kensington cierran al caer la noche, mientras que Hyde Park permanece abierto hasta las 12:00 horas de la noche. En este complejo se encuentran dos lagos: Serpentine y The Long Water.
El parque fue creado por Enrique VIII en 1536 usando terrenos de la Abadía de Westminster como coto de caza. Abrió al público hasta un siglo después, en 1637, y rápidamente se hizo popular. Ha sido escenario de innumerables acontecimientos, incluso duelos a muerte entre caballeros. A finales del siglo pasado el parque se hizo más conocido mundialmente por la celebración de grandes conciertos de rock de grupos como Pink Floyd, Rolling Stones y Queen.
Respecto al running lo que diga se queda corto. Es un circuito total de unos 8 kilómetros, corriendo por el perímetro interno. Son múltiples los andadores que tiene este parque, además de que su conexión con el resto de parques reales es inmejorable, por lo que cada persona puede armar su particular ruta, dependiendo su programa y objetivos.
Me tocó, aunque ya a finales de abril, un clima de unos 5 grados por la mañana (8:00 horas), que corriendo y con ese marco no calaron. No puedo imaginar lo que es ese parque en invierno y verano.
Haber hecho ese recorrido es uno de mis máximos placeres runneros. No se si vuelva un día a Londres… pero si regreso seguro lo volveré a correr. Si viajes a la capital de Inglaterra, date un espacio para caminar o correr por este hermoso lugar. ¡No te vas a arrepentir!