QUIEN FUE LA MUJER QUE DERRAMÓ PERFUME EN JESUCRISTO? LA HISTORIA BÍBLICA DE MARÍA DE BETANIA.

La historia de María de Betania es una de las narrativas más emocionantes e impactantes de los Evangelios, ofreciendo una visión profunda de la devoción y el amor a Jesucristo. María de Betania, hermana de Marta y Lázaro, aparece en tres pasajes principales en el Nuevo Testamento, cada uno de ellos revelando aspectos diferentes de su personalidad y fe.
La historia de María de Betania comienza en el Evangelio de Lucas, donde se describe como una mujer que eligió "la mejor parte" al sentarse a los pies de Jesús para escuchar sus enseñanzas, mientras su hermana Marta estaba ocupada con las tareas domésticas. Esta primera mención de María ya destaca su naturaleza contemplativa y devota, una mujer que prioriza el aprendizaje y la presencia de Jesús sobre las preocupaciones cotidianas. Esta elección de María de Betania de estar a los pies de Jesús refleja su deseo profundo de conexión espiritual y comprensión de las palabras del Maestro.
Sin embargo, es en el Evangelio de Juan donde encontramos la narrativa más poderosa que involucra a María de Betania. En Juan 12:1-8, durante una cena en Betania, María realiza un acto de devoción que marcaría la historia del cristianismo: derrama un frasco de perfume caro sobre los pies de Jesús y los seca con su cabello. Este gesto sorprendente e íntimo está lleno de simbolismo y significado. El perfume que María usa se describe como nardo puro, un aceite precioso y caro, que se usaba a menudo para unciones y entierros. El acto de ungir a Jesús con este perfume no es solo un signo de honor y respeto, sino también una anticipación simbólica de su muerte y sepultura inminente.
La reacción de los presentes ante la acción de María varía. Judas Iscariote, quien posteriormente traicionaría a Jesús, critica a María por, según él, desperdiciar un recurso valioso que podría haberse vendido para ayudar a los pobres. Sin embargo, Jesús defiende a María, afirmando que ella hizo una buena obra y que siempre habría pobres a quienes ayudar, pero él no estaría siempre presente físicamente con ellos. Esta defensa de Jesús no solo valida la acción de María, sino que también enfatiza la singularidad del momento y el profundo significado espiritual de su gesto. El perfume derramado por María es un acto de adoración, devoción y reconocimiento de la naturaleza divina de Jesús.
María de Betania también aparece en el contexto de la resurrección de su hermano Lázaro, uno de los milagros más notables realizados por Jesús. En el Evangelio de Juan, capítulo 11, María y Marta envían un mensaje a Jesús informándole que Lázaro está enfermo. Cuando Jesús finalmente llega a Betania, Lázaro ya está muerto hace cuatro días. María, en su tristeza y dolor, corre al encuentro de Jesús y, llorando, declara su fe en él, incluso en medio de la pérdida. Esta escena no solo destaca la humanidad de María, sino también su profunda relación con Jesús. La resurrección de Lázaro es un testimonio del poder de Jesús sobre la muerte y un anticipo de su propia resurrección.
La figura de María de Betania en la Biblia es un ejemplo poderoso de amor y fe incondicional. Su historia resuena con los temas de devoción personal, sacrificio y la importancia de reconocer el valor del momento presente. El perfume derramado por María no fue solo un acto de generosidad y cariño, sino también un reconocimiento profético del sacrificio que Jesús haría por la humanidad. Este acto es recordado por Jesús como algo que será contado dondequiera que el evangelio sea predicado, destacando su importancia en la narrativa cristiana.
Además del acto de ungir a Jesús, María de Betania nos enseña la importancia de cultivar una relación personal e íntima con Cristo, priorizando la escucha y la meditación sobre sus palabras. Su historia nos desafía a reflexionar sobre cómo podemos ofrecer lo mejor de nosotros mismos en devoción a Dios, ya sea a través de actos de servicio, adoración o simplemente estando presentes en su presencia.
A través de la historia de María de Betania, se nos recuerda que cada gesto de amor y adoración tiene un valor eterno, y que nuestra fe se demuestra no solo en palabras, sino en acciones que reflejan nuestro entendimiento del amor de Dios. María nos muestra que, en medio de las ocupaciones y preocupaciones de la vida, debemos encontrar tiempo para sentarnos a los pies de Jesús, aprender de él y ofrecer lo mejor de nosotros en su honor.
Su historia es un poderoso recordatorio de que el amor verdadero y la devoción genuina siempre son vistos y valorados por Dios, independientemente de cómo el mundo los perciba. Así, María de Betania permanece como un ejemplo eterno de fe y adoración sinceras, inspirando a generaciones de cristianos a buscar una relación más profunda y significativa con Jesucristo.
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[@ArbelisBermudez]

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