Es la semilla más pequeña y se hace la más alta. Padre Jesús. Junio 26 2024. Lutgarda, Santa.

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  • Опубліковано 2 жов 2024
  • Lutgarda, Santa.
    Virgen.
    Martirologio Romano: En el monasterio de monjas cistercienses de Aywiéres, en Brabante, Bélgica, santa Lutgarda, virgen, insigne por su devoción al Sagrado Corazón del Señor († 1246).
    es.catholic.net...
    EVANGELIO
    Del santo Evangelio según San Marcos 4, 26-34
    En aquel tiempo, Jesús decía al gentío: “El Reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega”. Dijo también: “¿Con qué podemos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra”. Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
    Palabra del Señor.
    LECTIO DIVINA
    PARA MEDITAR
    Las parábolas de Jesús nos obligan a escuchar la Palabra de Dios con la capacidad que Él mismo nos ha dado para oír, pero, además, es necesario hacer que el Reino de Dios irrumpa en el mundo desde el cielo y se expanda por toda la tierra. Este proceso podríamos entenderlo como proceso silencioso y efectivo de humanización y de cristianización que presupone un incesante, paciente y esperanzador intercambio con el entorno. Como en el caso de la semilla, este proceso implica absorción y proyección, asimilación y transformación, siembra y espera paciente de frutos que no dependen solo de nuestro esfuerzo, sino del poder de la Palabra, del Reino y de su manifestación creativa.
    Todo este procedimiento produce una configuración humana del mundo natural que lo convierte silenciosa, pero efectivamente en un ámbito cultural, histórico y socialmente impregnado por el poder de la Palabra de Dios, por la irrupción del Reino y por relaciones de carácter cristiano. Toda actividad humana como el trabajo, el arte, la ciencia y la técnica llegan a ser las expresiones más transformadoras, las relaciones más creativas que hacen del mundo el lugar de la presencia humana y divina capaz de modificarlo todo, de superarlo todo y de darle un nuevo sentido a toda acción verdaderamente humana por más ambigua que parezca.
    PARA REFLEXIONAR
    ¿Qué elementos del Reino de Dios ya perceptibles en el mundo debemos evidenciar más para que lo encuentren quienes lo buscan, lo anhelan, lo desean y lo tratan de hacer visible?
    ¿Cómo lograr que la espera de la irrupción del Reino no pierda el entusiasmo y ánimo firme?
    ORACIÓN FINAL
    Padre, danos el Espíritu Santo para tener paciencia como el agricultor que siembra su campo, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece. Entonces podremos testimoniar ante el mundo que Jesús revela al ser humano el maravilloso Reino de Dios que ya está dando fruto en nuestra vida. Amén.
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    «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra»
    Fr. Faust BAILO
    (Toronto, Canadá)
    Hoy, Jesús nos ofrece dos imágenes de gran intensidad espiritual: la parábola del crecimiento de la semilla y la parábola del grano de mostaza. Son imágenes de la vida ordinaria que resultaban familiares a los hombres y mujeres que le escuchan, acostumbrados como estaban a sembrar, regar y cosechar. Jesús utiliza algo que les era conocido -la agricultura- para ilustrarles sobre algo que no les era tan conocido: el Reino de Dios.
    Efectivamente, el Señor les revela algo de su reino espiritual. En la primera parábola les dice: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra» (Mc 4,26). E introduce la segunda diciendo: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios (…)? Es como un grano de mostaza» (Mc 4,30).
    La mayor parte de nosotros tenemos ya poco en común con los hombres y mujeres del tiempo de Jesús y, sin embargo, estas parábolas siguen resonando en nuestras mentes modernas, porque detrás del sembrar la semilla, del regar y cosechar, intuimos lo que Jesús nos está diciendo: Dios ha injertado algo divino en nuestros corazones humanos.
    ¿Qué es el Reino de Dios? «Es Jesús mismo», nos recuerda Benedicto XVI. Y nuestra alma «es el lugar esencial donde se encuentra el Reino de Dios». ¡Dios quiere vivir y crecer en nuestro interior! Busquemos la sabiduría de Dios y obedezcamos sus insinuaciones interiores; si lo hacemos, entonces nuestra vida adquirirá una fuerza e intensidad difíciles de imaginar.
    evangeli.net/e...

КОМЕНТАРІ • 1

  • @margaritadiaz2592
    @margaritadiaz2592 3 місяці тому +1

    AMÉN 🙏 gracias padre Dios le bendiga siempre 🙏