Magnífico reportaje que me llena de melancolía por el patrimonio perdido, pero me ayuda a comprender esta ciudad en la que nací. Gracias por este trabajo. Enhorabuena.
Esclarecedor reportaje sobre los antiguos conventos de Franciscanos e Isabelas. Tremenda pérdida, cultural y religiosa del patrimonio de la ciudad. Desgraciadamente no aprendemos de nuestros errores y otra vez sentimos a nuestro alrededor odio y rencor.
Si había incultura entre la población era precisamente por culpa de las clases pudientes (nobleza, burguesía y clero) a las que les convenia mantener al pueblo sumido en la ignorancia y la museria
@@angelriosriquelme7134 Sin acritud: Ese argumento que utiliza es un recurso muy manido. Según usted, la ignorancia habida entonces disculpa el lamentable suceso. Eso es maniqueísmo: los ricos son muy malos, y los pobres... ¡pobrecitos! El caso es que unos idotas, arengados por otros imbéciles, destruyeron muchas cosas innecesariamente. Digo esto sin hacer una valoración política del asunto, ya que no era el propósito de mi comentario; es más un lamento que otra cosa.
Magnífico reportaje que me llena de melancolía por el patrimonio perdido, pero me ayuda a comprender esta ciudad en la que nací. Gracias por este trabajo. Enhorabuena.
Gracias a usted por su amable comentario
Esclarecedor reportaje sobre los antiguos conventos de Franciscanos e Isabelas.
Tremenda pérdida, cultural y religiosa del patrimonio de la ciudad.
Desgraciadamente no aprendemos de nuestros errores y otra vez sentimos a nuestro alrededor odio y rencor.
Gran trabajo. Felicidades!
Gracias!!
Tanta destrucción innecesaria. Y tanta incultura. La ciudad, por fin, despersonalizada. ¡Qué pena!
Si había incultura entre la población era precisamente por culpa de las clases pudientes (nobleza, burguesía y clero) a las que les convenia mantener al pueblo sumido en la ignorancia y la museria
@@angelriosriquelme7134 Sin acritud: Ese argumento que utiliza es un recurso muy manido. Según usted, la ignorancia habida entonces disculpa el lamentable suceso.
Eso es maniqueísmo: los ricos son muy malos, y los pobres... ¡pobrecitos!
El caso es que unos idotas, arengados por otros imbéciles, destruyeron muchas cosas innecesariamente. Digo esto sin hacer una valoración política del asunto, ya que no era el propósito de mi comentario; es más un lamento que otra cosa.