Lección 341 Tan sólo puedo atacar mi propia impecabilidad, que es lo único que me mantiene a salvo.
Comentario de Sarah:
Fíjate en que ahora hay muy pocas palabras y cada Lección incluye una oración. Es un tiempo de profunda reflexión, contemplación, reverencia, quietud y comunión con Dios. Es la quietud que precede al nacimiento de la santidad. Es un tiempo para experimentar la gratitud de que no estamos solos y de que tenemos un Guía que nos ayuda a salir de nuestras pesadillas y a abrirnos a la verdad.
Comenzamos estas próximas Lecciones analizando “¿Qué es un milagro?” (L.PII.P13) Básicamente, es como el perdón en el sentido de que es una corrección. Lo que corrige son nuestras percepciones erróneas basadas en la creencia en el pecado, la culpa y el miedo que tenemos en la mente. De esta creencia provienen todos los pensamientos que bloquean la felicidad, la paz y la alegría. El milagro no hace nada. “Simplemente contempla la devastación y le recuerda a la mente que lo que ve es falso.” (L.PII.P13.1.3) Eso es todo lo que se necesita: reconocer que lo que vemos es falso, que nuestras interpretaciones son erróneas y que nuestros juicios no significan nada. La verdad es que somos inocentes y no hay nada más que amor o una llamada al amor expresada en cada momento. No tenemos que hacer nada para ser inocentes porque es lo que somos. Todo lo que se requiere es ver que lo falso es falso y traerlo para su Corrección al Espíritu Santo. La Corrección es una afirmación de nuestra inocencia.
El milagro nos ayuda a reconocer que el mundo que vemos es un reflejo de nuestro sueño interno de culpa; y cuando eso se ve y se libera, llegamos al sueño feliz. Sigue siendo un sueño porque todavía está en el tiempo, pero ahora vemos con la percepción verdadera a través de la mente recta. El milagro cambia nuestra percepción de la mente errada a la mente recta, y ahora percibimos todo de manera diferente. El milagro corrige el sistema de pensamiento del ego, que se basa en nuestra creencia en el pecado, la culpa y el miedo.
Cuando reacciono ante alguien con ira, juicio y condena, es porque vi algo "ahí fuera" y le di un significado, lo que desencadenó una reacción en mí. Lo que vemos comienza con el autojuicio. Hemos apartado de la conciencia lo que hemos condenado en nosotros mismos. Ahora proyectamos esa cualidad en los demás. Hemos separado nuestra ira y nuestro odio de la conciencia, y ahora lo vemos en los demás. Cuando estamos dispuestos a asumir la plena responsabilidad de la ira y el odio que llevamos dentro, podemos liberarlos. No podemos sanar lo que nos ocultamos a nosotros mismos. Todo comienza en la mente y ahora se ve en la pantalla de este mundo.
Para sanar, necesitamos ver cómo tratamos de justificar nuestra ira, ataques y defensas y reconocer que la forma en que estamos viendo es incorrecta. Esto no es un pecado, sino sólo un error. Con voluntad, podemos elegir liberar nuestras percepciones erróneas al Espíritu Santo. Elegimos ver el amor o una llamada al amor de nuestros hermanos en lugar de atacarlos por sus errores. Cuando estamos dispuestos a hacer esta elección, experimentamos la curación de nuestros auto-juicios. Es aceptar la Expiación para nosotros mismos, que es la aceptación de nuestra inocencia. El error de nuestro pensamiento ha sido deshecho por el Espíritu Santo, que es la función del milagro. El ego nunca se deshará a sí mismo, lo que significa que tratar de arreglar o cambiarnos a nosotros mismos nunca funcionará. Necesitamos ayuda desde fuera del bucle cerrado de esta matriz, por lo que necesitamos al Espíritu Santo. Debemos mirar desde fuera del sueño para poder ver la devastación del mundo y su irrealidad. Cuando miramos la película de nuestras vidas por encima del campo de batalla, reconocemos que somos el soñador de este sueño y no el personaje que interpretamos en el sueño. Cada vez que estamos dispuestos a mirar sin juzgar, pero con dulzura y buen humor nuestros pensamientos y a responsabilizarnos de ellos, podemos ver que siempre hay otra forma de ver. Así, el milagro “allana el camino para el retorno de la intemporalidad y para el despertar del amor, pues el miedo no puede sino desvanecerse ante el benevolente remedio que el milagro trae consigo.” (L.PII.P13.1.6)
Cada milagro que experimentamos construye una fuerte cadena de percepción sanada hasta que el tiempo ya no es necesario. El tiempo sólo existe con el propósito de curar. Hasta que nos damos cuenta de esto, perdemos el tiempo en distracciones, persiguiendo ídolos que no traen paz y felicidad, sino sólo más dolor y sufrimiento.
“En el milagro reside el don de la gracia, pues se da y se recibe como uno.” (L.PII.P13.2.1) Al dejar de lado mis falsas percepciones sobre mis hermanos, recibo el mismo regalo para mí. Somos Uno. “Y así, nos da un ejemplo de lo que es la ley de la verdad, que el mundo no acata porque no la entiende.” (L.PII.P13.2.2) La ley de la verdad es que la Fuente de todo es el Amor de Dios en la mente recta. Creemos que la fuente del sufrimiento es causada por algo fuera de la mente. Nos vemos a nosotros mismos como el efecto de los acontecimientos que creemos que nos hacen sentir como lo hacemos. Creemos que el mundo determina nuestras reacciones. En otras palabras, hemos invertido la causa y el efecto. Consideramos que los desencadenantes que experimentamos, así como cualquier tipo de traición, son una prueba de que tenemos razón sobre nosotros mismos.
En cada situación, elegimos al ego o al Espíritu Santo como nuestra guía de percepción, y lo que elijamos determinará cómo vemos todo lo que parece sucedernos. No es de extrañar que Jesús diga que cuando empezamos a recorrer este camino, todo se pone al revés. “El milagro invierte la percepción que antes estaba al revés, y de esa manera pone fin a las extrañas distorsiones que ésta manifestaba.” (L.PII.P13.2.3) Con este cambio, todo recibe una interpretación diferente. Puede parecer bastante desorientador durante un tiempo. La mente se vuelve confusa y nada es como antes. Lo único que ha ocurrido es que la mente se ha preparado para la verdad porque se ha reconocido que hemos estado equivocados en todo. “Ahora la percepción se ha vuelto receptiva a la verdad.” (L.PII.P13.2.4)
El perdón es lo que hace posible los milagros. Lo que se hizo para maldecir puede convertirse ahora en una bendición porque sirve para un propósito diferente. Me parece que ver películas en las que se tiende a juzgar a los personajes como correctos o incorrectos, buenos o malos, es útil para revelar lo que está oculto en la mente. Una película que vi hace algún tiempo y que realmente desencadenó muchos juicios y reacciones en mí fue Fair Game (Juego de Traiciones). Se trata de una película basada en hechos reales relacionados con la guerra de Irak. La película utiliza los nombres reales de los miembros de la Casa Blanca y denuncia a los mentirosos y traidores. Debido a que los eventos retratados se basan en tanta manipulación y engaño, esta película me provocó malestar más que otras, por lo que fue valioso para mí verla con el Espíritu Santo. Mis juicios y emociones estaban representados en la pantalla para que yo pudiera verlos. Había personajes con los que me identificaba y otros que hacían aflorar el miedo y el juicio en la mente. Resultó ser una película estupenda para observar la mente y sacar las emociones para ser sanadas. Es ver la falsedad de la ilusión.
📘 *LECCIÓN 341* *Tan sólo puedo atacar mi propia impecabilidad, que es lo único que me mantiene a salvo.* 1. _Padre, Tu Hijo es santo. Yo soy aquel a quien sonríes con un amor y una ternura tan entrañable, profunda y serena que el universo Te devuelve la sonrisa y comparte Tu Santidad. Cuán puros y santos somos y cuán a salvo nos encontramos nosotros que moramos en Tu Sonrisa y en quienes has volcado todo Tu Amor; nosotros que vivimos unidos a Ti, en completa hermandad y Paternidad, y en impecabilidad tan perfecta que el Señor de la Impecabilidad nos concibe como Su Hijo: un universo de Pensamiento que Lo completa._ 2. No ataquemos, pues, nuestra impecabilidad, ya que en ella se encuentra la Palabra de Dios para nosotros. Y en su benévolo reflejo nos salvamos. ✨
Continuación Reflexión L341... “Al principio el milagro se acepta mediante la fe, porque pedirlo implica que la mente está ahora lista para concebir aquello que no puede ver ni entender.” (L.PII.P13.4.1) Jesús dice que se empieza por la fe, en la que estamos dispuestos a mirar la posibilidad de que lo que nos dice es verdad y lo que percibimos con la mente errada es falso. Nuestras mentes están tan condicionadas a creer en la realidad del mundo y en que somos víctimas de acontecimientos ajenos a nosotros, que no podemos comprender el poder de esta inversión hasta que la experimentamos. No entendemos las posibilidades que nos ofrece, pero aún así podemos pedir el milagro y tener fe en que nuestras percepciones serán sanadas de formas que no comprendemos.
Lo más importante es reconocer que nuestra felicidad no tiene por qué depender de nada externo a la mente. No importa cuáles sean las circunstancias externas. Los cimientos sobre los que nos apoyamos son ahora más firmes porque ya no nos vemos del todo como las figuras míticas del drama de nuestras vidas. Estamos aprendiendo a llevar cada problema percibido de vuelta a la mente, donde puede ser sanado, para que podamos llegar a aceptar nuestra inocencia y, con ella, la paz y la alegría. Esta es la única manera de que se produzca un cambio real. ¿Queremos un día de milagros, confianza, alegría, encuentros santos, paz profunda y duradera, silencio, aceptación y amor? Si es así, ese día está disponible cuando nuestra mente cambia por el poder del milagro. “No obstante, la fe convocará a sus testigos para demostrar que aquello en lo que se basa realmente existe. Y así, el milagro justificará tu fe en él, y probará que esa fe descansaba sobre un mundo más real que el que antes veías: un mundo que ha sido redimido de lo que tú pensabas que se encontraba allí.” (L.PII.P13.4.2-3)
“Los milagros son como gotas de lluvia regeneradora que caen del Cielo sobre un mundo árido y polvoriento, al cual criaturas hambrientas y sedientas vienen a morir. Ahora tienen agua. Ahora el mundo está lleno de verdor. Y brotan por doquier señales de vida para demostrar que lo que nace jamás puede morir, pues lo que tiene vida es inmortal.” (L.PII.P13.5.1-4) Este es un mundo de muerte y no de vida inmortal. Todo acabará, pero nosotros no. Sí, el cuerpo se irá, pero nuestra realidad no es un cuerpo. Los milagros nos llevan de vuelta a donde nunca salimos. Nos damos cuenta de que somos el Cristo.
La oración de esta lección nos recuerda quiénes somos fuera de este sueño. “Eres totalmente digno de amor. Un eje perfecto de luz pura. Ante tu hermosura las estrellas se quedan extasiadas y se inclinan ante el poder de tu voluntad.” (URTEXT.1B.30w) “Lo que la Voluntad de tu Padre ha dispuesto para ti jamás ha de cambiar. La verdad en ti permanece tan radiante como una estrella, tan pura como la luz, tan inocente como el amor mismo.” (T.31.VI.7.3-4) (ACIM OE T.31.VI.67)
Jesús nos invita a soltar nuestra culpa inconsciente que da lugar al odio a uno mismo. Con ello viene un sentimiento de que hemos hecho algo malo y, de hecho, que estamos equivocados en lo que somos. Esto se expresa en el auto-ataque, por el cual traemos el castigo a nuestras vidas y nos sentimos muy vulnerables e inseguros. Cuando estamos dispuestos a llevar todos nuestros obstáculos al Espíritu Santo podemos convertirnos en un espejo inmaculado que refleja el Amor de Dios. Ahora el mundo nos refleja lo que hay en la mente. Es una imagen externa de nuestra condición interna. Esto me recuerda a la Peregrina de la Paz, que sabía que dondequiera que fuera, estaba a salvo. Ya no se identificaba con su cuerpo y esperaba estar segura y apoyada en cada situación. Su inocencia atrajo hacia ella un reflejo de esa inocencia en todos.
Dios nos promete la redención, y se Lo agradecemos. Su promesa es cierta porque ya estamos redimidos. La verdad está en nosotros. Ya no estamos atrapados en el mundo de la ilusión. Tenemos una salida y un Guía que nos ayuda en cada paso del camino. No hay razón para desanimarse. El tiempo está siendo utilizado para su propósito. Sé que voy por el camino equivocado cuando estoy impaciente, preocupada, juzgando o enfadada con alguien. En lugar de condenarme a mí misma, al final veo que hay una lección que Dios quiere que yo aprenda. La lección es perdonar para poder ver la situación de otra manera. Cuando estoy dispuesta a ver lo equivocada que estoy y doy un paso atrás y dejo que Él me muestre otra forma de ver, reconozco que esta situación era perfecta para deshacer mi percepción errónea. Estaba allí para mostrarme cómo me siento cuando juzgo y lo liberador que es dejar ir todo. Nuestras relaciones se convierten en poderosos maestros. Sí, pueden ser difíciles hasta que aprendemos la lección que la relación nos ofrece. El milagro me muestra que la verdad contempla la devastación y ve que no hay nada real en ella, y por eso, estoy agradecida.
Lección 341
Tan sólo puedo atacar mi propia impecabilidad,
que es lo único que me mantiene a salvo.
Comentario de Sarah:
Fíjate en que ahora hay muy pocas palabras y cada Lección incluye una oración. Es un tiempo de profunda reflexión, contemplación, reverencia, quietud y comunión con Dios. Es la quietud que precede al nacimiento de la santidad. Es un tiempo para experimentar la gratitud de que no estamos solos y de que tenemos un Guía que nos ayuda a salir de nuestras pesadillas y a abrirnos a la verdad.
Comenzamos estas próximas Lecciones analizando “¿Qué es un milagro?” (L.PII.P13) Básicamente, es como el perdón en el sentido de que es una corrección. Lo que corrige son nuestras percepciones erróneas basadas en la creencia en el pecado, la culpa y el miedo que tenemos en la mente. De esta creencia provienen todos los pensamientos que bloquean la felicidad, la paz y la alegría.
El milagro no hace nada. “Simplemente contempla la devastación y le recuerda a la mente que lo que ve es falso.” (L.PII.P13.1.3) Eso es todo lo que se necesita: reconocer que lo que vemos es falso, que nuestras interpretaciones son erróneas y que nuestros juicios no significan nada. La verdad es que somos inocentes y no hay nada más que amor o una llamada al amor expresada en cada momento. No tenemos que hacer nada para ser inocentes porque es lo que somos. Todo lo que se requiere es ver que lo falso es falso y traerlo para su Corrección al Espíritu Santo. La Corrección es una afirmación de nuestra inocencia.
El milagro nos ayuda a reconocer que el mundo que vemos es un reflejo de nuestro sueño interno de culpa; y cuando eso se ve y se libera, llegamos al sueño feliz. Sigue siendo un sueño porque todavía está en el tiempo, pero ahora vemos con la percepción verdadera a través de la mente recta. El milagro cambia nuestra percepción de la mente errada a la mente recta, y ahora percibimos todo de manera diferente. El milagro corrige el sistema de pensamiento del ego, que se basa en nuestra creencia en el pecado, la culpa y el miedo.
Cuando reacciono ante alguien con ira, juicio y condena, es porque vi algo "ahí fuera" y le di un significado, lo que desencadenó una reacción en mí. Lo que vemos comienza con el autojuicio. Hemos apartado de la conciencia lo que hemos condenado en nosotros mismos. Ahora proyectamos esa cualidad en los demás. Hemos separado nuestra ira y nuestro odio de la conciencia, y ahora lo vemos en los demás. Cuando estamos dispuestos a asumir la plena responsabilidad de la ira y el odio que llevamos dentro, podemos liberarlos. No podemos sanar lo que nos ocultamos a nosotros mismos. Todo comienza en la mente y ahora se ve en la pantalla de este mundo.
Para sanar, necesitamos ver cómo tratamos de justificar nuestra ira, ataques y defensas y reconocer que la forma en que estamos viendo es incorrecta. Esto no es un pecado, sino sólo un error. Con voluntad, podemos elegir liberar nuestras percepciones erróneas al Espíritu Santo. Elegimos ver el amor o una llamada al amor de nuestros hermanos en lugar de atacarlos por sus errores. Cuando estamos dispuestos a hacer esta elección, experimentamos la curación de nuestros auto-juicios. Es aceptar la Expiación para nosotros mismos, que es la aceptación de nuestra inocencia. El error de nuestro pensamiento ha sido deshecho por el Espíritu Santo, que es la función del milagro.
El ego nunca se deshará a sí mismo, lo que significa que tratar de arreglar o cambiarnos a nosotros mismos nunca funcionará. Necesitamos ayuda desde fuera del bucle cerrado de esta matriz, por lo que necesitamos al Espíritu Santo. Debemos mirar desde fuera del sueño para poder ver la devastación del mundo y su irrealidad. Cuando miramos la película de nuestras vidas por encima del campo de batalla, reconocemos que somos el soñador de este sueño y no el personaje que interpretamos en el sueño. Cada vez que estamos dispuestos a mirar sin juzgar, pero con dulzura y buen humor nuestros pensamientos y a responsabilizarnos de ellos, podemos ver que siempre hay otra forma de ver. Así, el milagro “allana el camino para el retorno de la intemporalidad y para el despertar del amor, pues el miedo no puede sino desvanecerse ante el benevolente remedio que el milagro trae consigo.” (L.PII.P13.1.6)
Cada milagro que experimentamos construye una fuerte cadena de percepción sanada hasta que el tiempo ya no es necesario. El tiempo sólo existe con el propósito de curar. Hasta que nos damos cuenta de esto, perdemos el tiempo en distracciones, persiguiendo ídolos que no traen paz y felicidad, sino sólo más dolor y sufrimiento.
“En el milagro reside el don de la gracia, pues se da y se recibe como uno.” (L.PII.P13.2.1) Al dejar de lado mis falsas percepciones sobre mis hermanos, recibo el mismo regalo para mí. Somos Uno. “Y así, nos da un ejemplo de lo que es la ley de la verdad, que el mundo no acata porque no la entiende.” (L.PII.P13.2.2) La ley de la verdad es que la Fuente de todo es el Amor de Dios en la mente recta. Creemos que la fuente del sufrimiento es causada por algo fuera de la mente. Nos vemos a nosotros mismos como el efecto de los acontecimientos que creemos que nos hacen sentir como lo hacemos. Creemos que el mundo determina nuestras reacciones. En otras palabras, hemos invertido la causa y el efecto. Consideramos que los desencadenantes que experimentamos, así como cualquier tipo de traición, son una prueba de que tenemos razón sobre nosotros mismos.
En cada situación, elegimos al ego o al Espíritu Santo como nuestra guía de percepción, y lo que elijamos determinará cómo vemos todo lo que parece sucedernos. No es de extrañar que Jesús diga que cuando empezamos a recorrer este camino, todo se pone al revés. “El milagro invierte la percepción que antes estaba al revés, y de esa manera pone fin a las extrañas distorsiones que ésta manifestaba.” (L.PII.P13.2.3) Con este cambio, todo recibe una interpretación diferente. Puede parecer bastante desorientador durante un tiempo. La mente se vuelve confusa y nada es como antes. Lo único que ha ocurrido es que la mente se ha preparado para la verdad porque se ha reconocido que hemos estado equivocados en todo. “Ahora la percepción se ha vuelto receptiva a la verdad.” (L.PII.P13.2.4)
El perdón es lo que hace posible los milagros. Lo que se hizo para maldecir puede convertirse ahora en una bendición porque sirve para un propósito diferente. Me parece que ver películas en las que se tiende a juzgar a los personajes como correctos o incorrectos, buenos o malos, es útil para revelar lo que está oculto en la mente. Una película que vi hace algún tiempo y que realmente desencadenó muchos juicios y reacciones en mí fue Fair Game (Juego de Traiciones). Se trata de una película basada en hechos reales relacionados con la guerra de Irak. La película utiliza los nombres reales de los miembros de la Casa Blanca y denuncia a los mentirosos y traidores. Debido a que los eventos retratados se basan en tanta manipulación y engaño, esta película me provocó malestar más que otras, por lo que fue valioso para mí verla con el Espíritu Santo. Mis juicios y emociones estaban representados en la pantalla para que yo pudiera verlos. Había personajes con los que me identificaba y otros que hacían aflorar el miedo y el juicio en la mente. Resultó ser una película estupenda para observar la mente y sacar las emociones para ser sanadas. Es ver la falsedad de la ilusión.
Continúa...
❤Gracias Gracias Gracias!!!❤🙏🏼🙌🏼
📘 *LECCIÓN 341*
*Tan sólo puedo atacar mi propia impecabilidad, que es lo único que me mantiene a salvo.*
1. _Padre, Tu Hijo es santo. Yo soy aquel a quien sonríes con un amor y una ternura tan entrañable, profunda y serena que el universo Te devuelve la sonrisa y comparte Tu Santidad. Cuán puros y santos somos y cuán a salvo nos encontramos nosotros que moramos en Tu Sonrisa y en quienes has volcado todo Tu Amor; nosotros que vivimos unidos a Ti, en completa hermandad y Paternidad, y en impecabilidad tan perfecta que el Señor de la Impecabilidad nos concibe como Su Hijo: un universo de Pensamiento que Lo completa._
2. No ataquemos, pues, nuestra impecabilidad, ya que en ella se encuentra la Palabra de Dios para nosotros. Y en su benévolo reflejo nos salvamos.
✨
Gracias, gracias, gracias. Bendiciones! 💖🫂🙏
"Estamos aprendiendo a llevar nuestros problemas percibidos de vuelta a la mente, dónde pueden ser sanados."
Gracias!! ♥️🙌🏼✨🕊️🤗
Así es. A seguir practicando, siendo alumnos felices. Todo es para nuestro mayor bien. 🙏🏻🕊🙏🏻
Muchas gracias ❤
Continuación Reflexión L341...
“Al principio el milagro se acepta mediante la fe, porque pedirlo implica que la mente está ahora lista para concebir aquello que no puede ver ni entender.” (L.PII.P13.4.1) Jesús dice que se empieza por la fe, en la que estamos dispuestos a mirar la posibilidad de que lo que nos dice es verdad y lo que percibimos con la mente errada es falso. Nuestras mentes están tan condicionadas a creer en la realidad del mundo y en que somos víctimas de acontecimientos ajenos a nosotros, que no podemos comprender el poder de esta inversión hasta que la experimentamos. No entendemos las posibilidades que nos ofrece, pero aún así podemos pedir el milagro y tener fe en que nuestras percepciones serán sanadas de formas que no comprendemos.
Lo más importante es reconocer que nuestra felicidad no tiene por qué depender de nada externo a la mente. No importa cuáles sean las circunstancias externas. Los cimientos sobre los que nos apoyamos son ahora más firmes porque ya no nos vemos del todo como las figuras míticas del drama de nuestras vidas. Estamos aprendiendo a llevar cada problema percibido de vuelta a la mente, donde puede ser sanado, para que podamos llegar a aceptar nuestra inocencia y, con ella, la paz y la alegría. Esta es la única manera de que se produzca un cambio real. ¿Queremos un día de milagros, confianza, alegría, encuentros santos, paz profunda y duradera, silencio, aceptación y amor? Si es así, ese día está disponible cuando nuestra mente cambia por el poder del milagro. “No obstante, la fe convocará a sus testigos para demostrar que aquello en lo que se basa realmente existe. Y así, el milagro justificará tu fe en él, y probará que esa fe descansaba sobre un mundo más real que el que antes veías: un mundo que ha sido redimido de lo que tú pensabas que se encontraba allí.” (L.PII.P13.4.2-3)
“Los milagros son como gotas de lluvia regeneradora que caen del Cielo sobre un mundo árido y polvoriento, al cual criaturas hambrientas y sedientas vienen a morir. Ahora tienen agua. Ahora el mundo está lleno de verdor. Y brotan por doquier señales de vida para demostrar que lo que nace jamás puede morir, pues lo que tiene vida es inmortal.” (L.PII.P13.5.1-4) Este es un mundo de muerte y no de vida inmortal. Todo acabará, pero nosotros no. Sí, el cuerpo se irá, pero nuestra realidad no es un cuerpo. Los milagros nos llevan de vuelta a donde nunca salimos. Nos damos cuenta de que somos el Cristo.
La oración de esta lección nos recuerda quiénes somos fuera de este sueño. “Eres totalmente digno de amor. Un eje perfecto de luz pura. Ante tu hermosura las estrellas se quedan extasiadas y se inclinan ante el poder de tu voluntad.” (URTEXT.1B.30w) “Lo que la Voluntad de tu Padre ha dispuesto para ti jamás ha de cambiar. La verdad en ti permanece tan radiante como una estrella, tan pura como la luz, tan inocente como el amor mismo.” (T.31.VI.7.3-4) (ACIM OE T.31.VI.67)
Jesús nos invita a soltar nuestra culpa inconsciente que da lugar al odio a uno mismo. Con ello viene un sentimiento de que hemos hecho algo malo y, de hecho, que estamos equivocados en lo que somos. Esto se expresa en el auto-ataque, por el cual traemos el castigo a nuestras vidas y nos sentimos muy vulnerables e inseguros. Cuando estamos dispuestos a llevar todos nuestros obstáculos al Espíritu Santo podemos convertirnos en un espejo inmaculado que refleja el Amor de Dios. Ahora el mundo nos refleja lo que hay en la mente. Es una imagen externa de nuestra condición interna. Esto me recuerda a la Peregrina de la Paz, que sabía que dondequiera que fuera, estaba a salvo. Ya no se identificaba con su cuerpo y esperaba estar segura y apoyada en cada situación. Su inocencia atrajo hacia ella un reflejo de esa inocencia en todos.
Dios nos promete la redención, y se Lo agradecemos. Su promesa es cierta porque ya estamos redimidos. La verdad está en nosotros. Ya no estamos atrapados en el mundo de la ilusión. Tenemos una salida y un Guía que nos ayuda en cada paso del camino. No hay razón para desanimarse. El tiempo está siendo utilizado para su propósito. Sé que voy por el camino equivocado cuando estoy impaciente, preocupada, juzgando o enfadada con alguien. En lugar de condenarme a mí misma, al final veo que hay una lección que Dios quiere que yo aprenda. La lección es perdonar para poder ver la situación de otra manera. Cuando estoy dispuesta a ver lo equivocada que estoy y doy un paso atrás y dejo que Él me muestre otra forma de ver, reconozco que esta situación era perfecta para deshacer mi percepción errónea. Estaba allí para mostrarme cómo me siento cuando juzgo y lo liberador que es dejar ir todo. Nuestras relaciones se convierten en poderosos maestros. Sí, pueden ser difíciles hasta que aprendemos la lección que la relación nos ofrece. El milagro me muestra que la verdad contempla la devastación y ve que no hay nada real en ella, y por eso, estoy agradecida.
Amor y bendiciones, Sarah
huemmert@shaw.ca
Gracias ✨
Gracias ❤Graciassss
Amor y Bendiciones Nelia 🩷🙏🏻🕊
Gracias ❤Graciassss