Qué bendición es la predicación expositiva y cuán necesaria es hoy en día para una iglesia que languidece por tantas enseñanzas falsas por falsos maestros.
Dios te bendiga mucho por esta enseñanza tan maravillosa. Créame que me aclaro muchas preguntas que habían en mi mente..El libro a Lis Romanos es un libro maravilloso. Y hoy más que nunca lo reconozco. Amennn.
Está predicación exalta solo y nada más que a un Dios trino , al Dios padre , al Dios Hijo y al Dios El Espíritu santo. Esta obra de redención sólo la hubiese podido llevar a cabo éste Dios tres veces Santo.
La predicación del pastor Sugel,nos hace revivir y recordar el nuevo nacimiento que Nuestro Señor Jesucristo hizo en nosotros atravez del Espirítu Santo, y recordar y vivir que por Gracia fuimos elegidos por el Padre desde antes de la fundación del mundo.Amen.
Que Dios bendiga ricamente su vida pastor Sugel. Que gran bendición es escuchar sus prédicas. Gracias a Dios por el conocimiento de su Palabra que le ha dado. Se necesitan exposiciones de esta profundidad, en tiempos donde se predica un evangelio tan diluido. Un saludo desde Uruguay!
Por la desobediencia de uno fuimos todos hechos pecado..pero por la obediencia de JESUCRISTO TODOS SOMOS JUSTIFICADOS..EL NOS REPRESENTO EN ESA CRUZ ..MURIO POR MI..TOMO MI LUGAR ..MIS PECADOS SE LE IMPUTARON ..Y YO RECIBI DE EL SUS JUSTICIA Y OBEDIENCIA..HOY EL DIOS PADRE TODO PODEROSO NO VE MI PECADO..VE A CRISTO EN MI...ES HERMOSO SABER CUANTO ME AMAS SEÑOR JESUS...
Que bueno que ambos representaron a toda la humanidad tanto para convertirlos en pecadores como para que toda la humanidad fuera perdonada también. Eso fue lo que hizo Jesús, su sacrificio no fue condicionado a nada o la gracia no tendría gracia
Pregunta.! Donde queda el libre albeldrio del hombre?? De escoger si quieres ser justificado o no?? Por q uno tiene la desicion de escoger si quiere escoger ser justificado o no?
Estaba viendo una predica de Ministerios ebenezer aserca del tema: "Los 7 adanes", me quede con la inquitud ¿es biblica esa enseñanza? En resumen sostienen que el primer adan es: 1.alma viviviente 2. Ser viviente 3.set 4.noe 5.abraham 6.israel 7.Jesus ( solo el cumplio el proposito) Tengo entendido que solo fueron 2 adanes el de genesis y el actual, Jesucristo.
Una de las parabolas dice: el reino de los cielos es parecido a una mujer que agregó levadura a tres porciones de harina hasta que fermentó toda la masa. O sea que esa levadura, ese pecado fermentó los tres tiempos hasta el día del juicio
Con respecto a formar parte del primer hombre, nuestro origen ES LA TIERRA Y NUESTRA NATURALEZA ES TERRENAL, en cuanto a formar parte del segundo hombre, NUESTRO ORIGEN ES DIOS, Y NUESTRA NATURALEZA ES CELESTIAL ( 1 Co. 15: 47 ). En 1 Corintios 15: 45 se hallan implícitas dos creaciones: la vieja creación, cuyo centro ES EL HOMBRE CON ALMA VIVIENTE, y la nueva creación en resurrección, cuyo centro ES EL ESPÍRITU. Mediante la encarnación, Cristo FUE HECHO EL SEGUNDO ADÁN A FIN DE MORIR EN LA CRUZ PARA PONER FIN A LA VIEJA CREACIÓN EN ADÁN, Y MEDIANTE LA RESURECCION, EL SEGUNDO ADAN QUIEN ES CRISTO HACE GERMINAR LA NUEVA CREACIÓN, POR ESO AHORA, HOY MISMO SOMOS NUEVAS CREACIONES Y LAS COSAS VIEJAS DEL PRIMER ADAN PASARON Y AHORA SON HECHAS NUEVAS. !
En adan. toda la raza humana contaminada por el pecado esta muerta espiritualmente. Dios ve muertos espiritualmente a todo aquel que esta vivo fisicamente y sin cristo. Es por eso que es importante saber que todos son creacion de Dios pero no todos son hijos de Dios. A los que creen en su nombre, les dio potestad de ser llamados hijos de Dios.
La mayoría creé esta doctrina herrada, está mal, y nadie cuestiona, todos dicen ameggggnn, Constituir, no significa heredar, la escritura una y otra ves dice por cuánto todos pecaron, no dice por cuánto Adán peco, lo que si dice es Adán todos mueren, no todos pecan, abran los ojos 👀😎. 1Cor15:22
Todo lo que dice el pastor suena muy coherente pero porque Dios el creador permite a Adán eso es como si fuera un creador que estuviera jugando con los seres humanos porque sí creo el universo y todas las maravillas que podemos apreciar con nuestros sentidos tendría que darle la tentación a Adan
Como dice el texto bíblico en romanos 3 21 al 26 esa justicia de Dios es la justicia perfecta de Jesúscristo que le es imputada al pecador por medio de la fé que a su vez al pecador le fue imputado en Adán el pecado y por la tanto está bajo la ira de Dios y bajo condenación. Por ello está justicia divina en Cristo se nos imputa también sólo por medio de la fé y esto no de nostros sino que es don(o un regalo 🎁)de Dios. Debe arrepentirse conforme a la multitud de sus iniquidades y aceptar como regalo la salvación gratuita y la justicia que Dios nos imputa por medio de la fe en su Hijo Jesucristo
EL ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (6) También dice el predicador: “¿Sabes lo que va a ocurrir cuando tú vengas a Cristo en arrepentimiento y fe; cuando tú dejes de tratar de salvarte por obedecer la Ley (haciendo buenas obras), y confiando solamente en la obra de justicia de Jesús? ¿Sabes lo que va a ocurrir? Que en vez de tomar el pecado con ligereza, vas a ser impulsado a obedecer la Ley. No por temor, sino por gratitud y por amor a ese bendito Salvador que la obedeció perfectamente en tu lugar, y que luego fue a la cruz para pagar nuestras deudas con la justicia de Dios”. Eso es una incongruencia descomunal. Y una gravísima herejía. Hace descansar la salvación en la obediencia (vicaria) a la Ley sinaítica. La Biblia nunca dice “el pecado no se enseñoreará de vosotros, porque ahora estáis, de manera voluntaria y alegre, bajo la Ley. No para ser justificados, sino para expresar nuestra gratitud a Dios por habernos dado a Cristo, que consiguió nuestra justificación obedeciendo esa misma Ley en lugar nuestro (ganándose Él primero Su propia justicia con esa obediencia, y luego acreditándonosla a nosotros por la fe)”. Esa es la teología pactualista, la reformada y la de los legalistas que infectan la verdadera iglesia desde el principio (ya en la era apostólica, de forma bien temprana, apareció esa gran herejía, pervirtiendo el Evangelio, Hch. 15, Gálatas, etc.). Dice John Piper (al que parece que este predicador sigue) que, como los cristianos tienen que obedecer la Ley de Moisés, y el cumplimiento de la ley es el amor (Ro.13:10), entonces los cristianos, guiados por el Espíritu Santo, van a amar, y así cumplirán la Ley. ¡Eso súper simplifica demasiado el asunto! ¡Qué argumento más torticero para querer salirse con su idea de que, si no es antes, será después, la Ley es necesaria para la santificación (una faceta de la salvación)! Retuerce y distorsiona la Palabra de Dios, para que diga lo que él quiere que diga (lo que su teología dice). Aún con “cara de santo” y de erudito (doctor de la Ley), uno puede ser un perverso propagador de doctrinas nacidas en el infierno. Eso hacen los ministros de Satanás: precisamente disfrazarse de “ministros (siervos) de justicia” (2 Co. 11:13-15). Es decir, como “grandes respetadores y amantes de la Ley”, y por medio de Ella alcanzar algún tipo de justicia, aunque sea vicariamente, por medio de una supuesta obediencia de Cristo a Ella en lugar de ellos [la única justicia que se puede obtener con Ella es “la justicia propia” (Fil. 3:9); o bien “vivir” por medio de la obediencia a Ella (Lc. 10:28; Ro. 10:5). Pero nunca uno puede obtener la justicia de Dios por su medio (Ro.3:19-20), o ser justificado si otro la pudiese obedecer por mí (lo cual es un absurdo imposible)].
El ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (4) Es importante entender que Jesucristo no pagó nada antes de ese momento. Aunque hubiese obedecido la Ley de Moisés (lo cual hemos demostrado que es un absurdo, además de un imposible, y una gruesa herejía, si acaso no es una gran blasfemia sobre el Hijo de Dios, y un pisoteo de la Justicia Divina), eso no hubiese supuesto un pago de mi deuda con la Justicia de Dios. Solo sobre la cruz “fue hecho pecado por nosotros [los elegidos]”, es decir, en ese preciso momento histórico, se transfirió mi maldad y mi culpa sobre Él (Is. 53:4-6), y sólo allí tuvo lugar la escritura del acta de transferencia del valor de Su sacrificio (crucifixión + muerte): “para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”; es decir, para que me pudiera ser imputado (acreditado) ese valor (esa justicia, y en justicia) en mi cuenta con Dios, cuando yo viniese a confiar en ese acto a mi favor. A la vez que se firmaba el decreto de transferencia de la Justicia obtenida por Cristo al satisfacer la Justicia ofendida de Dios por el pecador, con Su obra sobre la cruz, a favor del pecador (elegido), también se firmaba otro decreto o acta no menos importante: el de la anulación de la Ley para el pecador convertido al Evangelio, como medio de relacionarse con Dios. Esa Ley [bien fuera la escrita en tablas de piedra, y entregada a Israel por Moisés, o la escrita en los corazones de los gentiles (hombres, en general), “de fábrica”, por diseño y creación de Dios, Ro. 2: 12-16] siempre nos iba a acusar. Era un testimonio elocuente, insoslayable e insobornable “contra nosotros” (Col 2:15). Lo cual no hubiera ocurrido, si durante Su vida, Cristo la hubiese obedecido perfectamente en lugar del pecador. Esa Ley (la escrita en piedra, o la impresa en el corazón humano) ya no tendría nada que decirnos, puesto que fue, de modo perfecto, como dicen los reformados, los pactualistas, etc., obedecida vicariamente por nosotros. Pero la Ley sigue ahí, dando testimonio a nuestras conciencias, y a la de todos los hombres, de que nuestra naturaleza en Adán es contraria a Dios (Ro. 8:7). Incluso en el creyente, ese “viejo hombre” que nos acompañará hasta nuestra muerte (o la transformación/redención de nuestro cuerpo, a la venida de Cristo a buscar a los Suyos), esa enemistad de la carne contra Dios es hasta mucho más evidente que en el incrédulo. Es más virulenta y patente porque no se sujeta a Dios, aun conociendo de Su bondad y gracia, por información y por experiencia.
EL ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (10 Y FIN) Además, por si cabe alguna duda, la Escritura añade: “contra [frente] a tales cosas no hay ley”. Es decir, esas cosas que constituyen el fruto del Espíritu, no son producidas por ninguna ley (ni la de Moisés, ni ninguna otra que no sea “la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús”, Ro. 8:2. Que es la que libra al creyente “de la ley del pecado, y de la muerte”. Es decir, de la tiranía del pecado, mientras dure su vida en este cuerpo (Ro.7: 14-25), no lo libra la obediencia a la Ley de Moisés, sino la obediencia a la ley del Espíritu. Así que, “el pecado no se enseñoreará de vosotros (aunque sí os hará caer muchas veces); pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Ro. 6:14). ¿O es que la finalidad de la salvación es que, una vez has ido a Cristo en arrepentimiento y fe, te coloques bajo la Ley de Moisés? Según John Piper, y este predicador, ese parece ser el objetivo que ellos le ven a la vida cristiana: “obedecer la Ley de Moisés, por agradecimiento a Dios y a Cristo”. Pero la Escritura declara: “si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley” (Gá. 5:18). Estar bajo la gracia, y ser dominado por el pecado, son cosas incongruentes, que no condicen (o compaginan). Y tratar de obedecer la Ley de Moisés, y ser guiado por el Espíritu, son cosas incompatibles.
EL ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (8) Es pertinente reiterar que Dios dice, “propiciación por medio de la fe en su sangre”. No dice, “de la aceptación, por fe, de Su obediencia vicaria a la Ley, en lugar de ellos”. La salvación en general, y la justificación en particular, solo son posibles “aparte de la Ley”. Hay que salir fuera del ámbito de la Ley, para poder ser justificado (Ro. 3:21-28). En el momento en que se pretende asociar la Ley a la justificación (con el argumento que sea), uno “sigue apegado a” (sigue dentro de la esfera de) la Ley, y la justificación (y por tanto la salvación, con todas las facetas que involucra) no es posible. Pero no es casualidad que los “falsos apóstoles y obreros fraudulentos” se disfracen como apóstoles de Cristo. Para ello utilizan la reverencia a la Ley, como prueba de su supuesta rectitud y ortodoxia. Ellos honran la Ley, pero no como Dios quiere que se honre, sino de forma distorsionada, fraudulenta. Como los hipócritas (religiosos de todas las religiones “cristianas”: la madre, y sus hijas, Ap. 17: 5) lo hacen. ¿Acaso la obediencia del primer hijo de Mt. 21:28-32, cuando finalmente hizo el pedido de su padre, podría habérsele acreditado al segundo, más “predispuesto” en principio a obedecerle, pero que finalmente no lo hizo? ¡Absolutamente ridículo e imposible! Así que es muy apropiado que la Escritura diga que éstos (que han invadido la iglesia profesante desde el mismo nacimiento de la verdadera), y que en realidad son ministros de Satanás (el cual colocó tempranamente su trono [centro de operaciones, o cuartel general] en aquella, Ap. 2:13, por eso ocupan lugar de prominencia en esas iglesias locales, donde ejercen de “reyezuelos”, también llamados “hombres-orquesta, o “pastores con poderes pluri y totipotenciales”, para poder ejercer influencia sobre “los indoctos e inconstantes”, 2 P. 3:16, listos para ser engañados) se disfrazan de “ministros de justicia”. Pues éstos afirman que la obediencia a la Ley hace justos a los hombres. Así, hizo justo a Jesucristo (¡que la obedeció de forma perfecta en lugar del pecador!), y luego se les acredita a ellos esa justicia por la fe. ¡Sencillamente horrible, tal perverso razonamiento! (2 Co.11:13-15).
EL ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (3) Cuando la Escritura habla de que “por la justicia de uno [Cristo] vino a todos los hombres [elegidos] la justificación de vida” (Ro. 5:18), no está diciendo que “por la obediencia [de Cristo] a la Ley de Moisés, vino a todos los hombres [elegidos por Dios, y dados a Cristo] la justificación de vida”. Ni mucho menos. La justicia de Cristo, en este contexto (y todos los que tratan de la salvación), se refiere al acto efectuado en Su cruz, donde fue hecho pecado por los Suyos. No se refiere a Su justicia intrínseca (la que Su Persona posee como Dios, y como hombre justo y santo), porque ese tipo de justicia no puede serle transferida a otro. Si yo tengo una conducta ejemplar con mis conciudadanos, y en mi trabajo y familia, y cumplo con las leyes del país, podría decirse que, para los estándares de este mundo, yo sería un hombre “bueno”, o “un justo”. Pero ese tipo de justicia es intransferible. Por su propia naturaleza no puede ser ni física ni metafísicamente posible imputársela (transferírsela, acreditársela) a otro. De ninguna de las maneras podría decir mi vecino, que también es mi amigo, que él cumple con las obligaciones fiscales del país, las normas de tránsito, y es benevolente con sus vecinos, su familia y honesto en su trabajo, por el hecho de que lo sea yo, y yo “lo ame mucho”. “La justicia de Cristo”, se refiere a la que logró pagando Él mismo el precio (soportando el castigo) que la Justicia Divina demanda del pecador. No es que obedeciendo perfectamente la Ley de Moisés [que es un mero rudimento (Gá. 4:3,9; Co. 2:20), pues, aunque dice que no debemos matar, o adulterar, etc., para ella es suficiente con que no se haga físicamente, sin importar lo que haya en nuestro corazón (Mt. 5: 21-30, 38-48, etc.)] y que así Jesucristo alcanzó una justicia al nivel de la Divina, con aquella supuesta obediencia a los rudimentos que se hallaban en la Ley de Moisés, y que Dios dio a los herederos, cuando eran aún niños (y estaban en una fase equivalente a la de los esclavos, Gá. 4:1-7) para luego poderle ser acreditada al pecador arrepentido y que pone su fe en Él. Las Escrituras declaran enfáticamente que “sin derramamiento de sangre no se hace remisión [de pecados]” (He. 9:22). Esto es, sin que Alguien entregue Su propia vida (siempre que ésta sea de un valor equivalente a la dignidad del Ser ofendido), intencionalmente con el fin de satisfacer esa justicia violada, no es posible alcanzar el perdón de Dios. Por esto, las últimas palabras del Cordero de Dios, cuando colgaba del madero de la cruz, y estaba a punto de entregar Su vida por mí, fueron: “PAGADO” (gr. “tetelestai” = satisfecha por completo es la deuda, Jn. 19:30).
EL ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (9) Dicen que como Jesucristo “amó a Dios con todo Su corazón, alma, mente y fuerzas, y al prójimo como así mismo” entonces cumplió a la perfección la Ley de Moisés, “desde Su nacimiento, hasta Su tumba”. Su desconocimiento de Dios y de la vida Divina en Jesucristo los lleva de nuevo a súper simplificar esta enseñanza. En Mt. 22:34-40; Mr. 12:28-31 y Lc. 10:25-28, dice que “el primero, principal o más grande mandamiento de la Ley de Moisés” es ese. Pero no dice que sea el único. Como tampoco lo era diezmar (Mt. 23:23). En su mente legalista, no hay cabida para otra cosa que no sea la Ley (del Sinaí). No entienden que formular la Ley como un amar a Dios de esa manera, es como un “eslogan” (una declaración de intenciones, y que no es amor por sí misma), sino que debe ser sustanciado, concretizarlo (darle cuerpo o realidad) por medio de obras, de actos/hechos concretos. Es como si un esposo le dice a su esposa que la ama; pero tal hombre no hace ningún acto que condiga tal afirmación. ¿Sería eso amor verdadero? ¿O sería “una poesía al sol”? Nada más que palabras. Bonitas, tal vez, pero solo palabras. Igualmente, que alguien diga que tiene fe, pero esa fe no se concretiza en actos, ¿podría salvarle tal fe? (Stg. 2:14, y ss.). Así, si Jesucristo amaba a Dios de esa manera, debió dar evidencias de ello. Y por tanto, haber obedecido ciertamente la Ley, que era lo que estaba ordenado por Dios, y en plena vigencia, en aquel entonces. Pero Jesucristo no diezmaba, no ofrendaba, no sacrificaba, no acudía a los sacerdotes del templo para sacrificar, etc. Tampoco vivió en constante vigilancia y zozobra, esforzándose en (o tratando de) no matar, no adulterar, no codiciar…etc. Todo eso, además de ridículo, degrada a Jesucristo, y deshonra (ningunea) la Justicia de Dios. Si eso fuese cierto, Gá. 5: 22-23 diría que el fruto del Espíritu es amor. Y punto. Pero dice que el fruto del Espíritu (singular; es decir, el Espíritu Santo produce un único fruto, con variedad de sabores) es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza”. Ese es el fruto del Espíritu, y no un amor que te capacita para obedecer la Ley de Moisés (ley que dice cosas como “ojo por ojo, y diente por diente”, apedrea a los fornicarios y adúlteros, a los hijos rebeldes, no permite que toques nada que antes haya estado en contacto con una mujer menstruando, y otras cosas, inadmisibles para un cristiano).
EL ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (1) Tres veces dice el predicador que Cristo es “el segundo Adán”. La Escritura no dice que Jesucristo es “otro Adán, que encabeza una segunda o nueva humanidad”. Muy al contrario, dice que Cristo es “el último (postrer) Adán” (1 Co. 15:45). ¿Por qué Dios no dice que Cristo es el segundo Adán? ¿Acaso no dice que el Señor es “el segundo hombre” (1 Co. 15:47)? ¿No son la misma cosa? ¿Tiene esa distinción alguna importancia? Sí: la diferencia entre ser el segundo Adán, o ser el último, ¡es importantísima! Dios no tiene en proyecto crear (o traer) un nuevo Adán (tras el fracaso del primero), y construir una (nueva) raza humana con él. No son Sus planes colocar un nuevo Adán como cabeza de una otra humanidad. Nada de eso: Sus planes son (y siempre fueron) crear una humanidad en el Hijo, y para el Hijo, el Dios-Hombre. Por eso “un segundo Adán” es contrario a los pensamientos de Dios. Lo que sí tenía previsto era finalizar la raza de Adán con un “último Adán”. No toda la raza, sino aquellos escogidos de esa raza, que el Padre dio al Hijo antes de crear el universo. Un “último Adán” que asumiera la maldición de la naturaleza adámica (introducida en la de aquel primer Adán), y la llevara/soportara sobre Sí mismo, y así agotara/finalizara la relación entre Él y aquella raza pervertida (que no es otra que la humanidad originada en Adán tras su desobediencia inicial). Y, empleando al mismo Mediador, al darle una nueva vida tras Su muerte y sepultura, resucitándolo de entre los muertos, debido a la vindicación plena de la Justicia Divina que el Hijo efectuó sobre la cruz, y la subsecuente satisfacción y glorificación del Dios Santo y Justo por medio de Su obediencia a los planes eternos del Padre (que Lo llevaron a poner Su vida en sacrificio por el pecado, para que la Justicia Divina fuese ejecutada de forma vicaria contra la naturaleza depravada de los hombres), crear una nueva criatura (nueva humanidad) en el Hijo, dándoles a éstos una nueva vida, resucitándolos y sentándolos juntamente con el Dios-Hombre glorificado, en los lugares celestiales (Ef. 2:1, 5-6; 2 Co. 5:17; Col. 3: 1-4; 1 Jn. 5:11-12). Si bien, esto sería solo con aquellos escogidos (en Cristo), antes de la fundación del mundo, para formar parte de esta segunda humanidad (en Cristo).
Woooo....gran gran gran predicador. Gracias a Dios por el pastor sugel michelen. Gran mensaje poderoso.
Excelente prédica Sólo Deo gloria
Qué bendición es la predicación expositiva y cuán necesaria es hoy en día para una iglesia que languidece por tantas enseñanzas falsas por falsos maestros.
Tremenda enseñanza, muchas gracias pastor Sugel. Dio lo continúe bendiciendo.
Gracias por explicar la aritmética divina Pastor! De gran bendición este mensaje
Dios te bendiga mucho por esta enseñanza tan maravillosa. Créame que me aclaro muchas preguntas que habían en mi mente..El libro a Lis Romanos es un libro maravilloso. Y hoy más que nunca lo reconozco. Amennn.
Dios bendiga pastor SUGEL. muy buena predicación
Excelente predicación
Está predicación exalta solo y nada más que a un Dios trino , al Dios padre , al Dios Hijo y al Dios El Espíritu santo. Esta obra de redención sólo la hubiese podido llevar a cabo éste Dios tres veces Santo.
Torciendo las Escrituras, Cristo es el Cordero de Dios, que quita solo los pecados de los escogidos ( libro de Herejías 3: 16)
La predicación del pastor Sugel,nos hace revivir y recordar el nuevo nacimiento que Nuestro Señor Jesucristo hizo en nosotros atravez del Espirítu Santo, y recordar y vivir que por Gracia fuimos elegidos por el Padre desde antes de la fundación del mundo.Amen.
Tito 2:11-14
Reina-Valera 1960 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres....
🙏🏼🔥Amén📖❤📖Amén🔥🙏🏼
Wuaooo cuanto he lloràdo...me di cuenta de repente que tú mi Señor Jesucristo me amas demasiado... gracias mi Señor amado.Gloria a tu nombre.
Aleluya, Bendito Dios misericordioso! 🙏🏻
Excelente mensaje gracias pastor 🙏
Qué hermosa y gloriosa es la gracia de Dios, alabado sea Su Nombre!
Que Dios bendiga ricamente su vida pastor Sugel. Que gran bendición es escuchar sus prédicas. Gracias a Dios por el conocimiento de su Palabra que le ha dado. Se necesitan exposiciones de esta profundidad, en tiempos donde se predica un evangelio tan diluido. Un saludo desde Uruguay!
Qué sea el Dios Todopoderoso, el que despierte nuestras conciencias.
Excelente mi hermano, la gloria sea para Dios, muchas gracias por ser directo en su exposición de la palabra vida
El pueblo acentado en valles de sombra, vio gran luz. Gloria a DIOS.
Gracias Senhor, gracias IBSJ, gracias pastor Sugel. Dios los bendiga.
Tremenda predicación !!!!!!!!!bendito sea nuestro señor Jesucristo q nos a hecho nacer de nuevo ❤️👏🏻👏🏻👏🏻
Amén amén gracias gracias
exelente !!!
Gloria a Dios por su palabra.
Aleluya, Aleluya, Aleluya, Gloria a nuestro gran DIOS Y SEÑOR JESUCRISTO.
amén mi hermano
Por la desobediencia de uno fuimos todos hechos pecado..pero por la obediencia de JESUCRISTO TODOS SOMOS JUSTIFICADOS..EL NOS REPRESENTO EN ESA CRUZ ..MURIO POR MI..TOMO MI LUGAR ..MIS PECADOS SE LE IMPUTARON ..Y YO RECIBI DE EL SUS JUSTICIA Y OBEDIENCIA..HOY EL DIOS PADRE TODO PODEROSO NO VE MI PECADO..VE A CRISTO EN MI...ES HERMOSO SABER CUANTO ME AMAS SEÑOR JESUS...
gracias pastor por enseñar de una forma que se puede entender claramente la palabra de nuestro salvador Jesucristo amen
Exacto, amén
"Por un solo pecado trajo condenación ( Adán)
Por muchos pecados trajo salvación (Cristo)
Amén
Dios bendiga grandemente este ministerio en Republica Dominicana.
Díos bendiga al pasto sugel sus mensajes de comprenden he aprendido mucho
Pastor Sugel, no importa cuanto poder le dé al pecado de Adán, la gracia y el don de Dios, es MUCHO MÁS PODEROSO; lo dice el mismo texto.
Le saludamos desde ecuador que Dios le siga dando mucho conocimiento
Gracias por su hermosa predica. Bendiciones.
Gracias Jesus por tomar mi lugar y ser mi representante ante Dios El Padre.
Dios bendiga su vida y siga dando sabiduría para la GLORIA DIOS es BUENO SANTO, SANTO SANTO
Bendiciones pastor Suguel .
GLORIA A DÍOS POR SU PALABRA PORQUE ES VIVA Y EFICAS PALABRA VIVIFICANTE GLORIA DIOS!!!
Gracias pastor por este estudio, impactò mi vida. Bendiciones.
Gran exposicion ,gracias pastor sugel ,bendiciones
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Gloria al nostro Signore Gesù Cristo! Il Signore ti benedica fratello Sugel
Gloria a Dios 🙌
Excelente serie. Bendiciones.
Muy hermoso
😊😊😊
Aleluya
Que bueno que ambos representaron a toda la humanidad tanto para convertirlos en pecadores como para que toda la humanidad fuera perdonada también. Eso fue lo que hizo Jesús, su sacrificio no fue condicionado a nada o la gracia no tendría gracia
¡Amén! ¡Amén!
❤
Pregunta.! Donde queda el libre albeldrio del hombre?? De escoger si quieres ser justificado o no?? Por q uno tiene la desicion de escoger si quiere escoger ser justificado o no?
Me sentí como cuando Drake y Josh salen de la montaña rusa
Estaba viendo una predica de Ministerios ebenezer aserca del tema: "Los 7 adanes", me quede con la inquitud ¿es biblica esa enseñanza? En resumen sostienen que el primer adan es:
1.alma viviviente
2. Ser viviente
3.set
4.noe
5.abraham
6.israel
7.Jesus ( solo el cumplio el proposito)
Tengo entendido que solo fueron 2 adanes el de genesis y el actual, Jesucristo.
La biblia habla de 2 adanes solamente
42:03
46:20
50:03 Yes! yes, yes, it feels like a war.
}
}
}
}
@@maritzaherras9371 I don't understand your reply ?
Una de las parabolas dice: el reino de los cielos es parecido a una mujer que agregó levadura a tres porciones de harina hasta que fermentó toda la masa. O sea que esa levadura, ese pecado fermentó los tres tiempos hasta el día del juicio
a que tiempo exactamente se refire usted.
Bendiçion.
Que Diao bendiga si Palabra, y de sabiduria, para DICERNIR HEREJIA!! CRÉO QUE LAS DOS COSAS SE HÁLLAN AQUI. SALUDOS
Con respecto a formar parte del primer hombre, nuestro origen ES LA TIERRA Y NUESTRA NATURALEZA ES TERRENAL, en cuanto a formar parte del segundo hombre, NUESTRO ORIGEN ES DIOS, Y NUESTRA NATURALEZA ES CELESTIAL ( 1 Co. 15: 47 ). En 1 Corintios 15: 45 se hallan implícitas dos creaciones: la vieja creación, cuyo centro ES EL HOMBRE CON ALMA VIVIENTE, y la nueva creación en resurrección, cuyo centro ES EL ESPÍRITU. Mediante la encarnación, Cristo FUE HECHO EL SEGUNDO ADÁN A FIN DE MORIR EN LA CRUZ PARA PONER FIN A LA VIEJA CREACIÓN EN ADÁN, Y MEDIANTE LA RESURECCION, EL SEGUNDO ADAN QUIEN ES CRISTO HACE GERMINAR LA NUEVA CREACIÓN, POR ESO AHORA, HOY MISMO SOMOS NUEVAS CREACIONES Y LAS COSAS VIEJAS DEL PRIMER ADAN PASARON Y AHORA SON HECHAS NUEVAS. !
😭 😭 😭 😭 😭
Estoy en el 2021 y todavía no me he dado cuenta XD... Minuto 16:10.
En adan. toda la raza humana contaminada por el pecado esta muerta espiritualmente. Dios ve muertos espiritualmente a todo aquel que esta vivo fisicamente y sin cristo. Es por eso que es importante saber que todos son creacion de Dios pero no todos son hijos de Dios. A los que creen en su nombre, les dio potestad de ser llamados hijos de Dios.
Cristo es el Cordero de Dios que quita el pecado solo de los escogidos. ¿?
La mayoría creé esta doctrina herrada, está mal, y nadie cuestiona, todos dicen ameggggnn,
Constituir, no significa heredar, la escritura una y otra ves dice por cuánto todos pecaron, no dice por cuánto Adán peco, lo que si dice es Adán todos mueren, no todos pecan, abran los ojos 👀😎. 1Cor15:22
Todo lo que dice el pastor suena muy coherente pero porque Dios el creador permite a Adán eso es como si fuera un creador que estuviera jugando con los seres humanos porque sí creo el universo y todas las maravillas que podemos apreciar con nuestros sentidos tendría que darle la tentación a Adan
Adán hombre real?? Quien puede creerlo, ante el avance de la Teología???
Pastor Sugel: es una herejía hacer diferencia en la palabra “todos” del pecado de Adán, y en la de “todos” de la gracia de Cristo.
Como dice el texto bíblico en romanos 3 21 al 26 esa justicia de Dios es la justicia perfecta de Jesúscristo que le es imputada al pecador por medio de la fé que a su vez al pecador le fue imputado en Adán el pecado y por la tanto está bajo la ira de Dios y bajo condenación. Por ello está justicia divina en Cristo se nos imputa también sólo por medio de la fé y esto no de nostros sino que es don(o un regalo 🎁)de Dios.
Debe arrepentirse conforme a la multitud de sus iniquidades y aceptar como regalo la salvación gratuita y la justicia que Dios nos imputa por medio de la fe en su Hijo Jesucristo
Esta un poco extraño esto . A que se refiere cuando dice el postrer Adan?
EL ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (6)
También dice el predicador: “¿Sabes lo que va a ocurrir cuando tú vengas a Cristo en arrepentimiento y fe; cuando tú dejes de tratar de salvarte por obedecer la Ley (haciendo buenas obras), y confiando solamente en la obra de justicia de Jesús? ¿Sabes lo que va a ocurrir? Que en vez de tomar el pecado con ligereza, vas a ser impulsado a obedecer la Ley. No por temor, sino por gratitud y por amor a ese bendito Salvador que la obedeció perfectamente en tu lugar, y que luego fue a la cruz para pagar nuestras deudas con la justicia de Dios”.
Eso es una incongruencia descomunal. Y una gravísima herejía. Hace descansar la salvación en la obediencia (vicaria) a la Ley sinaítica. La Biblia nunca dice “el pecado no se enseñoreará de vosotros, porque ahora estáis, de manera voluntaria y alegre, bajo la Ley. No para ser justificados, sino para expresar nuestra gratitud a Dios por habernos dado a Cristo, que consiguió nuestra justificación obedeciendo esa misma Ley en lugar nuestro (ganándose Él primero Su propia justicia con esa obediencia, y luego acreditándonosla a nosotros por la fe)”.
Esa es la teología pactualista, la reformada y la de los legalistas que infectan la verdadera iglesia desde el principio (ya en la era apostólica, de forma bien temprana, apareció esa gran herejía, pervirtiendo el Evangelio, Hch. 15, Gálatas, etc.).
Dice John Piper (al que parece que este predicador sigue) que, como los cristianos tienen que obedecer la Ley de Moisés, y el cumplimiento de la ley es el amor (Ro.13:10), entonces los cristianos, guiados por el Espíritu Santo, van a amar, y así cumplirán la Ley. ¡Eso súper simplifica demasiado el asunto! ¡Qué argumento más torticero para querer salirse con su idea de que, si no es antes, será después, la Ley es necesaria para la santificación (una faceta de la salvación)!
Retuerce y distorsiona la Palabra de Dios, para que diga lo que él quiere que diga (lo que su teología dice). Aún con “cara de santo” y de erudito (doctor de la Ley), uno puede ser un perverso propagador de doctrinas nacidas en el infierno. Eso hacen los ministros de Satanás: precisamente disfrazarse de “ministros (siervos) de justicia” (2 Co. 11:13-15). Es decir, como “grandes respetadores y amantes de la Ley”, y por medio de Ella alcanzar algún tipo de justicia, aunque sea vicariamente, por medio de una supuesta obediencia de Cristo a Ella en lugar de ellos [la única justicia que se puede obtener con Ella es “la justicia propia” (Fil. 3:9); o bien “vivir” por medio de la obediencia a Ella (Lc. 10:28; Ro. 10:5). Pero nunca uno puede obtener la justicia de Dios por su medio (Ro.3:19-20), o ser justificado si otro la pudiese obedecer por mí (lo cual es un absurdo imposible)].
El ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (4)
Es importante entender que Jesucristo no pagó nada antes de ese momento. Aunque hubiese obedecido la Ley de Moisés (lo cual hemos demostrado que es un absurdo, además de un imposible, y una gruesa herejía, si acaso no es una gran blasfemia sobre el Hijo de Dios, y un pisoteo de la Justicia Divina), eso no hubiese supuesto un pago de mi deuda con la Justicia de Dios.
Solo sobre la cruz “fue hecho pecado por nosotros [los elegidos]”, es decir, en ese preciso momento histórico, se transfirió mi maldad y mi culpa sobre Él (Is. 53:4-6), y sólo allí tuvo lugar la escritura del acta de transferencia del valor de Su sacrificio (crucifixión + muerte): “para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”; es decir, para que me pudiera ser imputado (acreditado) ese valor (esa justicia, y en justicia) en mi cuenta con Dios, cuando yo viniese a confiar en ese acto a mi favor.
A la vez que se firmaba el decreto de transferencia de la Justicia obtenida por Cristo al satisfacer la Justicia ofendida de Dios por el pecador, con Su obra sobre la cruz, a favor del pecador (elegido), también se firmaba otro decreto o acta no menos importante: el de la anulación de la Ley para el pecador convertido al Evangelio, como medio de relacionarse con Dios.
Esa Ley [bien fuera la escrita en tablas de piedra, y entregada a Israel por Moisés, o la escrita en los corazones de los gentiles (hombres, en general), “de fábrica”, por diseño y creación de Dios, Ro. 2: 12-16] siempre nos iba a acusar. Era un testimonio elocuente, insoslayable e insobornable “contra nosotros” (Col 2:15). Lo cual no hubiera ocurrido, si durante Su vida, Cristo la hubiese obedecido perfectamente en lugar del pecador. Esa Ley (la escrita en piedra, o la impresa en el corazón humano) ya no tendría nada que decirnos, puesto que fue, de modo perfecto, como dicen los reformados, los pactualistas, etc., obedecida vicariamente por nosotros.
Pero la Ley sigue ahí, dando testimonio a nuestras conciencias, y a la de todos los hombres, de que nuestra naturaleza en Adán es contraria a Dios (Ro. 8:7). Incluso en el creyente, ese “viejo hombre” que nos acompañará hasta nuestra muerte (o la transformación/redención de nuestro cuerpo, a la venida de Cristo a buscar a los Suyos), esa enemistad de la carne contra Dios es hasta mucho más evidente que en el incrédulo. Es más virulenta y patente porque no se sujeta a Dios, aun conociendo de Su bondad y gracia, por información y por experiencia.
EL ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (10 Y FIN)
Además, por si cabe alguna duda, la Escritura añade: “contra [frente] a tales cosas no hay ley”. Es decir, esas cosas que constituyen el fruto del Espíritu, no son producidas por ninguna ley (ni la de Moisés, ni ninguna otra que no sea “la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús”, Ro. 8:2. Que es la que libra al creyente “de la ley del pecado, y de la muerte”. Es decir, de la tiranía del pecado, mientras dure su vida en este cuerpo (Ro.7: 14-25), no lo libra la obediencia a la Ley de Moisés, sino la obediencia a la ley del Espíritu.
Así que, “el pecado no se enseñoreará de vosotros (aunque sí os hará caer muchas veces); pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Ro. 6:14). ¿O es que la finalidad de la salvación es que, una vez has ido a Cristo en arrepentimiento y fe, te coloques bajo la Ley de Moisés? Según John Piper, y este predicador, ese parece ser el objetivo que ellos le ven a la vida cristiana: “obedecer la Ley de Moisés, por agradecimiento a Dios y a Cristo”.
Pero la Escritura declara: “si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley” (Gá. 5:18). Estar bajo la gracia, y ser dominado por el pecado, son cosas incongruentes, que no condicen (o compaginan). Y tratar de obedecer la Ley de Moisés, y ser guiado por el Espíritu, son cosas incompatibles.
EL ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (8)
Es pertinente reiterar que Dios dice, “propiciación por medio de la fe en su sangre”. No dice, “de la aceptación, por fe, de Su obediencia vicaria a la Ley, en lugar de ellos”.
La salvación en general, y la justificación en particular, solo son posibles “aparte de la Ley”. Hay que salir fuera del ámbito de la Ley, para poder ser justificado (Ro. 3:21-28). En el momento en que se pretende asociar la Ley a la justificación (con el argumento que sea), uno “sigue apegado a” (sigue dentro de la esfera de) la Ley, y la justificación (y por tanto la salvación, con todas las facetas que involucra) no es posible.
Pero no es casualidad que los “falsos apóstoles y obreros fraudulentos” se disfracen como apóstoles de Cristo. Para ello utilizan la reverencia a la Ley, como prueba de su supuesta rectitud y ortodoxia. Ellos honran la Ley, pero no como Dios quiere que se honre, sino de forma distorsionada, fraudulenta. Como los hipócritas (religiosos de todas las religiones “cristianas”: la madre, y sus hijas, Ap. 17: 5) lo hacen.
¿Acaso la obediencia del primer hijo de Mt. 21:28-32, cuando finalmente hizo el pedido de su padre, podría habérsele acreditado al segundo, más “predispuesto” en principio a obedecerle, pero que finalmente no lo hizo? ¡Absolutamente ridículo e imposible!
Así que es muy apropiado que la Escritura diga que éstos (que han invadido la iglesia profesante desde el mismo nacimiento de la verdadera), y que en realidad son ministros de Satanás (el cual colocó tempranamente su trono [centro de operaciones, o cuartel general] en aquella, Ap. 2:13, por eso ocupan lugar de prominencia en esas iglesias locales, donde ejercen de “reyezuelos”, también llamados “hombres-orquesta, o “pastores con poderes pluri y totipotenciales”, para poder ejercer influencia sobre “los indoctos e inconstantes”, 2 P. 3:16, listos para ser engañados) se disfrazan de “ministros de justicia”.
Pues éstos afirman que la obediencia a la Ley hace justos a los hombres. Así, hizo justo a Jesucristo (¡que la obedeció de forma perfecta en lugar del pecador!), y luego se les acredita a ellos esa justicia por la fe. ¡Sencillamente horrible, tal perverso razonamiento! (2 Co.11:13-15).
EL ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (3)
Cuando la Escritura habla de que “por la justicia de uno [Cristo] vino a todos los hombres [elegidos] la justificación de vida” (Ro. 5:18), no está diciendo que “por la obediencia [de Cristo] a la Ley de Moisés, vino a todos los hombres [elegidos por Dios, y dados a Cristo] la justificación de vida”. Ni mucho menos. La justicia de Cristo, en este contexto (y todos los que tratan de la salvación), se refiere al acto efectuado en Su cruz, donde fue hecho pecado por los Suyos.
No se refiere a Su justicia intrínseca (la que Su Persona posee como Dios, y como hombre justo y santo), porque ese tipo de justicia no puede serle transferida a otro. Si yo tengo una conducta ejemplar con mis conciudadanos, y en mi trabajo y familia, y cumplo con las leyes del país, podría decirse que, para los estándares de este mundo, yo sería un hombre “bueno”, o “un justo”. Pero ese tipo de justicia es intransferible. Por su propia naturaleza no puede ser ni física ni metafísicamente posible imputársela (transferírsela, acreditársela) a otro.
De ninguna de las maneras podría decir mi vecino, que también es mi amigo, que él cumple con las obligaciones fiscales del país, las normas de tránsito, y es benevolente con sus vecinos, su familia y honesto en su trabajo, por el hecho de que lo sea yo, y yo “lo ame mucho”.
“La justicia de Cristo”, se refiere a la que logró pagando Él mismo el precio (soportando el castigo) que la Justicia Divina demanda del pecador. No es que obedeciendo perfectamente la Ley de Moisés [que es un mero rudimento (Gá. 4:3,9; Co. 2:20), pues, aunque dice que no debemos matar, o adulterar, etc., para ella es suficiente con que no se haga físicamente, sin importar lo que haya en nuestro corazón (Mt. 5: 21-30, 38-48, etc.)] y que así Jesucristo alcanzó una justicia al nivel de la Divina, con aquella supuesta obediencia a los rudimentos que se hallaban en la Ley de Moisés, y que Dios dio a los herederos, cuando eran aún niños (y estaban en una fase equivalente a la de los esclavos, Gá. 4:1-7) para luego poderle ser acreditada al pecador arrepentido y que pone su fe en Él.
Las Escrituras declaran enfáticamente que “sin derramamiento de sangre no se hace remisión [de pecados]” (He. 9:22). Esto es, sin que Alguien entregue Su propia vida (siempre que ésta sea de un valor equivalente a la dignidad del Ser ofendido), intencionalmente con el fin de satisfacer esa justicia violada, no es posible alcanzar el perdón de Dios.
Por esto, las últimas palabras del Cordero de Dios, cuando colgaba del madero de la cruz, y estaba a punto de entregar Su vida por mí, fueron: “PAGADO” (gr. “tetelestai” = satisfecha por completo es la deuda, Jn. 19:30).
EL ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (9)
Dicen que como Jesucristo “amó a Dios con todo Su corazón, alma, mente y fuerzas, y al prójimo como así mismo” entonces cumplió a la perfección la Ley de Moisés, “desde Su nacimiento, hasta Su tumba”. Su desconocimiento de Dios y de la vida Divina en Jesucristo los lleva de nuevo a súper simplificar esta enseñanza. En Mt. 22:34-40; Mr. 12:28-31 y Lc. 10:25-28, dice que “el primero, principal o más grande mandamiento de la Ley de Moisés” es ese. Pero no dice que sea el único. Como tampoco lo era diezmar (Mt. 23:23).
En su mente legalista, no hay cabida para otra cosa que no sea la Ley (del Sinaí). No entienden que formular la Ley como un amar a Dios de esa manera, es como un “eslogan” (una declaración de intenciones, y que no es amor por sí misma), sino que debe ser sustanciado, concretizarlo (darle cuerpo o realidad) por medio de obras, de actos/hechos concretos.
Es como si un esposo le dice a su esposa que la ama; pero tal hombre no hace ningún acto que condiga tal afirmación. ¿Sería eso amor verdadero? ¿O sería “una poesía al sol”? Nada más que palabras. Bonitas, tal vez, pero solo palabras. Igualmente, que alguien diga que tiene fe, pero esa fe no se concretiza en actos, ¿podría salvarle tal fe? (Stg. 2:14, y ss.).
Así, si Jesucristo amaba a Dios de esa manera, debió dar evidencias de ello. Y por tanto, haber obedecido ciertamente la Ley, que era lo que estaba ordenado por Dios, y en plena vigencia, en aquel entonces. Pero Jesucristo no diezmaba, no ofrendaba, no sacrificaba, no acudía a los sacerdotes del templo para sacrificar, etc. Tampoco vivió en constante vigilancia y zozobra, esforzándose en (o tratando de) no matar, no adulterar, no codiciar…etc.
Todo eso, además de ridículo, degrada a Jesucristo, y deshonra (ningunea) la Justicia de Dios.
Si eso fuese cierto, Gá. 5: 22-23 diría que el fruto del Espíritu es amor. Y punto. Pero dice que el fruto del Espíritu (singular; es decir, el Espíritu Santo produce un único fruto, con variedad de sabores) es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza”. Ese es el fruto del Espíritu, y no un amor que te capacita para obedecer la Ley de Moisés (ley que dice cosas como “ojo por ojo, y diente por diente”, apedrea a los fornicarios y adúlteros, a los hijos rebeldes, no permite que toques nada que antes haya estado en contacto con una mujer menstruando, y otras cosas, inadmisibles para un cristiano).
EL ESPÍRITU SANTO Y LA LEY (1)
Tres veces dice el predicador que Cristo es “el segundo Adán”. La Escritura no dice que Jesucristo es “otro Adán, que encabeza una segunda o nueva humanidad”. Muy al contrario, dice que Cristo es “el último (postrer) Adán” (1 Co. 15:45).
¿Por qué Dios no dice que Cristo es el segundo Adán? ¿Acaso no dice que el Señor es “el segundo hombre” (1 Co. 15:47)? ¿No son la misma cosa? ¿Tiene esa distinción alguna importancia? Sí: la diferencia entre ser el segundo Adán, o ser el último, ¡es importantísima!
Dios no tiene en proyecto crear (o traer) un nuevo Adán (tras el fracaso del primero), y construir una (nueva) raza humana con él. No son Sus planes colocar un nuevo Adán como cabeza de una otra humanidad. Nada de eso: Sus planes son (y siempre fueron) crear una humanidad en el Hijo, y para el Hijo, el Dios-Hombre. Por eso “un segundo Adán” es contrario a los pensamientos de Dios.
Lo que sí tenía previsto era finalizar la raza de Adán con un “último Adán”. No toda la raza, sino aquellos escogidos de esa raza, que el Padre dio al Hijo antes de crear el universo. Un “último Adán” que asumiera la maldición de la naturaleza adámica (introducida en la de aquel primer Adán), y la llevara/soportara sobre Sí mismo, y así agotara/finalizara la relación entre Él y aquella raza pervertida (que no es otra que la humanidad originada en Adán tras su desobediencia inicial).
Y, empleando al mismo Mediador, al darle una nueva vida tras Su muerte y sepultura, resucitándolo de entre los muertos, debido a la vindicación plena de la Justicia Divina que el Hijo efectuó sobre la cruz, y la subsecuente satisfacción y glorificación del Dios Santo y Justo por medio de Su obediencia a los planes eternos del Padre (que Lo llevaron a poner Su vida en sacrificio por el pecado, para que la Justicia Divina fuese ejecutada de forma vicaria contra la naturaleza depravada de los hombres), crear una nueva criatura (nueva humanidad) en el Hijo, dándoles a éstos una nueva vida, resucitándolos y sentándolos juntamente con el Dios-Hombre glorificado, en los lugares celestiales (Ef. 2:1, 5-6; 2 Co. 5:17; Col. 3: 1-4; 1 Jn. 5:11-12).
Si bien, esto sería solo con aquellos escogidos (en Cristo), antes de la fundación del mundo, para formar parte de esta segunda humanidad (en Cristo).
AMÉN