Nuestra naturaleza humana

Los seres humanos, en nuestra esencia, somos seres noviolentos. Es la desconexión con nuestra naturaleza lo que genera comportamientos destructivos.
Parto de la premisa de que nuestra esencia es fundamentalmente empática, cooperativa y está orientada hacia el bienestar común, pero diversos factores sociales y culturales nos han desviado de ella.
Lo decía Jiddu Krishnamurti, “No es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma” y yo siempre nos recuerdo el valor y el signo de salud que supone que haya un montón de formas que no nos cierran de esta sociedad en la que vivimos.
Nuestras estructuras sociales no están diseñadas para cuidar de muchas de nuestras necesidades fundamentales, si no que se enfocan en el rendimiento económico y productivo.
El tiempo para unx mismx, la conexión con otras personas, la creatividad, el bienestar emocional, la comunicación, la conexión... necesidades muy importantes que no cuentan con el espacio adecuado en nuestros diseños de vida.
Cuestionar estas estructuras y empezar a generar espacios alternativos donde el respeto, el cuidado y la escucha es el primer paso para reconectar con nuestra verdadera naturaleza humana.