¿Los cristianos debemos tener una ideología política?

Поділитися
Вставка
  • Опубліковано 30 бер 2024
  • La profunda división entre las posiciones políticas que fraccionan al mundo parecen estar mutando al punto de confundir a los votantes; un torbellino en el que están cayendo, incluso, los creyentes.
    En 2024 al menos 90 países deben ir a las urnas y la polarización que existe entre los dos grupos políticos más grandes, la derecha y la izquierda, ha confundido a miles de personas quienes intentan elegir a gobernantes que les representen.
    Los defensores de las ideologías políticas son muy serios al hablar de sus bases y preceptos; sin embargo, el origen de esta división nace de una sencilla anécdota ocurrida en Francia, previo a su revolución.
    Era agosto de 1789 cuando la clase menos favorecida, compuesta por campesinos y pequeños comerciantes, cuestionaba el poder que se centraba en la corona, la iglesia católica, y ciertos grupos llamados burgueses, como llamaban a los ciudadano de clase media acomodada; dando como resultado una Asamblea Nacional del parlamento francés.
    En el acto, se debía producir una votación para tomar decisiones sobre el futuro de la nación por que las autoridades convocaron a las partes, pero curiosamente los nobles y el clero se instalaron a la derecha del presidente de la Asamblea, mientras que los inconformes, se situaron a la izquierda.
    Aquel evento no solamente marcaría la posición física de los grupos opositores, sino también su ideología política, estableciendo así una referencia para otros países de Europa y con los años, del mundo entero.
    ¿Qué diferencias hay entre la izquierda y la derecha y política?
    La diferencia de enfoque, intereses y métodos marca algunas de las principales distancias entre las dos ideologías políticas.
    La izquierda, por ejemplo, se caracteriza por defender la sociedad como conjunto, de ahí que se les llame socialistas.
    Esta ideología promueve la creación de un Estado de bienestar que beneficie a todas las personas. Un sistema sufragado por los impuestos de los ciudadanos en donde quienes ganan más, pagan más.
    El Estado toma una actitud paternalista en la que se encarga de ofrecer asistencia a sus habitantes como servicios médicos, educación, pensiones por retiro, etc.
    Su postura progresista aboga también por la redistribución de la riqueza, la igualdad de género, la defensa de los derechos humanos, la inclusión y la diversidad; abriendo así la puerta a grupos que exigen nuevas y controversiales leyes.
    Por otro lado, la derecha política se caracteriza por su postura conservadora, de libre mercado y la libertad individual.
    Bajo esta ideología, los gobiernos favorecen a los empresarios para generar riquezas y con ellas, empleo, por lo que se les identifica como liberales ya que las autoridades intervienen mínimamente; o bien, capitalistas, debido a que el funcionamiento del Estado gira alrededor del capital (el dinero).
    Este grupo por lo general va en contra de políticas como el derecho al aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo; razón por la cual la derecha encuentra cierta empatía con los cristianos.
    Un ejemplo de esta dualidad que vive el mundo es el proceso eleccionario de Estados Unidos, donde el Republicano Donald Trump podría frenar leyes que favorecen la independencia de los niños para decidir su propio género; pero por otro lado, el expresidente ha mostrado una actitud indiferente ante el divorcio y la prostitución, contrarios a los valores conservadores de su partido.
    En contraposición se encuentra el Demócrata Joe Biden, cuyo partido aboga por dar más libertades revolucionarias como la identidad de género; pero a su vez, se muestra más empático con el sufrimiento de los migrantes, ganando así el voto latino, incluso el de líderes de la iglesia quienes ven en Biden a un hombre más humano ante la necesidad de los menos favorecidos.
    ¿A quién deberíamos apoyar?
    La decisión sobre qué lado tomar en el ámbito político es un tema complejo para los cristianos ya que no hay una respuesta única que sea aplicable en todas las situaciones, y menos ahora, cuando los políticos cambian constantemente de opinión, partido y hasta, religión.
    No obstante, la Biblia ofrece principios que pueden guiar a los cristianos en su participación en la política y en la toma de decisiones. Bajo la premisa de seguir la voluntad de Dios, el cristiano debe orientarse por principios bíblicos en lugar de seguir ciegamente una ideología política.
    La Palabra de Dios nos enseña a amar al prójimo, a buscar la justicia, la misericordia y a trabajar por el bien común; bases que se encuentran en Mateo 22:39, Miqueas 6:8 y Proverbios 31:8-9.
    Si bien es cierto ningún partido político es perfecto, es importante apoyar aquellas iniciativas y leyes que promuevan el respeto a Dios y la Biblia; pero es más importante aún que el cristiano ore constantemente para ser guiado por Dios a la hora de elegir a sus autoridades.
  • Розваги

КОМЕНТАРІ •