Vivir Despeina

¿Alguna vez te ha disparado la misma mano a la que diste de comer? Si has asentido, entonces pasa. Esta es tu casa. Siéntate. Ponte cómodo. En la mesa encontrarás una copa de vino porque supongo que habrás aprendido, como en las mejores catas de vino, que no todo es mejor con el paso de los años si no lo cuidas y que lo que se ve es una cosa que no debe embriagarte demasiado antes de tiempo, que debes entrenar tu olfato a base de confianza y que en boca lo más dulce puede volverse amargo de un momento a otro. Tienes un boli y un folio; quiero que escribas tu nombre en el centro y el suyo en las esquinas, piensa en un recuerdo bonito y dobla cada borde con la fuerza que te trasmita lo que por aquel entonces sentiste. Vamos a ensalzar el amor y a arrugar todo lo que no nos venga bien. No vas a volver a leer ciertas cosas, no va a ser necesario. También he dejado un peine, pero como verás está al final de la mesa. No llegas a cogerlo, ¿por qué? Porque vas a pasar por esto sin despeinarte, pero te despeinarás por esos bailes de madrugada con canciones de Rigoberta que in Spain we say "la última y a casa" y te encantará no volver a casa hasta que amanezca, vas a despeinarte abrazando a gente que te merece, por tomarte una cerveza balanceando la cabeza en ese acantilado, vivir también es aprender a despedirse sin despeinarse. Tienes una cámara de fotos que tardará dos minutos en imprimírtela ; quiero que la mires como a ese mapa por el que pasaron guerras civiles dividiendo el panorama en bandos, como ese mapa en el que se soportaron tormentas tropicales, donde el sol también nos picó en la cara. Por último he puesto una vela y un encendedor; quiero que te imagines siendo vela y teniendo el poder de encenderte. Quiero que te imagines a esa persona que te hizo daño soplando mirándote a los ojos con la única -y aunque no llegues a creértelo, te aseguro que la única- meta de apagarte. Ahora quiero que esquives ese aire, que te muevas bordeando su descaro, que resistas, que merme tu llama, pero que nunca se atreva a apagarte. En las pelis los malos nunca vencen, haber llegado hasta aquí para ti ya es triunfo. Solo tienes que contarte la verdad y asentir porque sí, joder, fue verdad. Todos tenemos una gran hostia que no vimos venir ni de broma, y lo peor…alguna que vimos venir muy de cerca. Los errores te llevarán al final del túnel y a lugares muy acertados. Ahora coge lo que quieras de la mesa, pero solo puedes llevarte una cosa: el vino para celebrar, el boli para escribir de cero tu historia, el folio para lanzarlo al mar en modo ritual de “te olvidé”, el peine para desrizarte el camino y esa vela que va a mantenerte siempre despierta y encendida. Coge lo que quieras, todo va a estar bien.