Excelente Iniciativa, se debe responder con Firmeza y Severidad contra los Corruptos y maliciosos con poder, ya sean Militantes de Partidos Politicos, ó ejecutivos de empresas privadas. Ley pareja no es dura. Cárcel Efectiva para los Corruptos de los Partidos Politicos y de la empresas privadas. 👍👍👍 🇨🇱 🇨🇱 🇨🇱
En Chile hemos desperfilado, por décadas, el nefasto efecto que sobre la democracia tiene la corrupción de la clase política. Un rol no menor le ha cabido a los medios de comunicación en difundir “lo bien que está Chile” comparado con otros países de Latinoamérica, consiguiendo con ello desperfilar el peso de este flagelo. En la práctica, en Chile ha primado la impunidad salvo un par de notables excepciones. A su vez, hemos visto que presidentes de nuestro vecindario han ido a parar a la cárcel por corrupción, e incluso hubo uno que se suicidó por ello. En Chile, desde la vuelta a la democracia la corrupción de la clase política ha estado presente en los distintos gobiernos. Cuando, durante el gobierno de Lagos, estuvo a un paso de la cárcel dicho “estadista”, sus ministros, subsecretarios y jefes de servicios por el escándalo de los sobresueldos, sin consultarle a sus pares acudió Longueira a la Moneda (sin consultarle a sus pares de derecha) y transó con Lagos, haciendo uso para ello de “una solución de libreto” (la menciona Gustave LeBon en su libro “Psicología de las Masas” (1895)). Entonces, ambos políticos, en un improvisado punto de prensa en la Moneda, anunciaron “es fundamental que Chile disponga de los mejores funcionarios públicos, lo que no es posible por los bajos sueldos que hoy les ofrece la administración Pública, por lo que voy a presentar un proyecto de ley para mejorar el sueldo de los asesores directos del presidente”. ¡¡ plop ¡¡¡ En la práctica, la democracia chilena ha sido “un mal chiste”, y hemos vivido cautivos de una clase política nefasta, obligados a votar por “el menos malo”, elección tras elección. Los políticos, teniendo asegurado el mecanismo para seguir haciendo de las suyas “en aras de la democracia”, han actuado perversamente. Necesaria condición para ello ha sido el “administrar convenientemente” al Poder Judicial, al recaer en los políticos el nombramiento de los cargos de mayor grado de la judicatura. Obviamente el Poder Legislativo, constituido por políticos, ha formado parte de la farsa. En definitiva, creyéndose el cuento de Maquiavelo, nuestros políticos han hecho de la política una “lucha por el poder”, sabiendo transar convenientemente “favores políticos” con una parte del mundo empresarial, afectando con ello el funcionamiento del Libre Mercado. Por su parte, la ciudadanía, la que desde hace décadas tiene situada a la clase política en los últimos lugares en las encuestas de opinión pública, nada ha podido hacer, hasta recién ahora, momento en que se abre una puerta para poner fin al enclave montado por los políticos. En efecto, la redacción de una nueva constitución da lugar para generar nuevas condiciones para nuestros representantes. Debemos reconocer que Maquiavelo tenía razón en su obra “El Príncipe”, como asimismo debemos saber que entonces no existía la democracia, ni los países, y una intestina lucha por el poder primaba en la sociedad de Europa de entonces, dividida en cientos de zonas y comarcas administradas por familias y castas, bajo “la noble tutela” del Papado. Dejando a un lado el muy particular experimento griego, la democracia resulta ser un reciente experimento social, que debemos cuidar y “modelar”. El hecho de no haber vivido otra forma de administración social que la democracia, nos hace olvidar que “la democracia es el menos malo de los sistemas políticos” (Winston Churchill), y que implícito en dicha frase subyace su perfectibilidad, asunto no asumido hasta hoy por la sociedad en su conjunto. Tenemos hoy, excepcionalmente en Chile, la oportunidad de realizar la esperada “mejora de la democracia”, y en tal sentido ser un ejemplo a nivel mundial. Para ello, no debemos engañarnos, y necesitamos tener presente que cuando se dan determinadas condiciones, “en forma natural” el ser humano pretende acceder a más y más poder. Dichas condiciones son las que han imperado hasta hoy en el mundo político. En nuestro país disponemos de “hombres probos” para quienes sería un honor representar a los ciudadanos, pero, dadas las condiciones imperantes hasta hoy en “el mundo político”, no han estado dispuestos a participar de la actual farsa. Ellos no precisarían de los sueldos y prebendas que hoy reciben nuestros actuales “representantes”. Para “evitar tentaciones”, no parece haber otra fórmula que establecer sanciones ejemplarizadoras para aquellos representantes que “olviden su deber público”. Me refiero por ejemplo a implementar una normativa que imponga pena de cárcel efectiva, no menor a 10 años para el político corrupto. La naturaleza del ser humano es gregaria/afectiva. En nosotros se conjuga, como en ninguna otra especie, la individualidad con el colectivismo. Dicha “dualidad” ha sido mal usada por la clase política, la que ha sacado provecho por la vía de mantener dividida a la población, generando fundamentalmente “dos bandos”; los individualistas (Liberales-Libre Mercado) y los colectivistas (socialismo-papá Estado). La caída del Muro de Berlín dejó en evidencia las bondades del Libre Mercado y la inoperancia del “dios estado”, fomentando un espurio individualismo social. Con la Revolución Francesa, agente promotor de la democracia, cobró vida la dualidad izquierda-derecha, y desde entonces la humanidad ha ido dando tumbos entre ambos extremos. Por nuestra naturaleza, no podemos renunciar a nuestra individualidad, y “nada somos” en soledad. No existe mejor recompensa para un humano, que la que recibe cuando le da una mano a un semejante. En la escala de nuestro tiempo evolutivo, la democracia es un infante que está dando sus primeros pasos, y tiene sentido esforzarnos por enseñarle a caminar, de la mano del Afecto. Marx, pudiendo haber tenido la mejor de las intenciones, fue torpe, al desconocer aspectos básicos de nuestra particular naturaleza, y propuso “la lucha de clases” para mejorar las condiciones de vida del grueso de una población que se moría de hambre. Cien millones de muertos dan cuenta de su fallido intento por encontrar un mejor “modelo social”. Freud, no terminó de diagramar adecuadamente lo que somos. La espuria división izquierda-derecha, presente en la Convención Constitucional, atenta contra una adecuada redacción de una nueva Constitución. Ni en el individualismo ni en el colectivismo, por si solos, satisfacen las condiciones de nuestra particular naturaleza humana. Saber de ello, que sepan de ello los constituyentes, es condición necesaria para elaborar una nueva y mejor Constitución.
Es impresionante como nos roban y me pregunto , por qué nos roban a gente común, personas q tienen tremendos patrimonios? Para qué? Son más felices? Lo necesitan? Y se sirvieron de nuestros fondos dr pensiones… no les bastó?
terminaron siendo peor que los políticos que ya están los que ya están un solo político preso sabiendo que muchos de ellos tendrían que estar preso los de la cc van por el mismo camino
Excelente Bernardo, ojalá se logre todo esto de que se termine la corrupción de públicos y privados,
Dos grandes y genuinos hombres de bien !
Gracias Bernardo. Esos son temas esenciales que están afectando a nuestra sociedad. Espero que pueda sacarlos adelante!
👏👏👏
Excelente Iniciativa, se debe responder con Firmeza y Severidad contra los Corruptos y maliciosos con poder, ya sean Militantes de Partidos Politicos, ó ejecutivos de empresas privadas.
Ley pareja no es dura. Cárcel Efectiva para los Corruptos de los Partidos Politicos y de la empresas privadas.
👍👍👍 🇨🇱 🇨🇱 🇨🇱
En Chile hemos desperfilado, por décadas, el nefasto efecto que sobre la democracia tiene la corrupción de la clase política. Un rol no menor le ha cabido a los medios de comunicación en difundir “lo bien que está Chile” comparado con otros países de Latinoamérica, consiguiendo con ello desperfilar el peso de este flagelo. En la práctica, en Chile ha primado la impunidad salvo un par de notables excepciones. A su vez, hemos visto que presidentes de nuestro vecindario han ido a parar a la cárcel por corrupción, e incluso hubo uno que se suicidó por ello.
En Chile, desde la vuelta a la democracia la corrupción de la clase política ha estado presente en los distintos gobiernos. Cuando, durante el gobierno de Lagos, estuvo a un paso de la cárcel dicho “estadista”, sus ministros, subsecretarios y jefes de servicios por el escándalo de los sobresueldos, sin consultarle a sus pares acudió Longueira a la Moneda (sin consultarle a sus pares de derecha) y transó con Lagos, haciendo uso para ello de “una solución de libreto” (la menciona Gustave LeBon en su libro “Psicología de las Masas” (1895)). Entonces, ambos políticos, en un improvisado punto de prensa en la Moneda, anunciaron “es fundamental que Chile disponga de los mejores funcionarios públicos, lo que no es posible por los bajos sueldos que hoy les ofrece la administración Pública, por lo que voy a presentar un proyecto de ley para mejorar el sueldo de los asesores directos del presidente”. ¡¡ plop ¡¡¡
En la práctica, la democracia chilena ha sido “un mal chiste”, y hemos vivido cautivos de una clase política nefasta, obligados a votar por “el menos malo”, elección tras elección. Los políticos, teniendo asegurado el mecanismo para seguir haciendo de las suyas “en aras de la democracia”, han actuado perversamente. Necesaria condición para ello ha sido el “administrar convenientemente” al Poder Judicial, al recaer en los políticos el nombramiento de los cargos de mayor grado de la judicatura. Obviamente el Poder Legislativo, constituido por políticos, ha formado parte de la farsa.
En definitiva, creyéndose el cuento de Maquiavelo, nuestros políticos han hecho de la política una “lucha por el poder”, sabiendo transar convenientemente “favores políticos” con una parte del mundo empresarial, afectando con ello el funcionamiento del Libre Mercado. Por su parte, la ciudadanía, la que desde hace décadas tiene situada a la clase política en los últimos lugares en las encuestas de opinión pública, nada ha podido hacer, hasta recién ahora, momento en que se abre una puerta para poner fin al enclave montado por los políticos. En efecto, la redacción de una nueva constitución da lugar para generar nuevas condiciones para nuestros representantes.
Debemos reconocer que Maquiavelo tenía razón en su obra “El Príncipe”, como asimismo debemos saber que entonces no existía la democracia, ni los países, y una intestina lucha por el poder primaba en la sociedad de Europa de entonces, dividida en cientos de zonas y comarcas administradas por familias y castas, bajo “la noble tutela” del Papado.
Dejando a un lado el muy particular experimento griego, la democracia resulta ser un reciente experimento social, que debemos cuidar y “modelar”. El hecho de no haber vivido otra forma de administración social que la democracia, nos hace olvidar que “la democracia es el menos malo de los sistemas políticos” (Winston Churchill), y que implícito en dicha frase subyace su perfectibilidad, asunto no asumido hasta hoy por la sociedad en su conjunto.
Tenemos hoy, excepcionalmente en Chile, la oportunidad de realizar la esperada “mejora de la democracia”, y en tal sentido ser un ejemplo a nivel mundial.
Para ello, no debemos engañarnos, y necesitamos tener presente que cuando se dan determinadas condiciones, “en forma natural” el ser humano pretende acceder a más y más poder. Dichas condiciones son las que han imperado hasta hoy en el mundo político.
En nuestro país disponemos de “hombres probos” para quienes sería un honor representar a los ciudadanos, pero, dadas las condiciones imperantes hasta hoy en “el mundo político”, no han estado dispuestos a participar de la actual farsa. Ellos no precisarían de los sueldos y prebendas que hoy reciben nuestros actuales “representantes”.
Para “evitar tentaciones”, no parece haber otra fórmula que establecer sanciones ejemplarizadoras para aquellos representantes que “olviden su deber público”. Me refiero por ejemplo a implementar una normativa que imponga pena de cárcel efectiva, no menor a 10 años para el político corrupto.
La naturaleza del ser humano es gregaria/afectiva. En nosotros se conjuga, como en ninguna otra especie, la individualidad con el colectivismo. Dicha “dualidad” ha sido mal usada por la clase política, la que ha sacado provecho por la vía de mantener dividida a la población, generando fundamentalmente “dos bandos”; los individualistas (Liberales-Libre Mercado) y los colectivistas (socialismo-papá Estado). La caída del Muro de Berlín dejó en evidencia las bondades del Libre Mercado y la inoperancia del “dios estado”, fomentando un espurio individualismo social.
Con la Revolución Francesa, agente promotor de la democracia, cobró vida la dualidad izquierda-derecha, y desde entonces la humanidad ha ido dando tumbos entre ambos extremos. Por nuestra naturaleza, no podemos renunciar a nuestra individualidad, y “nada somos” en soledad. No existe mejor recompensa para un humano, que la que recibe cuando le da una mano a un semejante.
En la escala de nuestro tiempo evolutivo, la democracia es un infante que está dando sus primeros pasos, y tiene sentido esforzarnos por enseñarle a caminar, de la mano del Afecto.
Marx, pudiendo haber tenido la mejor de las intenciones, fue torpe, al desconocer aspectos básicos de nuestra particular naturaleza, y propuso “la lucha de clases” para mejorar las condiciones de vida del grueso de una población que se moría de hambre. Cien millones de muertos dan cuenta de su fallido intento por encontrar un mejor “modelo social”. Freud, no terminó de diagramar adecuadamente lo que somos.
La espuria división izquierda-derecha, presente en la Convención Constitucional, atenta contra una adecuada redacción de una nueva Constitución. Ni en el individualismo ni en el colectivismo, por si solos, satisfacen las condiciones de nuestra particular naturaleza humana. Saber de ello, que sepan de ello los constituyentes, es condición necesaria para elaborar una nueva y mejor Constitución.
Ojalá no la rechacen
Es impresionante como nos roban y me pregunto , por qué nos roban a gente común, personas q tienen tremendos patrimonios? Para qué? Son más felices? Lo necesitan? Y se sirvieron de nuestros fondos dr pensiones… no les bastó?
Se podría colocar dentro de alguna de esas mociones el hecho de que las AFP le sigan quitando su dinero a los cotizantes?
terminaron siendo peor que los políticos que ya están los que ya están un solo político preso sabiendo que muchos de ellos tendrían que estar preso los de la cc van por el mismo camino
?