La iguana y el cangrejo Enrique Díaz

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  • Опубліковано 6 вер 2024
  • Enrique Díaz
    En un humilde hogar de extracción campesina, conformado por Pablo Díaz y Martina Tovar, vino a este mundo un niño que con el correr del tiempo, vendría a ser el artista de mayor popularidad en ese inmenso corredor de sabanas, montañas y ríos, que cruza desde el Atlántico hasta el Urabá antioqueño, a quien se le bautizó con el nombre de Enrique.
    Este pequeño varón, nacido en Palo Alto Hicotea, Corregimiento de María La Baja (Bolivar) un 3 de Abril de 1945, fue conocido popularmente como » El Tigre de María La Baja » o » El Compae Quique». Un campesino natural y elemental como el agua; su vida transcurrió como la de cualquier joven criado en el monte, aprendiendo algunas labores agrícolas y poco estudio.
    Músico que creo un estilo particular y costumbrista, tanto en la forma de ejecutar el Acordeón, con sus magistrales notas, lo cual complementaba con una voz recia y bien fuerte, con sabor a campo y a negro rebelde.
    Su estilo de vida dio un giro sorprendente, estando de 14 años, cuando optó por radicarse en Nueva Estación, un Corregimiento de Buena Vista (Córdoba), puesto que la situación económica de su entorno familiar dio un giro sustancial, lo cual le permitió un mejor modus vivendi. Y fue a partir de ese instante, cuando Enrique Díaz Tovar, se comenzó a interesar por los asuntos de la música realmente.
    Inicialmente aprendió a tocar la Violina, con la cual amenizaba pequeñas reuniones entre amigos y vecinos, y fue a raíz de ese interés, que algunos allegados, tuvieron a bien comentarle a Doña Martina su Madre, acerca de las virtudes musicales de su hijo, por lo cual ésta, decidió obsequiarle un Acordeón sencillo de dos teclados, cuando Enrique solo contaba con 16 años de edad.
    El “Compae Quique”, como algunos solían llamarlo, era un fiel seguidor de aquellos viejos juglares, que marcaron una época de oro con su valioso legado, tales como los Maestros Alejandro Durán, Luis Enrique Martínez y Andrés Landero, exponentes de tres grandes escuelas o estilos, acorde a los lugares donde eran oriundos o procedían: El Paso (Cesar), Fonseca (Guajira) y San Jacinto (Bolívar), de los cuales tomó su cadencia en la ejecución del instrumento, pero también desarrollando un estilo en el canto que caló profundamente, en aquellas masas, que veían en las crónicas y relatos que él vocalizaba con su dejo muy acentuado, un reflejo de sus propias vivencias.
    Es por ello que este músico sabanero, cada día más gustaba, por su originalidad, ya que como el mismo constantemente lo decía: “nací musicalmente con mi estilo «.

КОМЕНТАРІ • 2

  • @ramiroalvarez5603
    @ramiroalvarez5603 Місяць тому

    También hubo una publicación anterior de esta crónica en el Portal Vallenato, pero era un poco más corta , pero mantenía la estructura principal del escrito. Soy Ramiro Elías Álvarez Mercado.