Vídeo: "Claves para leer a Virginia Woolf". Entro y, para mi sorpresa, se centra en "Una habitación propia", la obra de Virginia Woolf que necesita menos claves, tanto interna como externamente. Internamente, "Una habitación propia" se explica a sí misma. Woolf te explica el contexto de Oxbridge, de la conferencia que le han pedido dar, de sus condiciones materiales... El ensayo en sí mismo es una narración prístina, clarísima del proceso discursivo y de investigación que desarolla su propia tesis. Explicita la evolución de la ira - la suya, la del escritor, la de la escritora - sin necesidad de mucho comentario. En contenido, lo habéis dicho vosotras, es 'anti-confrontativa', no creo que a nadie le parezca impensable o irreverente nada de lo que escribe en este ensayo. Más claves necesitaría "Orlando" o "To the lighthouse" o cualquier otra novela exceto "The waves", que es tan experimental en lo formal que se vuelve transparente. Externamente, es la obra más conocida de Woolf por el público extendido; esto es, el no-público, el que no la ha leído. Se me hace insoportable que Virginia Woolf sea en la cultura popular "la escritora feminista", como decir que Newton es "el físico cristiano". En efecto, Newton es cristiano, escribió sobre Teología largo y tendido pero lo que es Woolf, en primer término, es escritora. Gran novelista. También feminista, mujer, lesbiana, pero siento que sobre lo que hay que divulgar más es precisamente la Virginia Woolf novelista. Sara Torres comenta que Woolf no se suele repetir. Quedando claro que yo a la que he leído es a la Woolf novelista, también me genera sorpresa esto, por no decir discordia. La repetición de verbos, asociándolos con una experiencia particular en "The waves", por ejemplo, me parece una clave literaria de la autora: como las olas se avalanzan, se lanzan a sí mismas ('hurl themselves') sobre la arena se repite continuamente. De esta manera, el verbo 'hurl' se carga de sentido y, cada vez que lo pronuncia en otro contexto, se provoca una iriciscencia irrevocable con las olas. Esta misma expresión aparece incluso en ota novela, "To the Lighthouse". La repetición de frases que estructuran temporalmente la novela también es una marca personal de Woolf (véanse las campanas de "La señora Dalloway"). Quizás Torres se refiere a la Woolf pensadora. Resuena de una manera especial que Luna Miguel le asigne el adjetivo 'propositivo' a "Una habitación propia". Resuena con el transfeminismo, esa pulsión creadora propositiva que resulta tan luminosa en autores como Preciado (ah, claro, por eso no había que dar claves para leer "Orlando"). La tesis final, esta vez inmesamente 'anti-confrontativa', establece cómo la escritura debe sobrepasar los estereotipos de género para generar verdaderos personajes geniales. Vosotras lo lleváis más allá de lo literario, a las tesis doctorales escritas por mujeres. A mí, se me presentó por otro derrotero: la escritura como metonimia del trabajo, la creación. El trabajo genial no puede estar pensando en el género y en la sexualidad. Difícilmente vas a sacar lo mejor de tus compañeros (los cuales en la soledad de la escritura no necesitaban mucha reflexión) si estás pensando continuamente en follártelos, si los reduces a su género en vez de a la valía de sus capacidades y su carácter. Me genera muchas dudas esta reflexión. ¿Nos hablaba Virginia Woolf de olvidarnos del sexo en el trabajo? (No me refiero al trabajo sexual, por favor) ¿Nos recomendaba la propuesta de espacios seguros, apartados de la escritura, para el cortejo y la expresión sexual (ahí sí se puede, aquí no)? ¿Es "Una habitación propia" una defensa de Tinder? Con estas y otras preguntas, les dejo: me voy a tomar un helado de limón. (Que no se interprete como un asalto).
Wooow, 10/10 para la combinación: Luna Miguel, Sara Torres y Virginia Woolf
Es un placer escuchar a estas grandes escritoras.
Me ha encantado escucharos 🤍 Gracias por subir este encuentro Luna, siempre aprendo mucho, y me voy con ideas sobre las que seguir profundizando
Qué placer escucharos👏🏼👏🏼 gracias
Vídeo: "Claves para leer a Virginia Woolf". Entro y, para mi sorpresa, se centra en "Una habitación propia", la obra de Virginia Woolf que necesita menos claves, tanto interna como externamente.
Internamente, "Una habitación propia" se explica a sí misma. Woolf te explica el contexto de Oxbridge, de la conferencia que le han pedido dar, de sus condiciones materiales... El ensayo en sí mismo es una narración prístina, clarísima del proceso discursivo y de investigación que desarolla su propia tesis. Explicita la evolución de la ira - la suya, la del escritor, la de la escritora - sin necesidad de mucho comentario. En contenido, lo habéis dicho vosotras, es 'anti-confrontativa', no creo que a nadie le parezca impensable o irreverente nada de lo que escribe en este ensayo. Más claves necesitaría "Orlando" o "To the lighthouse" o cualquier otra novela exceto "The waves", que es tan experimental en lo formal que se vuelve transparente.
Externamente, es la obra más conocida de Woolf por el público extendido; esto es, el no-público, el que no la ha leído. Se me hace insoportable que Virginia Woolf sea en la cultura popular "la escritora feminista", como decir que Newton es "el físico cristiano". En efecto, Newton es cristiano, escribió sobre Teología largo y tendido pero lo que es Woolf, en primer término, es escritora. Gran novelista. También feminista, mujer, lesbiana, pero siento que sobre lo que hay que divulgar más es precisamente la Virginia Woolf novelista.
Sara Torres comenta que Woolf no se suele repetir. Quedando claro que yo a la que he leído es a la Woolf novelista, también me genera sorpresa esto, por no decir discordia. La repetición de verbos, asociándolos con una experiencia particular en "The waves", por ejemplo, me parece una clave literaria de la autora: como las olas se avalanzan, se lanzan a sí mismas ('hurl themselves') sobre la arena se repite continuamente. De esta manera, el verbo 'hurl' se carga de sentido y, cada vez que lo pronuncia en otro contexto, se provoca una iriciscencia irrevocable con las olas. Esta misma expresión aparece incluso en ota novela, "To the Lighthouse". La repetición de frases que estructuran temporalmente la novela también es una marca personal de Woolf (véanse las campanas de "La señora Dalloway"). Quizás Torres se refiere a la Woolf pensadora.
Resuena de una manera especial que Luna Miguel le asigne el adjetivo 'propositivo' a "Una habitación propia". Resuena con el transfeminismo, esa pulsión creadora propositiva que resulta tan luminosa en autores como Preciado (ah, claro, por eso no había que dar claves para leer "Orlando").
La tesis final, esta vez inmesamente 'anti-confrontativa', establece cómo la escritura debe sobrepasar los estereotipos de género para generar verdaderos personajes geniales. Vosotras lo lleváis más allá de lo literario, a las tesis doctorales escritas por mujeres. A mí, se me presentó por otro derrotero: la escritura como metonimia del trabajo, la creación. El trabajo genial no puede estar pensando en el género y en la sexualidad. Difícilmente vas a sacar lo mejor de tus compañeros (los cuales en la soledad de la escritura no necesitaban mucha reflexión) si estás pensando continuamente en follártelos, si los reduces a su género en vez de a la valía de sus capacidades y su carácter. Me genera muchas dudas esta reflexión. ¿Nos hablaba Virginia Woolf de olvidarnos del sexo en el trabajo? (No me refiero al trabajo sexual, por favor) ¿Nos recomendaba la propuesta de espacios seguros, apartados de la escritura, para el cortejo y la expresión sexual (ahí sí se puede, aquí no)? ¿Es "Una habitación propia" una defensa de Tinder? Con estas y otras preguntas, les dejo: me voy a tomar un helado de limón.
(Que no se interprete como un asalto).