Adaptación al cambio e interpretación del comportamiento y necesidades del mercado, esto último al grado de detalle que permite el posicionamiento y la marcación de nuevas tendencias. Saludos desde Colombia, muy buen contenido.
Excelente video y edición, me suscribo. Sólo tengo dos observaciones: no se pronuncia 'aikia', sino que se pronuncia como está escrito, ya que la palabra es sueca, no inglesa y además es la composición del nombre del dueño, y en el caso del museo Guggenheim, se pronuncia 'gúguenjaim'. Saludos. :)
A los cinco años comenzó a vender cerillas a su vecinos y, un par de años después, descubrió que podía ampliar su ‘negocio’ utilizando su bicicleta, de forma que llegaba a más clientes. Pronto se dio cuenta de que si compraba cerillas al por mayor en Estocolmo, la capital, le salía más económico, por lo que podía vender más barato que la competencia y obtener buenos beneficios, algo que desde siempre le obsesionó. De ahí fue surgiendo su espíritu emprendedor y poco a poco se fue inclinando hacia lo que hoy es Ikea. ¡Gracias por tu comentario Annie! Saludos
Adaptación al cambio e interpretación del comportamiento y necesidades del mercado, esto último al grado de detalle que permite el posicionamiento y la marcación de nuevas tendencias.
Saludos desde Colombia, muy buen contenido.
De qué parte de Colombia nos sigues?
Renovarse o morir, madurar como organización.
Medellin, saludos
Excelente video y edición, me suscribo.
Sólo tengo dos observaciones: no se pronuncia 'aikia', sino que se pronuncia como está escrito, ya que la palabra es sueca, no inglesa y además es la composición del nombre del dueño, y en el caso del museo Guggenheim, se pronuncia 'gúguenjaim'.
Saludos. :)
Gracias por tus comentarios Dark Soul! Excelente observación!
@@jorgealejandroespinobalagu4765 Gracias a ustedes por el excelente contenido.
El dueño de Ikea ¿no empezó vendiendo ceriilas?
A los cinco años comenzó a vender cerillas a su vecinos y, un par de años después, descubrió que podía ampliar su ‘negocio’ utilizando su bicicleta, de forma que llegaba a más clientes. Pronto se dio cuenta de que si compraba cerillas al por mayor en Estocolmo, la capital, le salía más económico, por lo que podía vender más barato que la competencia y obtener buenos beneficios, algo que desde siempre le obsesionó.
De ahí fue surgiendo su espíritu emprendedor y poco a poco se fue inclinando hacia lo que hoy es Ikea. ¡Gracias por tu comentario Annie! Saludos
Realmente hay innovación? Los leo