JOB CLASE#10 15 CAPITULOS 22 26

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  • Опубліковано 30 вер 2024
  • La soberanía de Dios es total, y su dominio, avasallador. Consecuencia de ello es la paz total en las alturas. Nadie allí le disputa el poder (v.2). En los cielos, todos están sometidos a su realeza. En 26:5 dirá que hasta los muertos tiemblan debajo de la tierra ante el Señor de los cielos. Como gran soberano, tiene un numeroso ejército a su disposición. Con ellos hace caer a todos en su emboscada (v.2). En 19:12 había declarado Job: "Vinieron contra mí todas sus milicias, se han atrincherado en mi camino y han acampado en torno de mi tienda." Dios rodea al ser humano hasta que le rinde. Por tanto, es inútil oponerse a su poder, pues no es posible salir de sus emboscadas.
    Supuesta esta superioridad inaccesible, resulta ridículo que el hombre quiera pedir cuentas a las decisiones de su providencia, y menos justificarse ante El (v.4). Bildad aquí repite las razones que había dado Elifaz sobre la impureza atávica del hombre 2. Como nacido de mujer, es ya un ser pecador e impuro. En su naturaleza hay algo mórbido que le impulsa a apartarse de los caminos de Dios. La justicia humana, pues, no puede sufrir el examen de Dios 3.
    Ni los astros con su brillo son dignos de acercarse a la pureza de Dios. Mucho menos el hombre, que como gusano se arrastra sobre la tierra, puede presentarse erguido ante el tribunal divino. La expresión hijo de hombre tiene el sentido de perteneciente a la raza humana, con todo lo que implica de humildad y fragilidad frente al Dios fuerte4.

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