TRABAJANDO COMO MESERA EN UNA FIESTA DE LUJO... LA MUJER QUEDÓ EN SHOCK AL DARSE CUENTA DE QUE...

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  • Опубліковано 16 чер 2024
  • TRABAJANDO COMO MESERA EN UNA FIESTA DE LUJO... LA MUJER QUEDÓ EN SHOCK AL DARSE CUENTA DE QUE...
    Valentina Martinez, una mujer trabajadora, equilibraba cuidadosamente una bandeja llena de bebidas mientras se movía por la lujosa mansión donde estaba trabajando. Era una noche importante, un gran evento organizado por el influyente empresario Alberto Méndez. Valentina se había acostumbrado a eventos así, pero esta noche algo parecía diferente, una sensación extraña flotaba en el aire. La mansión estaba decorada con elegancia, luces brillantes iluminaban cada rincón y los invitados, vestidos con trajes elegantes, disfrutaban de la fiesta. Valentina se movía entre ellos, atenta a cualquier necesidad, manteniendo siempre una sonrisa en el rostro. Sabía que ese trabajo era crucial para mantener a su hijo, Miguel, y lo hacía todo con dedicación. Mientras servía una mesa, Valentina levantó los ojos y vio, en el centro del salón, al anfitrión de la fiesta, Alberto Méndez. Su corazón se detuvo por un momento, y la bandeja en sus manos casi cayó. Reconoció ese rostro inmediatamente. Era Juan, su esposo, que ella creía muerto hace tres años. La sorpresa y la confusión la invadieron, dejándola sin reacción. "No puede ser...", murmuró Valentina para sí misma, tratando de mantener la compostura.
    Sus pensamientos eran un torbellino. ¿Cómo podía estar él allí? ¿Vivo y haciéndose pasar por otra persona? Valentina sabía que no podía perder el control en ese momento. Respiró hondo, tratando de alejar el choque inicial, y decidió que tenía que esperar. La fiesta estaba en pleno apogeo y no era el momento para un enfrentamiento. Sus ojos, sin embargo, no dejaron de seguir a Alberto, o Juan, mientras continuaba con su trabajo. El tiempo parecía arrastrarse mientras Valentina servía a los invitados, pero su mente estaba fija en la visión de su esposo vivo. Con cada minuto que pasaba, el deseo de confrontarlo crecía. Pero sabía que tenía que ser cuidadosa. Necesitaba entender lo que estaba pasando antes de actuar. Valentina intentó mantener la compostura y continuar su trabajo, pero el descubrimiento de que su esposo fallecido estaba vivo y haciéndose pasar por Alberto Méndez la perturbaba profundamente. Cada vez que pasaba por el salón, sus ojos encontraban a Juan, y la mezcla de emociones casi la dominaba. Sentía rabia, tristeza y una confusión abrumadora, pero sabía que tenía que terminar su turno.

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