Saludos profesor Herrera y muchísimas gracias por el bello recorrido acompañado de sus comentarios y las vistas preciosas de Salobreña. Como hijo del trópico caribeño (ahora viviendo en regiones más septentrionales y brumosas) me resulta todo tan familiar, la vegetación exhuberante, los callejones angostos para resguardarse del fuerte azote del sol, los balcones y patios colmados de plantas y colores, el olor a mar impregnado en el aire y el caluroso trato de sus habitantes. Gracias por el maravilloso paseo. Cordial abrazo de un suscriptor cubano.
Saludos profesor Herrera y muchísimas gracias por el bello recorrido acompañado de sus comentarios y las vistas preciosas de Salobreña. Como hijo del trópico caribeño (ahora viviendo en regiones más septentrionales y brumosas) me resulta todo tan familiar, la vegetación exhuberante, los callejones angostos para resguardarse del fuerte azote del sol, los balcones y patios colmados de plantas y colores, el olor a mar impregnado en el aire y el caluroso trato de sus habitantes. Gracias por el maravilloso paseo. Cordial abrazo de un suscriptor cubano.