No fui criado en fe ni en religión, mas a veces orar me da consuelo; hace un año que el rezo y mi desvelo se unieron para hacerte mi obsesión. Ya no puedo llorar, tanta aflicción ha secado en mi pecho el puro anhelo; soy un fantasma errante en este duelo, denostado y hundido en mi prisión. Tus amigos me juzgan, yo sucumbo, la soledad me envuelve en su desgana, me recetan pastillas, no las tomo. La cura es tu cercanía, soberana: estar contigo en paz, lejos del rumbo que me lleva al abismo y a la nada.
No fui criado en fe ni en religión,
mas a veces orar me da consuelo;
hace un año que el rezo y mi desvelo
se unieron para hacerte mi obsesión.
Ya no puedo llorar, tanta aflicción
ha secado en mi pecho el puro anhelo;
soy un fantasma errante en este duelo,
denostado y hundido en mi prisión.
Tus amigos me juzgan, yo sucumbo,
la soledad me envuelve en su desgana,
me recetan pastillas, no las tomo.
La cura es tu cercanía, soberana:
estar contigo en paz, lejos del rumbo
que me lleva al abismo y a la nada.