Parte del problema es que quienes realizan tales leyes y convenciones no viven la discapacidad en carne propia, como para tener la sensibilidad suficiente para establecer qué es y que no debiera ser considerado como una discapacidad, minimizándose las condiciones padecidas por la gente para no encasillarles legalmente como personas con discapacidad.
Parte del problema es que quienes realizan tales leyes y convenciones no viven la discapacidad en carne propia, como para tener la sensibilidad suficiente para establecer qué es y que no debiera ser considerado como una discapacidad, minimizándose las condiciones padecidas por la gente para no encasillarles legalmente como personas con discapacidad.