ALGO Aterradorar acecha en los BOSQUES de ALASKA / Historias de Terror

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  • Опубліковано 12 вер 2024

КОМЕНТАРІ • 17

  • @Habitantedeluniversoconocido
    @Habitantedeluniversoconocido Місяць тому +10

    Con lo que nos encantan las historias del bosque 🇬🇹💗

  • @marifetdejesus9585
    @marifetdejesus9585 Місяць тому +3

    Me acomode y salió este vídeo q bueno estos vídeos me encanta ❤❤❤❤❤

  • @yazminlanda7740
    @yazminlanda7740 Місяць тому +1

    Hola muy buenas historias terroríficas y entretenidas 😊💀☠👽

  • @blacktiger2719
    @blacktiger2719 Місяць тому +1

    La ultima historia estuvo muy buena, gracias ❤

  • @PlaceriasIF
    @PlaceriasIF Місяць тому +1

    13:59 Que buena frase

  • @carmencaballero9750
    @carmencaballero9750 Місяць тому +2

    Me encantan sus videos biigfopot mi referido éxito saludos desde Puuerto Rico.Me duermo escuchandolo

  • @Jackeli-fd5lr
    @Jackeli-fd5lr Місяць тому +2

    Buenas tardes te mando un saludo desde panamá excelente historia es muy buena 🇵🇦🇵🇦🤹👫🏞️🏕️🌳🌲🦍🦌🦌🌴🪴🌱☘️

  • @gracielabrunetto6138
    @gracielabrunetto6138 Місяць тому +1

    Me gustan mucho tus videos ❤❤

  • @natypozzi8186
    @natypozzi8186 Місяць тому +2

    😊excelente!!!, ❤❤❤ recien terminamos de oír los relatos con mi niño ,asombroso como siempre 😊
    Felicitaciones 👏 🤗 Abrazos para usted y cada oyente❤

  • @vigintiseptem3097
    @vigintiseptem3097 Місяць тому

    Gracias ❤

  • @cayetanoRufino
    @cayetanoRufino Місяць тому +1

    Muy buen video ( arre que recién lo estoy viendo😂❤).

  • @arielalfaro8337
    @arielalfaro8337 Місяць тому

    Buena Papa

  • @Arteypeliculas
    @Arteypeliculas Місяць тому

    Este relato me encanto Dinastia Capitulo Uno
    Los tres príncipes Gupta y sus acompañantes montaban sus elegantes elefantes blancos. Los animales se deslizaban por una espaciosa avenida saturada de muros de piedra labrada que ostentaban los signos del reino. Los hermanos pasaban por debajo de altos balcones y sobre los pétalos de exótica fragancia que eran arrojados por los ciudadanos. Ante ellos, iban elevándose los imponentes muros y las grandes cúpulas que derramaban sus sombras sobre el camino que conducía hacia el palacio del emperador Otali. Finalmente, cruzaron por debajo de un gran arco de color blanco realzado con un reborde de borlas de mármol, que llevaba hacia los espléndidos jardines de recreo del monarca.
    Nirek el primer hijo de Otali, iba orgulloso por delante; Ojayit, el segundo hijo, lo seguía de cerca, atento a empuñar su filosa arma contra cualquier enemigo, y, asimismo, Nayakan, su hermano menor y otro virtuoso con las armas, iba detrás de ellos. Los seguían por detrás filas de guardias armados con lanzas de variados estilos. Al final, avanzaba un largo séquito de sacerdotes, esos viejos que se dedicaban al estudio de las leyes divinas, y que la pasaban encorvados sobre antiguos pergaminos. Todos recibían saludos alegres del pueblo.
    El nacimiento del príncipe Nirek ocurrió en una tranquila noche, mientras la plateada Luna daba su sereno rostro y se desplazaba a través de las estrellas. Otali estaba impaciente, pero sabía que la paciencia es como un árbol de raíz insípida que produce dulces frutos.
    ―¿Cómo esta ella? ―preguntaba Otali con el corazón exaltado.
    ―Mi Señor, su esposa Kuntana acaba de parir con salud un hermoso niño, tan luminoso como la Luna ―le contestó el médico principal.
    Unos días después ocurrió la ceremonia para darle un nombre al bebé; se le bendijo y los sacerdotes le desearon una larga vida llena de riqueza y sabiduría. Después, el niño fue colocado sobre el regazo de su padre y recibió su bendición. El sacerdote principal ofreció su plegaria a los dioses y a los espíritus de los antepasados del clan, para poder obtener sus bendiciones. Los clarividentes predijeron que algún día, este pequeño realizaría memorables acciones, y sería él uno de los prodigios de su creador. Nirek sería grande en pensamientos y en hechos; el hijo de Otali tendría un alto sentido de la justicia, su razón sería elevada, sus acciones rectas y firmes, y sería por derecho, el emperador de Panyab.
    Ojayit era el segundo hijo de Otali y era dos años menor que Nirek. Desde pequeño se notaron en él cualidades atléticas.
    ―Óyeme querida esposa ―decía Otali―. Pronto el pequeño despreciará la suavidad de tus manos ¡Porque montará el lomo firme de los elefantes de guerra!
    Al reconocer las notables habilidades de Ojayit, su padre le obsequió una espada de esplendor sin igual. Era un regalo de los dioses, y al recibirlo, Ojayit sintió un llamado interior a convertirse en un gran maestro. La espada, adornada con el rostro de un dios de oro en el centro del pomo, descansaba sobre un fondo de esmalte negro, con los símbolos del imperio finamente tallados en el mango. Al empuñarla, el joven Ojayit sentía cómo la hoja cortaba el aire, llenándolo de una profunda admiración.
    Nayakan, el tercer hijo de Otali, compartía con Ojayit una virtuosidad innata en el arte del combate. Este amable príncipe, de amplia frente y ojos oscuro, tenía un gran afecto por sus familiares, y visitaba a su abuelo con frecuencia.
    Paramjit, padre de Otali, se destacaba por su rectitud, honorabilidad y habilidad para resolver problemas con la ayuda de sus hijos y consejeros. Este anciano fue uno de los emperadores Gupta más queridos por su pueblo. Un día, consideró que era necesario que oficiales de prestigio o guerreros expertos impartieran la instrucción necesaria a sus nietos. Así, se embarcó en la búsqueda de los mejores instructores del reino para llevar a cabo esta tarea.
    Birendra era un general valiente y poderoso como tigre. Al saber las intenciones del antiguo emperador, se ofreció para enseñar los secretos de la espada a los príncipes Gupta y el experimentado hombre se encargó muy bien del asunto.
    El viejo guerrero dejó plasmadas las enseñanzas de las artes bélicas en lienzos, y eran manuscritos donde la pluma danzaba al ritmo de sus hazañas y sabiduría. Sus palabras, como espadas afiladas, cortaban el velo de la ignorancia y revelaban la verdad noble que yacía en el corazón del combate.
    Bajo la tutela de maestros de renombre, los jóvenes se adentraban en el sendero de la guerra, ávidos de conocimiento y sedientos de gloria. Aprendieron que la verdadera esencia del guerrero residía en elevarse por encima de las pasiones efímeras y los deseos mundanos; que la batalla justa abrazaba todas las escuelas, acogía todas las mejoras y exploraba los más nobles métodos, pero desechaba el ansia inerte de la conquista desmedida.
    Ojayit practicaba con la espada, y sus compañeros observaban la soltura de sus movimientos, la gracia de sus ritmos y la variedad de sus ataques. El príncipe practicó con esfuerzo hasta llegar a la excelencia, y al igual que sus hermanos, realizó el rígido entrenamiento cada día que duró la escuela militar.
    Los hermanos siguieron las enseñanzas con obediencia, y con el paso de los años, perfeccionaron sus conocimientos, y aprendieron conceptos filosóficos de la vida. Obtuvieron mayor fuerza física, manejaron el temor, mejoraron la concentración mental y, por supuesto, consiguieron el completo dominio de la espada. Los generales consideraban cualquier circunstancia que pudiera presentarse en una guerra. Los hombres adiestrados podían escalar altos muros y trasladarse por las fortalezas enemigas sin ser descubiertos. Además, aprendían con dedicación las distintas técnicas de pelea del Kalaripayat.
    www.megustaescribir.com/autor/20523/percy-carpio-escritor-de-epica-y-terror

  • @adrianahortenciajimenez1696
    @adrianahortenciajimenez1696 Місяць тому

    Hola my Doc,.🧡👍🙋‍♀️

  • @Key_key_001
    @Key_key_001 Місяць тому +1

    Muy buen videoo❤❤

  • @mariayolandasarriariano834
    @mariayolandasarriariano834 Місяць тому

    En la primera historia desde el inició ya se nota que hay un hecho raro la fecha 2020. Epoca de pandemia