Aquí tienes un fragmento de la historia de nuestro trabajo de hacer un bosque.

El goce de plantar un árbol es indecible, pero nacer la semilla, crecerla, cuidarla, regar, tutelar, cuidar y esperar que crezcan es una labor revitalizante, ¿imaginen verlas crecer?
Es lo que hacemos, y ahora que hay unos minutos, luego de varias semanas sin compartir, les voy a subir este recuerdo del 15 de septiembre de 2019. Esos árboles de cedro miden hoy cerca de 4 metros, se los voy a subir más adelante para que comparen el antes y el ahora. Nosotros los de entonces, ya no somos los mismos, diría el nobel, pero hacemos lo mismo en honor a este gusto por reforestar hasta que el cuerpo aguante. Quedan invitadas, invitados a que hagan lo propio. Luego me platican.