Bienaventurados los pobres en el espíritu. Padre Jesús. Junio 10 2024. Bogumilo de Gniezno, Santo.

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  • Опубліковано 2 жов 2024
  • Eremita y Obispo.
    Martirologio Romano: En Dobrowo, en Polonia, muerte de san Bogumilo, obispo de Gniezno, que, después de renunciar a su sede, llevó en este lugar vida eremítica, consumado por su austeridad († 1182).
    Bogumilo de Gniezno, Santo:
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    EVANGELIO
    Del santo Evangelio según San Mateo 5, 1-12
    En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo: “Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
    Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados ustedes cuando los insulten y los persigan y los calumnien de cualquier modo por mi causa. Alégrense y regocíjense, porque su recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a ustedes.
    Palabra del Señor.
    LECTIO DIVINA
    PARA MEDITAR
    Nuestra misión como seres humanos y en particular como cristianos, discípulos de Jesús, es vivir en una continua autotrascendencia, en un permanente despliegue del espíritu, que implica una creciente y poderosa humanización y cristianización personal, comunitaria y del mundo: ser bienaventurados. Conocemos la verdad de nuestro espíritu en la medida en que se pro­yecta sobre un lenguaje (el del amor) y su práctica, que al mismo tiempo que traduce nuestras acciones motivadas por la pertenencia al Reinado de Dios, las desvela en su origen: pobres de espíritu.
    El papa Benedicto XVI decía que “san Mateo, en su versión de las bienaventuranzas, nos explica que la sola pobreza material, como tal, no garantiza necesariamente la cercanía a Dios, porque el corazón puede ser duro y estar lleno de afán de riqueza. Pero san Mateo, como toda la Sagrada Escritura, nos da a entender que, en cualquier caso, Dios está cercano a los pobres de un modo especial”. Es decir, lo que pensamos y decimos no puede en manera alguna separarse de lo que expresamos en nuestras acciones en favor de los pobres a los que Dios se hace cercano.
    PARA REFLEXIONAR
    ¿Cómo vivir las bienaventuranzas con sencillez mostrando al mundo que no son los bienes ni la acumulación de ellos lo que da la felicidad, sino una vida al servicio de los necesitados?
    ¿Qué signos de santidad estamos mostrando los discípulos de Jesús siguiendo su propuesta?
    ORACIÓN FINAL
    Padre, gracias porque Jesús ha declarado dichosos a los pobres de espíritu y lo ha hecho en primer lugar siendo Él mismo el primero de ellos. Concédenos tu Espíritu Santo para vivir el espíritu de pobreza que nos hace manifiesto en la Enseñanza de la Montaña y vivir buscando tu Reino. Amén.
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    «Bienaventurados los pobres de espíritu»
    Rev. D. Àngel CALDAS i Bosch
    (Salt, Girona, España)
    Hoy, con la proclamación de las Bienaventuranzas, Jesús nos hace notar que a menudo somos unos desmemoriados y actuamos como los niños, pues el juego nos hace perder el recuerdo. Jesús temía que la gran cantidad de “buenas noticias” que nos ha comunicado -es decir, de palabras, gestos y silencios- se diluyera en nuestros pecados y preocupaciones. ¿Recordáis, en la parábola del sembrador, la imagen del grano de trigo ahogado en las espinas? Por eso san Mateo engarza las Bienaventuranzas como unos principios fundamentales, para que no las olvidemos nunca. Son un compendio de la Nueva Ley presentada por Jesús, como unos puntos básicos que nos ayudan a vivir cristianamente.
    Las Bienaventuranzas están destinadas a todo el mundo. El Maestro no sólo enseña a los discípulos que le rodean, ni excluye a ninguna clase de personas, sino que presenta un mensaje universal. Ahora bien, puntualiza las disposiciones que debemos tener y la conducta moral que nos pide. Aunque la salvación definitiva no se da en este mundo, sino en el otro, mientras vivimos en la tierra debemos cambiar de mentalidad y transformar nuestra valoración de las cosas. Debemos acostumbrarnos a ver el rostro del Cristo que llora en los que lloran, en los que quieren vivir desprendidos de palabra y de hechos, en los mansos de corazón, en los que fomentan las ansias de santidad, en los que han tomado una “determinada determinación”, como decía santa Teresa de Jesús, para ser sembradores de paz y alegría.
    evangeli.net/e...

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