Es muy importante darle a la frase "para volver a ser libres debemos encerrarnos" el valor que merece. Estamos en un momento donde la ética está más latente que nunca; el Estado ha tomado decisiones que "limitan" nuestra libertad y, en realidad, nunca dejamos de ser libres. Todos los días debemos decidir quedarnos en casa (y no salir de manera innecesaria) porque es nuestro deber, porque es un imperativo categórico. Debemos obedecer la ley, aun cuando nuestras inclinaciones digan lo contrario. No debemos encerrarnos para volver a ser libres, porque nunca dejamos de serlo, sino que debemos encerrarnos para preservar la humanidad que, al fin y al cabo, es nuestro fin.
Comparto con gran entusiasmo su invitación a “resetear” nuestra conciencia o en otras palabras, hacernos una re-ingeniería tanto a nivel individual , familiar y sobre todo social. Este cambio es necesario para hacer que ese abrazo vuelva a nosotros no solo como acto repetitivo, sino como expresión de un sentimiento verdadero. Por otro lado, resalto la forma como la naturaleza ha aparecido para retomar el papel que siempre le correspondió y lo vemos a través un cielo mas claro, el cierre de la capa de ozono y la aparición de animales en su verdadero hábitat.
Estimado profesor: muchas gracias por sus palabras y la invitación a la reflexión. Estamos como usted describe en un mundo inmerso en una paradoja: “para volver a ser libres, debemos encerrarnos”. Parte de esta reflexión implica hacer un alto en nuestra vida y darnos cuenta de que, pese a que el hombre es un ser indefectiblemente libre, no podemos desconocer que como humanos somos seres sociales y que con ello cargamos una gran responsabilidad. Ser éticos implica comprender que no estamos solos e implica reconocer en el otro nuestra propia vulnerabilidad. Pese a que exista una población de riesgo marcadamente determinada, todos somos potenciales contagiados y portadores de este virus. Esto conlleva a la imperiosa necesidad de que en este contexto de emergencia - y por qué no, siempre- hemos de considerar a nuestro prójimo en cada una de nuestras decisiones. Aunque muchas veces se disfrace de algo inocuo, la indiferencia es nociva. Me pongo en el escenario concreto de aquellos quienes por soberbia o ignorancia injustificada se creen por encima de todo y agreden a quienes sacrifican su vida por los demás. O también por qué no comentar el caso de los oportunistas y de aquellos otros a quienes aparentemente la norma no alcanza y pueden irrumpir la situación de emergencia a su mero antojo. Verdaderamente el virus ha sacado lo mejor y peor de cada uno. Cito el caso de aquellos dichosos "asintomáticos" que irresponsablemente han contagiado a varios quienes no tuvieron la suerte de sobrevivir. Dentro de todos los dilemas éticos que se han suscitado en este contexto, en el que muchas veces se confunden medios y fines, se reclama la importancia de reconocer que nuestras acciones -más allá de reflejar lo que consideramos bueno e inhibir lo que no- tienen un un correlato en el otro. El famoso efecto mariposa se proyecta en todas aquellas actitudes de irresponsabilidad, de egoísmo y de soberbia que nos hacen retroceder en nuestra batalla contra este virus. El día en el que realmente bajen estas frías estadísticas será el día en el que todos caigan en la cuenta de que únicamente viendo más allá de nuestro egoísmo y entendiéndonos como seres que viven en comunidad podremos salir de esto. Como diría Fernando Savater, en pocas palabras, el darse la buena vida no resulta ser algo muy distinto al dar la buena vida. Y, para dar "la buena vida" a los demás, primero debemos pensar en ellos al ejercer nuestra libertad y quitarnos cualquier sesgo que pretenda desconocerlos.
A pesar de las terribles circunstancias que estamos pasando, este hecho nos obliga a replantearnos la forma en cómo hemos estado viviendo; por ejemplo, se puede ver como la naturaleza se ha ido recuperando de la gran contaminación que el ser humano ha estado provocando durante todos estos años, distintas especies han salido y se han dejado ver en lugares donde probablemente no las habríamos visto antes. Asimismo, las calles, las playas y los parques se han visto mucho más limpios. Yo considero que esto nos debe llevar a replantear la forma en la vivimos(tomando todo a nuestro paso, a veces sin pensar en las otras especies o en el mismo medio ambiente), es posible parar la depredación ambiental y tomar mayor consciencia en cómo utilizamos los recursos que nos da el planeta, todo esto claro esta, con las medidas que deben tomar los gobernantes de los países para apoyar estos cambios.
Profesor, en primer lugar gracias por la invitación a la reflexión. Sobre lo escuchado, considero que somos seres vulnerables y esta pandemia lo demuestra. La vulnerabilidad es el común denominador de nuestra sociedad. Asimismo, somos semejantes en la fragilidad, pero al mismo tiempo somos un mecanismo muy ingenioso e inteligente con grandes posibilidades. Esa vulnerabilidad humana nos tiene que dar empatía entre nosotros. Justamente la sociedad es el mejor instrumento que tenemos para luchar contra nuestra vulnerabilidad, en la medida de que en sociedad nos movemos mejor. Por otro lado, coincido en que tenemos que ser precavidos con el uso de las palabras, pues no podemos utilizar el término “guerra” gratuitamente. Esta no es una guerra, es más bien un peligro colectivo que no tiene nada de bélico. Nos enfrentamos a algo que solo siguió su proceso natural, tal vez implacable; sin embargo, estos peligros naturales se combaten con ciencia y conocimiento. Finalmente, al estar confinados en nuestras casas, en vez de solo lamentarnos debemos desarrollar la virtud de la gratitud con la gente que se expone por nosotros: los médicos, los agricultores, los que recogen la basura, los policías y demás personas que siguen trabajando. El agradecimiento también es una virtud que puede crecer en el encierro. El propósito de hoy debe ser “me voy a quejar menos y voy a agradecer más”. En esa misma línea de ideas, creo que hoy más que nunca necesitamos de la solidaridad para sobrevivir al mismo tiempo que necesitamos del conocimiento científico para salir de esto pronto.
Gracias profesor por invitarnos a reflexionar sobre estos temas que muchas veces pueden pasar por alto pero que son sumamente importantes. Comparto su posición respecto a que esta pandemia ha aflorado lo mejor y lo peor de las personas. En ese orden de ideas , considero que, adicionalmente a los ejemplos mencionados en la conferencia, que ha salido a flote una actitud totalmente negativa en esta pandemia: la indiferencia. Cuando recién empezó a propagarse la enfermedad en China, las personas lo sentíamos tan lejano, únicamente porque no nos sucedía a nosotros. Lo mismo sucede con las personas que, sabiendo que hay un alto grado de contagio, no toman conciencia sino hasta que una persona cercana es contagiada. Por otro lado, también concuerdo que esta crisis ha generado que muchas personas actúen irracionalmente ante la desesperación. Por ejemplo, si una autoridad indica que la cura a esta enfermedad es consumir detergente, no es necesario pensarlo dos veces para saber que ello no es verdadero; no obstante, muchas personas fallecieron por intoxicación. O también, no salir de casa porque una niña me indica que es el fin del mundo. De esta manera, se puede observar que el pensamiento irracional y las actitudes irracionales tanto de autoridades como de personas ha surgido de manera considerable. Si bien en cierto, muchas personas dicen que uno conoce realmente a las personas en un momento de crisis. Sin perjuicio de ello, por todo lo indicado anteriormente, esta pandemia también ha generado que conozcamos nuestras carencias como sociedad (tanto a nivel económico como social), y ello es rescatable porque se puede trabajar en ello de manera puntual. Valeria Mazuelos-Coello Miranda
Alexandra Mayorga Zlotnikova Efectivamente es un mundo extraño que va a cambiar a las personas que viven en él y en algunos casos ya lo ha hecho. Un cambio que llevará a la reflexión sobre la vida y la muerte, que podría ser el punto de partida para, desde nuestra propia vulnerabilidad, aceptar que somos pasajeros. Dado que _la ética es un llamado a preservar aquello verdaderamente valioso_ es importante que reflexionemos sobre las decisiones que tomaremos, ahora y después de la pandemia. Si durante la cuarentena mantenemos ciertas libertades, entonces podemos tomar decisiones relevantes para la ética. Decisiones de las que nos podríamos arrepentir, o no…
Estimado profesor, ha sido muy grato escuchar la conferencia. Sus palabras me han llevado a reflexionar sobre un tema que me llamó mucho la atención. Respecto de lo que comentó en su exposición sobre utilizar el término "guerra" como metáfora para que esta sea comparada con el COVID-19, coincido con su pensamiento de afirmar que ello implicaría quitarle la gravedad a las situaciones que viven muchas personas en el mundo actualmente donde realmente hay guerra armada y violenta. Tal como comentamos en clase, el lenguaje muchas veces puede ser mal utilizado para influenciar a las personas con el fin de crear un determinado comportamiento frente a una situación como la que vivimos ahora. En ese sentido, opino que la finalidad de utilizar el término de "guerra", si bien puede ayudar a que la población tome más consciencia de lo que se está viviendo, también puede ayudar a crear un pánico innecesario en una sociedad que necesita mantener la calma para superar los obstáculos.
Muy cierto, la manipulación del lenguaje en ocasiones dada "aparentemente" con el fin de no alarmar a las personas, termina ocultando la verdad de las cosas y restando importancia situaciones o hechos relevantes. Colaboremos por lo pronto en todo lo que tengamos al alcance y esperemos saber más de avances y cambios positivos. Un gusto escucharlo profe!
Me pareció interesante la parte donde menciona que esta situación ha sacado lo mejor y lo peor de cada uno. Por un lado, tenemos personas que están actuando de una manera desinteresada y altruista, buscando el bienestar general; y por otro, personas que se centran en sí mismos, sin importar si generan alguna afectación al otro. Considero que estos actos no son motivados, necesariamente, por la coyuntura en la que nos encontramos; sino que, siempre fueron parte de cada ser y los eventos actuales solo están propiciando a que afloren y sean más notorios ante los demás. Por ejemplo, si alguien considera que “el fin justifica los medios”, lo aplicará para todo en la vida, desde lo más sencillo hasta lo más complicado; es decir, la aparición de la enfermedad solo sería un pretexto para justificar su comportamiento.
Es una reflexión muy interesante respecto a la situación actual. Comparto la idea de que “el virus saca lo mejor y lo peor de nosotros” pues si bien es cierto, desde tiempos remotos, la gran mayoría sostiene que el único deber es hacer lo que es mejor para nosotros mismos, de acuerdo con la teoría del egoísmo ético. Ahora bien, considero que esta teoría siempre se ha presenciado en las sociedades en el transcurso del tiempo, pero se evidencia con mayor fuerza cuando nos encontramos en alguna crisis, como lo es actualmente; sacando la mejor o peor versión de nosotros velando por nuestros propios intereses.
Estimado profesor, muy interesante al mencionar que el escritor Alonso Cueto considera que el lenguaje utilizado por el Presidente Vizcarra no solo juega un rol informativo sino también social. El hecho que el Presidente ya no le dé relevancia al número de muertes por COVID-19, buscando generar con esto que el ánimo del pueblo peruano no decaiga. Sin embargo, en mi opinión cabe dentro de la ética y la moral, el hecho que se informe con la pura verdad, por más cruda que sea, no ocultando datos importantes. Esto ayudará a la sociedad peruana a despertar y darse cuenta de la gravedad de esta enfermedad. No considerando a este virus como un juego o algo sin importancia, como en la actualidad lo hace la mayoría de peruanos dentro del territorio.
Lo que dice es muy interesante Profesor, comparto la reflexión sobre el uso de la manipulación del lenguaje. Sin embargo, considero que, en este caso, utilizar el término “guerra” para referirse al Covid, si bien como usted menciona puede quitarle gravedad a reales situaciones de guerra, al analizarse dentro del contexto en el cual el término empezó a utilizarse, al menos en el Perú, lo justifica. Entiendo que el gobierno (específicamente, el ex Ministro del Interior) empezó a referirse a la enfermedad como una “guerra” con el objetivo de ejemplificar la gravedad de la situación. No considero que se haya utilizado dicho término en su sentido literal, si no como una metáfora para ejemplificar que “nos encontramos luchando contra un enemigo invisible”, para lo cual se requeriría del compromiso y sacrificio de todos. Aun es más, cuando ello fue dicho en un contexto en el cual la sociedad en general no estaba acatando las medidas preventivas con la seriedad que las circunstancias lo requerían. Si bien, si, es una manipulación del lenguaje negativa, me parece que en este caso se hizo con el solo propósito de lograr que la sociedad peruana sea consciente de la magnitud del problema, en una suerte de llamada de atención a la ciudadanía que ilusamente seguía pensando que el Covid “sólo era una gripe”.
Es muy importante darle a la frase "para volver a ser libres debemos encerrarnos" el valor que merece. Estamos en un momento donde la ética está más latente que nunca; el Estado ha tomado decisiones que "limitan" nuestra libertad y, en realidad, nunca dejamos de ser libres. Todos los días debemos decidir quedarnos en casa (y no salir de manera innecesaria) porque es nuestro deber, porque es un imperativo categórico. Debemos obedecer la ley, aun cuando nuestras inclinaciones digan lo contrario. No debemos encerrarnos para volver a ser libres, porque nunca dejamos de serlo, sino que debemos encerrarnos para preservar la humanidad que, al fin y al cabo, es nuestro fin.
Comparto con gran entusiasmo su invitación a “resetear” nuestra conciencia o en otras palabras, hacernos una re-ingeniería tanto a nivel individual , familiar y sobre todo social. Este cambio es necesario para hacer que ese abrazo vuelva a nosotros no solo como acto repetitivo, sino como expresión de un sentimiento verdadero. Por otro lado, resalto la forma como la naturaleza ha aparecido para retomar el papel que siempre le correspondió y lo vemos a través un cielo mas claro, el cierre de la capa de ozono y la aparición de animales en su verdadero hábitat.
Estimado profesor: muchas gracias por sus palabras y la invitación a la reflexión. Estamos como usted describe en un mundo inmerso en una paradoja: “para volver a ser libres, debemos encerrarnos”. Parte de esta reflexión implica hacer un alto en nuestra vida y darnos cuenta de que, pese a que el hombre es un ser indefectiblemente libre, no podemos desconocer que como humanos somos seres sociales y que con ello cargamos una gran responsabilidad. Ser éticos implica comprender que no estamos solos e implica reconocer en el otro nuestra propia vulnerabilidad. Pese a que exista una población de riesgo marcadamente determinada, todos somos potenciales contagiados y portadores de este virus. Esto conlleva a la imperiosa necesidad de que en este contexto de emergencia - y por qué no, siempre- hemos de considerar a nuestro prójimo en cada una de nuestras decisiones. Aunque muchas veces se disfrace de algo inocuo, la indiferencia es nociva. Me pongo en el escenario concreto de aquellos quienes por soberbia o ignorancia injustificada se creen por encima de todo y agreden a quienes sacrifican su vida por los demás. O también por qué no comentar el caso de los oportunistas y de aquellos otros a quienes aparentemente la norma no alcanza y pueden irrumpir la situación de emergencia a su mero antojo. Verdaderamente el virus ha sacado lo mejor y peor de cada uno.
Cito el caso de aquellos dichosos "asintomáticos" que irresponsablemente han contagiado a varios quienes no tuvieron la suerte de sobrevivir.
Dentro de todos los dilemas éticos que se han suscitado en este contexto, en el que muchas veces se confunden medios y fines, se reclama la importancia de reconocer que nuestras acciones -más allá de reflejar lo que consideramos bueno e inhibir lo que no- tienen un un correlato en el otro. El famoso efecto mariposa se proyecta en todas aquellas actitudes de irresponsabilidad, de egoísmo y de soberbia que nos hacen retroceder en nuestra batalla contra este virus. El día en el que realmente bajen estas frías estadísticas será el día en el que todos caigan en la cuenta de que únicamente viendo más allá de nuestro egoísmo y entendiéndonos como seres que viven en comunidad podremos salir de esto. Como diría Fernando Savater, en pocas palabras, el darse la buena vida no resulta ser algo muy distinto al dar la buena vida. Y, para dar "la buena vida" a los demás, primero debemos pensar en ellos al ejercer nuestra libertad y quitarnos cualquier sesgo que pretenda desconocerlos.
A pesar de las terribles circunstancias que estamos pasando, este hecho nos obliga a replantearnos la forma en cómo hemos estado viviendo; por ejemplo, se puede ver como la naturaleza se ha ido recuperando de la gran contaminación que el ser humano ha estado provocando durante todos estos años, distintas especies han salido y se han dejado ver en lugares donde probablemente no las habríamos visto antes. Asimismo, las calles, las playas y los parques se han visto mucho más limpios. Yo considero que esto nos debe llevar a replantear la forma en la vivimos(tomando todo a nuestro paso, a veces sin pensar en las otras especies o en el mismo medio ambiente), es posible parar la depredación ambiental y tomar mayor consciencia en cómo utilizamos los recursos que nos da el planeta, todo esto claro esta, con las medidas que deben tomar los gobernantes de los países para apoyar estos cambios.
Profesor, en primer lugar gracias por la invitación a la reflexión. Sobre lo escuchado, considero que somos seres vulnerables y esta pandemia lo demuestra. La vulnerabilidad es el común denominador de nuestra sociedad. Asimismo, somos semejantes en la fragilidad, pero al mismo tiempo somos un mecanismo muy ingenioso e inteligente con grandes posibilidades. Esa vulnerabilidad humana nos tiene que dar empatía entre nosotros. Justamente la sociedad es el mejor instrumento que tenemos para luchar contra nuestra vulnerabilidad, en la medida de que en sociedad nos movemos mejor.
Por otro lado, coincido en que tenemos que ser precavidos con el uso de las palabras, pues no podemos utilizar el término “guerra” gratuitamente. Esta no es una guerra, es más bien un peligro colectivo que no tiene nada de bélico. Nos enfrentamos a algo que solo siguió su proceso natural, tal vez implacable; sin embargo, estos peligros naturales se combaten con ciencia y conocimiento.
Finalmente, al estar confinados en nuestras casas, en vez de solo lamentarnos debemos desarrollar la virtud de la gratitud con la gente que se expone por nosotros: los médicos, los agricultores, los que recogen la basura, los policías y demás personas que siguen trabajando. El agradecimiento también es una virtud que puede crecer en el encierro. El propósito de hoy debe ser “me voy a quejar menos y voy a agradecer más”. En esa misma línea de ideas, creo que hoy más que nunca necesitamos de la solidaridad para sobrevivir al mismo tiempo que necesitamos del conocimiento científico para salir de esto pronto.
Gracias profesor por invitarnos a reflexionar sobre estos temas que muchas veces pueden pasar por alto pero que son sumamente importantes.
Comparto su posición respecto a que esta pandemia ha aflorado lo mejor y lo peor de las personas. En ese orden de ideas , considero que, adicionalmente a los ejemplos mencionados en la conferencia, que ha salido a flote una actitud totalmente negativa en esta pandemia: la indiferencia. Cuando recién empezó a propagarse la enfermedad en China, las personas lo sentíamos tan lejano, únicamente porque no nos sucedía a nosotros. Lo mismo sucede con las personas que, sabiendo que hay un alto grado de contagio, no toman conciencia sino hasta que una persona cercana es contagiada.
Por otro lado, también concuerdo que esta crisis ha generado que muchas personas actúen irracionalmente ante la desesperación. Por ejemplo, si una autoridad indica que la cura a esta enfermedad es consumir detergente, no es necesario pensarlo dos veces para saber que ello no es verdadero; no obstante, muchas personas fallecieron por intoxicación. O también, no salir de casa porque una niña me indica que es el fin del mundo. De esta manera, se puede observar que el pensamiento irracional y las actitudes irracionales tanto de autoridades como de personas ha surgido de manera considerable.
Si bien en cierto, muchas personas dicen que uno conoce realmente a las personas en un momento de crisis. Sin perjuicio de ello, por todo lo indicado anteriormente, esta pandemia también ha generado que conozcamos nuestras carencias como sociedad (tanto a nivel económico como social), y ello es rescatable porque se puede trabajar en ello de manera puntual.
Valeria Mazuelos-Coello Miranda
Alexandra Mayorga Zlotnikova
Efectivamente es un mundo extraño que va a cambiar a las personas que viven en él y en algunos casos ya lo ha hecho. Un cambio que llevará a la reflexión sobre la vida y la muerte, que podría ser el punto de partida para, desde nuestra propia vulnerabilidad, aceptar que somos pasajeros. Dado que _la ética es un llamado a preservar aquello verdaderamente valioso_ es importante que reflexionemos sobre las decisiones que tomaremos, ahora y después de la pandemia. Si durante la cuarentena mantenemos ciertas libertades, entonces podemos tomar decisiones relevantes para la ética. Decisiones de las que nos podríamos arrepentir, o no…
Estimado profesor, ha sido muy grato escuchar la conferencia. Sus palabras me han llevado a reflexionar sobre un tema que me llamó mucho la atención. Respecto de lo que comentó en su exposición sobre utilizar el término "guerra" como metáfora para que esta sea comparada con el COVID-19, coincido con su pensamiento de afirmar que ello implicaría quitarle la gravedad a las situaciones que viven muchas personas en el mundo actualmente donde realmente hay guerra armada y violenta. Tal como comentamos en clase, el lenguaje muchas veces puede ser mal utilizado para influenciar a las personas con el fin de crear un determinado comportamiento frente a una situación como la que vivimos ahora.
En ese sentido, opino que la finalidad de utilizar el término de "guerra", si bien puede ayudar a que la población tome más consciencia de lo que se está viviendo, también puede ayudar a crear un pánico innecesario en una sociedad que necesita mantener la calma para superar los obstáculos.
Muy cierto, la manipulación del lenguaje en ocasiones dada "aparentemente" con el fin de no alarmar a las personas, termina ocultando la verdad de las cosas y restando importancia situaciones o hechos relevantes. Colaboremos por lo pronto en todo lo que tengamos al alcance y esperemos saber más de avances y cambios positivos. Un gusto escucharlo profe!
Me pareció interesante la parte donde menciona que esta situación ha sacado lo mejor y lo peor de cada uno. Por un lado, tenemos personas que están actuando de una manera desinteresada y altruista, buscando el bienestar general; y por otro, personas que se centran en sí mismos, sin importar si generan alguna afectación al otro. Considero que estos actos no son motivados, necesariamente, por la coyuntura en la que nos encontramos; sino que, siempre fueron parte de cada ser y los eventos actuales solo están propiciando a que afloren y sean más notorios ante los demás. Por ejemplo, si alguien considera que “el fin justifica los medios”, lo aplicará para todo en la vida, desde lo más sencillo hasta lo más complicado; es decir, la aparición de la enfermedad solo sería un pretexto para justificar su comportamiento.
Excelente conferencia, un placer escucharte Ronald !
¡Muchas gracias, estimado Martin, tus palabras solo sin imputables a una amistad de tan larga data!
Es una reflexión muy interesante respecto a la situación actual. Comparto la idea de que “el virus saca lo mejor y lo peor de nosotros” pues si bien es cierto, desde tiempos remotos, la gran mayoría sostiene que el único deber es hacer lo que es mejor para nosotros mismos, de acuerdo con la teoría del egoísmo ético. Ahora bien, considero que esta teoría siempre se ha presenciado en las sociedades en el transcurso del tiempo, pero se evidencia con mayor fuerza cuando nos encontramos en alguna crisis, como lo es actualmente; sacando la mejor o peor versión de nosotros velando por nuestros propios intereses.
Estimado profesor, muy interesante al mencionar que el escritor Alonso Cueto considera que el lenguaje utilizado por el Presidente Vizcarra no solo juega un rol informativo sino también social. El hecho que el Presidente ya no le dé relevancia al número de muertes por COVID-19, buscando generar con esto que el ánimo del pueblo peruano no decaiga. Sin embargo, en mi opinión cabe dentro de la ética y la moral, el hecho que se informe con la pura verdad, por más cruda que sea, no ocultando datos importantes. Esto ayudará a la sociedad peruana a despertar y darse cuenta de la gravedad de esta enfermedad. No considerando a este virus como un juego o algo sin importancia, como en la actualidad lo hace la mayoría de peruanos dentro del territorio.
Lo que dice es muy interesante Profesor, comparto la reflexión sobre el uso de la manipulación del lenguaje. Sin embargo, considero que, en este caso, utilizar el término “guerra” para referirse al Covid, si bien como usted menciona puede quitarle gravedad a reales situaciones de guerra, al analizarse dentro del contexto en el cual el término empezó a utilizarse, al menos en el Perú, lo justifica.
Entiendo que el gobierno (específicamente, el ex Ministro del Interior) empezó a referirse a la enfermedad como una “guerra” con el objetivo de ejemplificar la gravedad de la situación. No considero que se haya utilizado dicho término en su sentido literal, si no como una metáfora para ejemplificar que “nos encontramos luchando contra un enemigo invisible”, para lo cual se requeriría del compromiso y sacrificio de todos. Aun es más, cuando ello fue dicho en un contexto en el cual la sociedad en general no estaba acatando las medidas preventivas con la seriedad que las circunstancias lo requerían. Si bien, si, es una manipulación del lenguaje negativa, me parece que en este caso se hizo con el solo propósito de lograr que la sociedad peruana sea consciente de la magnitud del problema, en una suerte de llamada de atención a la ciudadanía que ilusamente seguía pensando que el Covid “sólo era una gripe”.