LEYENDAS ALISTANAS_CALAMBÚ Y ROTAINA

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  • Опубліковано 1 жов 2024
  • #leyendasalistanas
    LEYENDAS ALISTANAS. OTRA AVENTURA DE «CALAMBÚ Y ROTAINA»
    Cuenta la leyenda, que Calambú y Rotaina, eran dos bandidos que vivían escondidos en la Sierra de la Culebra y traían atemorizada a toda la comarca de Aliste con sus fechorías, sobre todo a los ricos, ya que eran considerados como los Curro Jiménez alistanos que robaban a los ricos y ayudaban a los pobres.
    Pero no siempre Rotaina y Calambú fueron los malos de la película. Alguna vez aparecieron como buenos, sobre todo con los pobres.
    También ellos tenían su corazoncito, como puede deducirse en esta nueva aventura.
    En un pueblo alistano había una familia muy humilde. El matrimonio tenía dos hijos a los que adoraban, aunque faltos de dinero iban sobrados de cariño, vivían felices aunque trabajaban mucho, tenían menos, y todo era poco para dárselo a ellos.
    Se iba acercando el día de la fiesta, el hijo mayor necesitaba ropa, el padre había mandado al rapá que tenía doce años, a Tábara, a comprar un pantalón. Cuando iba llegando ya al alto la Sierra, vio salir, asustado y sorprendido a dos hombres de la espesura de grandes urces y jaras.
    La verdad que aquellos hombres tenían muy mala pinta por lo que
    quiso echar a correr, pero fue inútil.
    -¿A dónde vas, rapá?, le preguntaron.
    Él, muy asustado, les contestó:
    - Voy a Tábara, que me mandó mi padre a comprar un pantalón pa la fiesta.
    - Y, ¿cuánto dinero llevas?, agregó uno de ellos echándose a reír.
    - Cinco duros. Los llevo aquí escondidos debajo de la camisa, en una bolsa de tela que me hizo mi madre, por si me salían al encuentro y me los quitaban Calambú y Rotaina
    ¡Já, já, já! Ellos no pudieron menos que soltar una carcajada.
    - Bueno, pues le dices a tu padre, terció el otro en un tono amable, que Rotaina y Calambú sólo roban a los ricos. Así que toma otros cinco duros y compra también unos zapatos.
    El rapá se fue corriendo todo contento, y regresó más contento aún trayendo a casa su pantalón y sus zapatos, y además un kilo de escabeche con el que cenaron aquella noche, como si fuera fiesta, toda la familia.
    Esta vez sí, Calambú y Rotaina habían hecho una buena acción.
    Adaptación e ilustraciones de Javier Blanco González .
    Recogida en el libro.«Paisaje y Alma de Aliste» (1.991) de Gregorio Rodríguez Fernández (†)

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