Recordarle que esta película está basada en una novela de 1962 (más de 60 años) escrita por el autor estadounidense Ken Kesey, inspirada en su trabajo como ordenanza y trato con internos en un centro de salud mental en California. Es por ello que, de entrada, se le debe dar importancia a un relato que traslada experiencias vividas en un país y época alejados a la nuestra, y no descalificarlo, ni descatalogarlo por no ajustarse a nuestra realidad, conceptos y tratos actuales, y porque la verdad sobre la psiquiatría y sus representantes, aunque sea del pasado, duela. Por lo tanto, difiero en absoluto sobre el título dado a su discurso, la película no estigmatiza la enfermedad mental, antes la hace víctima de una sociedad e instituciones retrógradas y absolutistas, siendo ellas mismas el propio estigma. Puede que los centros de salud mental actuales, y sobre todo en occidente, estén alejados del que se nos muestra en 1960, pero no por ello se puede, ni se debe negar y borrar que existieron ese tipo de entornos, normas, métodos, técnicas, enfermos y personal médico-sanitario, por mucho que no nos gusten. Lamentablemente, ante una sociedad que despertaba hacia el libre albedrío del individuo y contra toda norma impuesta que anulara el propio juicio, el destape de ese tipo de instituciones quedó expuesto al rechazo y crítica total sin miramientos, irrumpiendo un radical movimiento anti-psiquiátricos que a la larga comportó más problemas para los enfermos, sus familias y sociedad. La psiquiatría ha dado varios cambios de timón importantes, con corrientes de diferente índole y muchas veces opuestas totalmente entre ellas, siempre alegando en cada momento que aquella era la verdadera a seguir y a aplicar en las instituciones, y que muchas veces han comportado diagnósticos y terapias altamente erróneas, afectando gravemente la vida de enfermos y sus famílias. Esa es una realidad vivida por muchos y que no se puede obviar. Quiero creer en la bondad del ser humano, y que en cada momento se aplicaba lo que se creía era más conveniente para el individuo y la sociedad, sea por falta de recursos o conocimientos, pero también dió lugar a poderes fácticos, ese colectivo intransigente y selectivo que no daba cabida en su mundo a las personas divergentes de lo socialmente permitido, y por lo tanto eran indiscriminadamente relegadas a ese tipo de institución para acabar sus días allí, o con mucha suerte salir reseteadas y "aptas" para la vuelta con los suyos, todo siempre bajo el amparo de la ley y autoridades gobernantes del momento. No entiendo cómo puede decir que se trata de “una película que NO REFLEJA para nada lo que son y FUERON los hospitales psiquiátricos”... ¿Debo entender que está negando que fueron aplicadas técnicas como la lobotomía, los electroshocks, el uso indiscriminado de fármacos psicotrópicos, etc., en décadas anteriores a la nuestra? Por favor, no desmerezca, ni banalice un film de esta categoría por no gustarle lo que ve, por tocar directamente a su loable profesión, la psiquiatría, y a sus representantes, eso sí, de aquel momento. Otro tema sería si es un film adecuado para ser visionado por personas que por su condición actual y personal puedan interpretar erróneamente el mensaje, pero reivindicar enérgicamente que este tipo de películas, obras literarias, NO “hacen un grave daño a la psiquiatría”, todo al contario, son un recuerdo vivo a lo que NUNCA MÁS se debe volver.
Vivimos cada vez en una sociedad parecida a la edad media donde predomina la ignorancia y los prejuicios tienen prejuicios hasta algunos médicos es la barbarie
Vivimos en la edad media hoy en día hay mucha ignorancia
Recordarle que esta película está basada en una novela de 1962 (más de 60 años) escrita por el autor estadounidense Ken Kesey, inspirada en su trabajo como ordenanza y trato con internos en un centro de salud mental en California. Es por ello que, de entrada, se le debe dar importancia a un relato que traslada experiencias vividas en un país y época alejados a la nuestra, y no descalificarlo, ni descatalogarlo por no ajustarse a nuestra realidad, conceptos y tratos actuales, y porque la verdad sobre la psiquiatría y sus representantes, aunque sea del pasado, duela.
Por lo tanto, difiero en absoluto sobre el título dado a su discurso, la película no estigmatiza la enfermedad mental, antes la hace víctima de una sociedad e instituciones retrógradas y absolutistas, siendo ellas mismas el propio estigma.
Puede que los centros de salud mental actuales, y sobre todo en occidente, estén alejados del que se nos muestra en 1960, pero no por ello se puede, ni se debe negar y borrar que existieron ese tipo de entornos, normas, métodos, técnicas, enfermos y personal médico-sanitario, por mucho que no nos gusten.
Lamentablemente, ante una sociedad que despertaba hacia el libre albedrío del individuo y contra toda norma impuesta que anulara el propio juicio, el destape de ese tipo de instituciones quedó expuesto al rechazo y crítica total sin miramientos, irrumpiendo un radical movimiento anti-psiquiátricos que a la larga comportó más problemas para los enfermos, sus familias y sociedad.
La psiquiatría ha dado varios cambios de timón importantes, con corrientes de diferente índole y muchas veces opuestas totalmente entre ellas, siempre alegando en cada momento que aquella era la verdadera a seguir y a aplicar en las instituciones, y que muchas veces han comportado diagnósticos y terapias altamente erróneas, afectando gravemente la vida de enfermos y sus famílias. Esa es una realidad vivida por muchos y que no se puede obviar.
Quiero creer en la bondad del ser humano, y que en cada momento se aplicaba lo que se creía era más conveniente para el individuo y la sociedad, sea por falta de recursos o conocimientos, pero también dió lugar a poderes fácticos, ese colectivo intransigente y selectivo que no daba cabida en su mundo a las personas divergentes de lo socialmente permitido, y por lo tanto eran indiscriminadamente relegadas a ese tipo de institución para acabar sus días allí, o con mucha suerte salir reseteadas y "aptas" para la vuelta con los suyos, todo siempre bajo el amparo de la ley y autoridades gobernantes del momento.
No entiendo cómo puede decir que se trata de “una película que NO REFLEJA para nada lo que son y FUERON los hospitales psiquiátricos”... ¿Debo entender que está negando que fueron aplicadas técnicas como la lobotomía, los electroshocks, el uso indiscriminado de fármacos psicotrópicos, etc., en décadas anteriores a la nuestra?
Por favor, no desmerezca, ni banalice un film de esta categoría por no gustarle lo que ve, por tocar directamente a su loable profesión, la psiquiatría, y a sus representantes, eso sí, de aquel momento.
Otro tema sería si es un film adecuado para ser visionado por personas que por su condición actual y personal puedan interpretar erróneamente el mensaje, pero reivindicar enérgicamente que este tipo de películas, obras literarias, NO “hacen un grave daño a la psiquiatría”, todo al contario, son un recuerdo vivo a lo que NUNCA MÁS se debe volver.
Vivimos cada vez en una sociedad parecida a la edad media donde predomina la ignorancia y los prejuicios tienen prejuicios hasta algunos médicos es la barbarie