José Miguel Guerra Revuelta

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  • Опубліковано 18 вер 2024
  • José Miguel Guerra Revuelta nació el 19 de marzo de 1938 en el barrio Quimaranes de Tanos. Creció junto a sus hermanos Lorenzo, Elvira y José Antonio, en un hogar donde sus padres, Lorenzo y Engracia, inculcaron el amor por el trabajo y las tradiciones locales. Su educación transcurrió en las escuelas nacionales de Tanos hasta los 13 años, aunque no completó el certificado de estudios. Desde joven, y a pesar de sus responsabilidades, encontró tiempo para el ocio, participando en las tradiciones locales, juegos populares, cantos y rondas de mozos, así como en las danzas. Heredó su pasión por el folclore; su abuela tocaba los Picayos de Tanos desde 1890 y su madre ganó con el Grupo el primer premio provincial de Picayos en 1925. Inspirado por su hermano mayor, José Miguel comenzó en 1945 a bailar y ensayar en La Tabernuca, una taberna cercana a su casa. En 1950 se formó el Grupo Infantil Virgen de las Nieves, al que José Miguel y todos sus hermanos se unieron en 1955. Debutó como danzante a los 10 años en las fiestas de Tanos y en 1951 actuó por primera vez fuera de su localidad, en Zurita. Sus primeros maestros en los bailes de picayos, arcos floridos, Conde de Lara y la baila de Ibio fueron Pedro Cayón, Antonio Guerra y Maruchi Bedia. Pero, según explica, su "vida folclorista empezó verdaderamente" en los años 50, cuando el grupo de danzas de Tanos trasladó sus ensayos a los locales de la Sindical en Torrelavega. Fue allí donde aprendió a bailar la jota montañesa, el pericote y el baile del cuevanuco, bajo la tutela de monitores como Ignacio Acho y Pili Bartolomé. Su primera pareja de baile fue Mari Arozamena, seguida de Paquita Castillo. Destacó especialmente en numerosos concursos junto a Carmela Rivera, con quien obtuvo múltiples premios. Y en su última etapa, se acompañó de Maribel Aldaco y Rosi Aldaco.
    Su carrera laboral comenzó en las bodegas Collado de Torrelavega, trabajando junto a su padre, Lorenzo, y su tío, Antonio Guerra. A los 13 años, asumió diversas responsabilidades, desde cuidar a los niños del patrón y hacer recados, hasta convertirse en repartidor por toda la provincia a partir de los 18 años. A los 22 años, José Miguel cumplió su servicio militar en Pamplona, donde después de tres meses de instrucción en Carrascal, pasó a ser furriel de la Banda y Tambores de la Brigada de Música, participando además en las unidades de Artillería y Caballería.
    Al regresar a Cantabria, reanudó su relación de noviazgo con Mariluz, natural de Tiedra (Valladolid), durante dos años. En noviembre de 1964, contrajeron matrimonio en la Ermita de Santa Ana (Tanos), iniciando su vida juntos y formando una familia con su hija Luz Mari (1964) y sus hijos José Miguel (1966) y David (1976), quienes comparten su profundo interés por el folclore. En la generación de 1975, sus dos hijos mayores y sus sobrinos (Maricarmen, Ima, Ana y José Luis) también se integraron en la agrupación de danzas, continuando David esta tradición en la siguiente generación.
    En los años 60, José Miguel, junto a Vicente Velarde, Águeda de Diego y Carmela Rivera, revivió el Grupo de Danzas a petición de Maximiliano Obeso. De los 31 hasta prejubilarse con 54 años, trabajó en la fábrica La General.
    En 1978, tras el fallecimiento del presidente del Grupo de Danzas de Tanos, Maximiliano Obeso, José Miguel asumió la dirección. El crecimiento decisivo del Grupo fue en la década de 1985. En 1988, José Miguel fue elegido presidente de la Agrupación de Danzas, con el objetivo de “impulsar una de las agrupaciones de folclore más antiguas de España”. Ese mismo año, crearon el Festival Nacional de Folklore "Comarca del Besaya", convertido en la Muestra Internacional de Folklore "Por las Tierras de Cantabria". En 2012 la Agrupación recibió la Medalla de Oro de la Ciudad de Torrelavega. Además, desde 1890, la Agrupación se dedica a la enseñanza y divulgación de la etnografía y folclore de Cantabria. A finales de los 90, José Miguel (Agrupación de Danzas), José Luis Rivera (Nuestra Señora de Covadonga) y Josefina Blanco (San Pablo) fundaron la Escuela Municipal de Folclore de Torrelavega, donde se imparten clases de baile, canto e instrumentos populares. Durante esta década, y bajo su presidencia, se fundó la Federación Cántabra de Agrupaciones de Folclore.
    En reconocimiento a los más de 60 años de dedicación de José Miguel al folclore taniego y a la transmisión del legado cultural de los bailes, en 2018 se le otorgó la Insignia de Oro de la Agrupación Virgen de las Nieves. En 2023, el Ayuntamiento de Torrelavega, en pleno y por mayoría, nombró en su honor la plaza junto al Auditorium "Los Picayos", lugar que lo vio crecer como danzante. José Miguel resume su pasión por el folclore: "Yo no he tenido más que dos amores en mi vida: el primero es mi mujer, mis hijos, mis nietos. Y el segundo amor que he tenido ha sido la Agrupación de Danzas Virgen de Tanos".
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